El uso indiscriminado de antibióticos de amplio espectro, especialmente en personas mayores, representa un grave desafío para la salud pública. Este grupo, que a menudo presenta infecciones con síntomas atípicos y múltiples comorbilidades, enfrenta un mayor riesgo de efectos adversos y complicaciones derivadas del uso inadecuado de antimicrobianos. Ante esta problemática, la semFYC ha publicado un documento que propone un enfoque integral para fomentar un manejo responsable, ajustado a las características clínicas.
El informe destaca que, a partir de los 65 años, existe un «mayor riesgo de condiciones de salud relacionadas con la edad, aunque esto no siempre implica una pérdida significativa de funcionalidad o independencia». Sin embargo, con el envejecimiento, aumentan la fragilidad, la dependencia funcional y la necesidad de cuidados más complejos. Por ello, el documento subraya que «es fundamental adaptar las estrategias clínicas y terapéuticas a las particularidades de este grupo poblacional, garantizando un abordaje más eficaz y acorde con sus necesidades específicas».
El documento analiza las prácticas clínicas en consultas médicas de diferentes niveles asistenciales del Sistema Nacional de Salud (SNS) y en residencias geriátricas. En estos entornos, se observa que «las infecciones en personas mayores suelen manifestarse de manera atípica, como deterioro funcional o mental, sin fiebre ni otros signos clásicos de infección, lo que con frecuencia lleva a iniciar tratamientos sin un diagnóstico claro». Según el Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas, este enfoque empírico «no solo puede resultar ineficaz, sino también peligroso». Por ello, el informe subraya la importancia de realizar un diagnóstico riguroso antes de prescribir antibióticos.
Además, el documento pone énfasis en las pautas largas de prescripción, señalando que «los tratamientos más cortos (≤7 días) son iguales de efectivos que los prolongados para infecciones comunes como neumonías o infecciones urinarias». Según estudios recientes, estas pautas reducen los efectos adversos y disminuyen el riesgo de desarrollar resistencias antimicrobianas, lo que representa un avance significativo en la optimización del uso de antibióticos.
Manejo de infecciones específicas
El Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la semFYC destaca tres situaciones clínicas específicas en las que se debe actuar con especial cautela al prescribir antimicrobianos en personas mayores. Estas recomendaciones buscan garantizar un uso adecuado de estos fármacos, minimizando riesgos y optimizando su efectividad en este grupo.
En cuanto al manejo de las infecciones, es importante destacar que en el caso de las infecciones respiratorias, como la bronquitis aguda, la mayoría de las veces de origen viral, no se recomienda el uso de antibióticos salvo en situaciones donde haya complicaciones bacterianas confirmadas.
Respecto a las infecciones urinarias, el tratamiento de la bacteriuria asintomática en personas mayores que no utilizan sonda urinaria resulta innecesario y puede contribuir al desarrollo de resistencias antimicrobianas. Asimismo, el uso profiláctico de antibióticos durante los cambios de sonda urinaria no está indicado en ausencia de infección activa. Por otro lado, en el manejo de las úlceras por presión, el uso de antibióticos debe limitarse exclusivamente a casos en los que existan signos claros de infección sistémica, mientras que las úlceras colonizadas sin infección activa deben tratarse mediante cuidados locales, como limpieza adecuada y desbridamiento.
El documento subraya que el uso prudente de antibióticos requiere priorizar tratamientos dirigidos y adaptar las decisiones terapéuticas a las características individuales de cada paciente. Asimismo, enfatiza la importancia de considerar alternativas no farmacológicas siempre que sea posible, promoviendo un enfoque más integral y personalizado en el melena.
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