La especialidad en Psiquiatría Infantil y en Adolescencia ya es una realidad. Desde el pasado 5 de marzo ya se encuentra vigente la Orden PCM/205/2023, de 2 de marzo, por la que se aprueban y publican los programas formativos de las especialidades de Psiquiatría y Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, los criterios de evaluación de los especialistas en formación y los requisitos de acreditación de las Unidades Docentes Multiprofesionales de salud mental.

Revisada por las Comisiones Nacionales de las Especialidades de Psiquiatría y de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, la Comisión Delegada de Psiquiatría del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, el Consejo General de especialidades de Ciencias de la Salud, por las 17 comunidades autónomas, el Consejo de Estado, y hasta expuesta en consulta pública, esta Orden ratifica las demandas y reclamaciones que venía haciendo el sector de la psiquiatría desde hace años.

“Es una norma muy trabajada”, ha afirmado a Gaceta Médica Celso Arango, patrono de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM).

El también nombrado recientemente académico de la Real Academia Española de Medicina, ha explicado que el sector de la psiquiatría está “muy contento” porque esta especialidad se haya hecho realidad, ya que era una petición muy demandada entre los profesionales. “Esta Orden sigue las directrices de la European Union of Medical Specialists (UEMS)”, ha recalcado Arango, y ha confirmado que, desde abril, se podrá contar con los primeros residentes de psiquiatría de infancia y adolescencia.

Novedades que trae la Orden

La nueva normativa, publicada en el Boletín Oficial del estado (BOE), tare consigo algunas novedades. “Complementa la creación de la especialidad de psiquiatría infantil y de Adolescencia, y fija la extensión de la especialidad de psiquiatría a cinco años”, ha mencionado Arango.

Al crear una nueva especialidad y cambiar otra de extensión, era “necesario”, ha señalado el profesional, redactar una Orden que regulara cómo se acreditan las unidades docentes, cuáles son las competencias que hay que adquirir o cuáles son los requisitos mínimos para esas competencias, entre otros puntos.

Esta normativa establece qué competencias debe adquirir un residente que hace las especialidades de Psiquiatría y Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia. “Tienen un tronco común, que son los dos primeros años y queda a criterio de las unidades docentes el cómo se articulan, está todo muy flexible para que las unidades tengan capacidad de decisión y adaptabilidad a las características de las mismas”, ha señalado Arango.

Para el académico, es fundamental que un estudiante de psiquiatría que se vaya a dedicar a la especialidad de adultos termine su formación teniendo un buen conocimiento en psiquiatría infanto-juvenil.

“Se regula también cuáles son las características que deben tener las unidades docentes para acreditarse para formar a los residentes”, ha concluido Arango, añadiendo que aquellas unidades docentes que no modifiquen nada, se les dará un periodo de cuatro años para que puedan reacreditarse.


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