“La alta tasa de hospitalización y las coinfecciones bacterianas asociadas a las infecciones por SARS-CoV-2 han tenido un efecto negativo en la evolución de la resistencia antimicrobiana”. Son palabras de María del Mar Tomás Carmona, médico microbióloga del Hospital A Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).

La experta, que asistió a la jornada ‘La lucha contra la resistencia antibiótica. El papel de la innovación’, organizada por Fundamed, con la colaboración de Shionogi, cita como ejemplo un metaanálisis recientemente publicado en la revista Lancet Microbe. “Los autores analizan la elevada prevalencia de resistencia antimicrobiana en pacientes infectados por COVID-19 y coinfección bacteriana y plantean la necesidad urgente de analizar y vigilar el impacto de la pandemia COVID-19 en la evolución de la resistencia antimicrobiana”, indica.

La microbióloga admite que se han desarrollado importantes avances en su campo en la lucha contra las resistencias antimicrobianas, “aunque no son suficientes”, indica. De hecho, según su análisis, “se requiere la elaboración e implementación de programas y políticas de acción global en el ámbito de la salud humana, animal y medio ambiente, con el objetivo de evitar o limitar el impacto de la resistencia antimicrobiana en la salud pública”.

“Hace falta un mayor desarrollo de innovación e investigación tanto en la prevención como en el diagnóstico y tratamiento de las bacterias resistentes”

María del Mar Tomás (Seimc)

También cita como un avance, para finalizar, que la reciente pandemia COVID-19 tuvo como consecuencia, por un lado, la exitosa acción conjunta de las autoridades sanitarias europeas implantando medidas de prevención y, por otro, las actuaciones comunes para toda la población, como la gestión de las vacunas y las medidas de diagnóstico y tratamiento.

Avances en Medicina Interna

Desde el entorno hospitalario, Antonio Ramos, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), también ofrece su análisis sobre este tema, con la perspectiva de que sí se ha avanzado mucho en el ámbito de actuación de estos especialistas.

De entrada, remarca que “durante los últimos años se ha visualizado de forma clara este gran problema” y que “la creación de equipos de utilización adecuada de antibióticos (PROA) es una muestra de ello”. En la misma línea, añade que “las actividades formativas dentro y fuera de los hospitales, concienciando a los médicos sobre el riesgo de un uso inadecuado de antibióticos también han representado un gran avance”, añade.

A pesar los progresos, los expertos en ambas áreas de la medicina identifican importantes áreas de mejora. Tomás Carmona, de Seimc, es consciente de que se requiere “un mayor desarrollo de innovación e investigación tanto en la prevención como en el diagnóstico y tratamiento de las bacterias resistentes”.

“En primer lugar, es clave, la implementación de programas como el PROA sobre el uso óptimo de los antimicrobianos tanto en la salud humana como veterinaria. Sin embargo, también necesitamos tener nuevas técnicas moleculares de diagnóstico rápido aplicables tanto en el ámbito hospitalario como en centros de salud”, prosigue la microbióloga.

Por último, la portavoz de Seimc subraya que es urgente “tener nuevos tratamientos anti-infecciosos basados en innovadores mecanismos moleculares que permitan solos o en combinación con los antibióticos, erradicar los principales clones de bacterias resistentes a los antibióticos con el fin de evitar una nueva crisis sanitaria”.

“Es preciso hacer una labor educativa más intensa con todos los médicos, de todas las especialidades”

Antonio Ramos (SEMI)

En las áreas de mejora detectadas por los internistas, Ramos hace hincapié en la importancia de “hacer una labor educativa más intensa con todos los médicos, de todas especialidades, para evitar el tratamiento de colonizaciones sin infección, el uso de varios antibióticos a la vez cuando con uno el pronóstico del paciente es favorable, y destacar la eficacia de los tratamientos antibióticos cortos, acorde con la evidencia actual”.

Según su visión, en cada centro sanitario, la dirección debería destinar recursos para estas actividades. “Es fundamental que el equipo directivo esté implicado en este en el objetivo de reducir las resistencias mediante la adecuada utilización de los antibióticos y la prevención de la transmisión horizontal de patógenos resistentes”, concluye el internista.


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