El movimiento PUPNYA, que reúne a psiquiatras unidos por la psiquiatría del niño y del adolescente han denunciado la situación actual de la Psiquiatría Infantil y Adolescente (PIYA). Con la creación de la especialidad de Psiquiatría Infantil y Adolescentes se abre un panorama nuevo con la adaptación al nuevo título. De modo, que el nuevo decreto exige que aquellos profesionales con una experiencia menor a cuatro años se deben de presentar a un examen para acreditar sus competencias. Por ello el movimiento reivindica la importancia de la formación MIR. “Son especialistas en Psiquiatría por vía MIR y su título les habilita para ejercer con pacientes de todas las edades”, aseveran desde PUPNYA

“Son especialistas en Psiquiatría por vía MIR y su título les habilita para ejercer con pacientes de todas las edades”

Además, señalan que la prueba de acceso extraordinario al título PIYA no se ha ajustado a las bases de la convocatoria según se indicaba en Real Decreto 689/2021, de 3 de agosto, de ser una prueba práctica. En concreto, el tercer caso clínico está repleto de datos epidemiológicos, códigos de clasificación manual y temas legislativos. “el examen estaba lejos de los necesarios para demostrar competencia clínica como profesionales dedicados a brindar atención en servicios dedicados a la salud mental de la infancia y adolescencia”. Esto ha provocado que casi la mitad de los examinados no hayan superado la prueba, lo que les relega a puestos provisionales “ejerciendo como profesionales de segunda”. De hecho, como respuesta a esta situación muchos especialistas están planteando dejar sus actuales puestos de trabajo y pasar a servicios de Psiquiatría de Adultos en unidades que aseguren mayor una mayor estabilidad laboral.

Precariedad en la asistencia

Todo esto supondría una mayor precariedad en la asistencia, prácticamente colapsada, en unidades de Psiquiatría infanto-juvenil en zonas ya con alta necesidad y escasez de profesionales. Igualmente, el no reconocimiento de su especialización limita la capacidad de las Unidades de Salud Mental infanto-juvenil para acreditarse como unidades docentes, al exigirse una ratio de 5 adjuntos especialistas en Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia por cada médico interno residente de la nueva especialidad.

Todo esto supondría una mayor precariedad en la asistencia, en unidades de Psiquiatría infanto-juvenil en zonas ya con alta necesidad y escasez de profesionales

“La carencia de profesionales cualificados en Salud Mental Infantil y Adolescente es una realidad que está muy presente en la cotidianidad de nuestros servicios”. Además, añaden que, actualmente hay enormes dificultades para cubrir vacantes, con la consecuente repercusión asistencial; sin visos de solucionarse a un corto plazo, teniendo en cuenta que aún faltan 5 años para que finalice la primera promoción de especialistas formados según el programa de la nueva especialidad.

Cartas de impugnación

En este sentido, PUPNYA estima que se han enviado centenares de cartas impugnando el examen, además un importante número de jefes de servicios y coordinadores de área han enviado una carta conjunta al Ministerio reclamando una solución razonable para estos jóvenes profesionales. Sin embargo, existe el temor que esta situación repercuta negativamente a los profesionales. Desde dentro de la propia Comisión Nacional de la Especialidad de Psiquiatría del Niño y Adolescencia y ciertas sociedades científicas, existen fuertes presiones y desacuerdos para intentar frenar esta ola de protestas apoyada por muchos profesionales.

El colectivo de profesionales solicita que se revisen las alegaciones de anular las preguntas impugnadas

Por ello, el colectivo de profesionales solicita que se revisen las alegaciones de anular las preguntas impugnadas, anular el caso clínico 3, realizar cómputo global en vez de por cada caso clínico y se vuelva a corregir para los no aprobados, y que el Ministerio busque solución a lo que puede ser un agravamiento de la escasez de psiquiatras infantiles en el momento actual.


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