Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre, es fundamental reflexionar sobre el estado actual de la atención en este ámbito. En una sociedad cada vez más abierta al diálogo sobre salud mental, es clave analizar los progresos y desafíos que persisten en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales. En este sentido, Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor analizó las necesidades y la situación actual que vive la salud mental en nuestro país

La normalización de la salud mental

En los últimos años, la salud mental ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en un elemento central de las conversaciones sobre bienestar. La pandemia de COVID-19 aceleró esta tendencia, al incrementar la necesidad de asistencia psicológica y psiquiátrica en la población. Según Quintero, “hemos ganado mucho en romper ese estigma del silencio”, lo que ha permitido que más personas busquen ayuda. Sin embargo, la demanda ha crecido de tal forma que el sistema de salud se enfrenta ahora a un nuevo reto: la alta prevalencia de trastornos emocionales.

Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor

Este aumento de consultas y el creciente reconocimiento de la importancia de la salud mental también han traído consigo ciertas confusiones. Por ello, Quintero alerta sobre la delgada línea entre emociones normales y trastornos mentales: “Es importante diferenciar entre estar triste y tener depresión, o entre la ansiedad normal y la patológica”. En este sentido, el especialista señala la necesidad de mejorar la psicoeducación para que la población pueda identificar correctamente cuándo es necesario buscar ayuda profesional.

Diagnósticos y psicoeducación

Aunque la población ha ganado en información sobre salud mental, Quintero destaca que todavía falta “psicoeducación emocional”. La confusión sobre cuándo una emoción es parte de un trastorno es común, lo que puede llevar a una sobrediagnosticación en algunos casos y a un retraso en el diagnóstico en otros. Este aspecto es crucial, ya que, como menciona el especialista, “la prevención primaria y secundaria son fundamentales para evitar que los problemas emocionales deriven en trastornos más graves”.

Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor

La encuesta “El apoyo y la búsqueda de ayuda en salud mental: situación y perspectivas en España” refuerza esta necesidad. Según el estudio, el 40 por ciento de los españoles no sabe cómo pedir ayuda ante un problema de depresión, y casi el 50 por ciento no sabría identificar si está atravesando uno​. Además, las barreras para pedir ayuda incluyen la vergüenza y el miedo al rechazo, lo que dificulta aún más la detección y el tratamiento temprano de los problemas de salud mental.

Quintero enfatiza que, aunque el conocimiento sobre la salud mental ha mejorado, aún no se han establecido suficientes mecanismos para enseñar a las personas a gestionar sus emociones de forma saludable. En esta línea, subraya la importancia de llevar la psicoeducación a todos los ámbitos, desde la atención primaria hasta las escuelas y universidades.

La depresión en adolescentes y adultos jóvenes

Uno de los temas que genera mayor preocupación en la comunidad psiquiátrica es el aumento de trastornos mentales en adolescentes y adultos jóvenes. En palabras de Quintero, este grupo demográfico ha incrementado su presencia en las consultas psiquiátricas, un fenómeno que antes no era tan evidente. “Lo inquietante”, señala, “es que estamos hablando de personalidades en formación”, lo que hace que la intervención temprana sea aún más crucial.

Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor

La salud mental en los adolescentes es especialmente vulnerable debido a la influencia de factores sociales y tecnológicos. Las redes sociales, por ejemplo, juegan un papel ambiguo. Por un lado, son vistas por el 60 por ciento de los españoles como una herramienta para visibilizar los problemas de salud mental​. Sin embargo, el uso desmedido de estas plataformas puede tener efectos negativos, especialmente en los más jóvenes. Por ello, el especialista señala que es necesario investigar más sobre el impacto de las redes en la salud mental, para no enfrentarnos a consecuencias graves en el futuro.

Atención primaria en la salud mental

Uno de los pilares fundamentales para mejorar la atención en salud mental, según Quintero, es reforzar la atención primaria. “La atención primaria robusta es clave para gestionar problemas incipientes y prevenir que se agraven”, destaca. Este enfoque preventivo es esencial para evitar que los trastornos mentales lleguen a niveles críticos que requieran hospitalización o tratamiento de emergencia.

Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor

Los datos de la encuesta también respaldan esta visión: el 80 por ciento de los encuestados asegura que acudiría a un profesional médico ante un problema de depresión​. Sin embargo, el sistema de salud aún tiene un largo camino por recorrer para garantizar que los recursos en atención primaria sean suficientes y efectivos. La prevención, tanto primaria como secundaria, debe convertirse en una prioridad, ya que tratar un problema en sus primeras etapas es mucho más eficaz que enfrentarlo cuando ya está avanzado.

Perspectivas de futuro

De cara al futuro, Quintero ve la prevención como la piedra angular para mejorar la salud mental en España. Para ello, es necesario desarrollar políticas que aborden de manera integral los factores que influyen en el bienestar emocional, como la influencia de las redes sociales o la falta de educación emocional en las escuelas. También destaca la importancia de promover más investigaciones que ayuden a comprender mejor estos fenómenos y a desarrollar intervenciones más efectivas.

Finalmente, el especialista insiste en que el reto principal es romper con los mitos y estigmas que aún persisten sobre la salud mental. Aunque se han logrado avances, todavía queda mucho por hacer para que la población se sienta cómoda pidiendo y ofreciendo ayuda sin temor a ser juzgada. En este Día Mundial de la Salud Mental, el mensaje es claro: mejorar el acceso a la atención, reforzar la psicoeducación y apostar por la prevención son claves para avanzar hacia una sociedad más consciente y saludable en términos de bienestar mental.


También puede interesar…