Colocar las patologías del hígado en el centro de la agenda pública sanitaria, concitando para ellas la atención que demanda su creciente prevalencia e incidencia, especialmente entre los jóvenes: ese es el reto que se ha marcado el hepatólogo Manuel Romero-Gómez (Sevilla, 1967), que acaba de recoger el testigo de José Luis Calleja al frente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, AEEH.

“La sociedad es poco consciente de la epidemia silenciosa que se nos está viniendo encima con las patologías hepáticas, las cuales se relacionan con estilos de vida y alimentación muy nocivos para la salud y que sin embargo están cada vez más normalizados y son cada vez más frecuentes en los jóvenes, en particular el consumo de alcohol”, explica el nuevo presidente de la AEEH.

La progresiva incidencia, cada vez más temprana, de las patologías hepáticas supone un desafío para el sistema público sanitario que demanda respuestas nuevas a todos los niveles. Y por ello, Romero considera necesario coordinar estas respuestas a través de un plan nacional que sea capaz de aglutinar el consenso de especialistas, pacientes y todas las administraciones sanitarias españolas y que debe poner el foco en la prevención y sensibilización social.

“En su momento conseguimos visibilizar y normalizar las hepatitis víricas y es el momento de hacer lo mismo con las nuevas enfermedades hepáticas: tenemos que visibilizarlas y normalizarlas para desnormalizar las causas que las hacen posible y al mismo tiempo evitar el estigma asociado a ellas, en especial, las ligadas a las enfermedades hepáticas causadas por el consumo de alcohol, que están cada vez más lejos de ser un problema de poblaciones marginales”, explica el hepatólogo sevillano.

Asimismo, Manuel Romero asume la presidencia de la AEEH con el reto de culminar con el gran objetivo de acelerar la eliminación de las hepatitis víricas para cumplir con los objetivos marcados por la OMS, “campo en el que hemos logrado grandes avances, pero es necesario un último esfuerzo en el que las políticas de microeliminación en poblaciones vulnerables serán claves, así como ahondar en la descentralización y simplificación del cribado y el tratamiento de estos pacientes y en su seguimiento para evitar la reinfección”.


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