Logran realizar la primera nefrectomía parcial transcontinental del mundo, de Burdeos a Pekín a través de la telecirugía y a más de 8.000 kilómetros. En el marco de la Reunión Anual Europea sobre Cirugía Robótica (ERUS, por sus siglas en inglés), Alberto Breda, jefe de Urología Oncológica y del equipo quirúrgico de trasplante renal de la Fundació Puigvert, operó a través de esta innovadora cirugía a un varón de 37 años que padecía un tumor de riñón de tres centímetros y medio.
«Se trata de un momento histórico que ha sido posible gracias a la colaboración internacional y que sirve, además, para ilustrar la diversidad que existe en la práctica de la medicina actual«, insiste Breda en una entrevista a GM. «Estamos hablando de una intervención que es bastante pionera, puesto que la primera se hizo en 2001 de la mano de Jack Marc Scott«, menciona. En este caso, se operó desde Nueva York a Estrasburgo. Sin embargo, resalta que, en aquella época, no había una buena conexión a internet y, por tanto, la intervención fue bastante compleja y difícil. «Ahora, después de 24 años, finalmente, tenemos una tecnología que nos permite realizarla con todas las garantías«, declara.
Cómo se fraguó todo
Haciendo un repaso de cómo ha evolucionado la cirugía robótica mínimamente invasiva, Breda menciona que hace tan solo 10 años solo existía el sistema robótico Da Vinci. Sin embargo, a partir de 2020, una vez caducadas sus patentes, han entrado en el mercado otras siete plataformas. En este momento, en Europa pueden contar con ocho plataformas robóticas de diferentes marcas y de diferentes casas comerciales. «Ofrecen al cirujano unas ventajas enormes en términos de ergonomía, de cansancio, de estandarizar una cirugía», asevera.
En este caso en concreto, Breda echa la vista atrás para recordar que, en China, desde el año 2020 al 2022, desarrollaron una serie de sistemas robóticos muy similares al Da Vinci con la incorporación de la posibilidad de hacer telecirugía. «A raíz de esto, empezamos a entablar conversaciones con el país para poder aplicar esta telecirugía a nuestra práctica diaria», informa. En concreto, en febrero de este año, afirma que se reunieron en Orlando con varias sociedades internacionales en un mitin de consenso en el que debatieron sobre cómo podían hacerlo posible. «Después de ocho meses, pudimos hacer esta cirugía desde Burdeos a Pekín», relata.
En concreto, indica que se decantaron por desarrollar la intervención en China por dos motivos. Por un lado, porque el hospital que eligieron es de gran prestigio, en concreto el Hospital General Pla de Pekín. Por otro, porque el sistema robótico fue desarrollado allí, donde desde hace dos años ya se aplica este concepto de telecirugía.
25 años de carrera profesional en cirugía robótica
Según corrobora Breda, para poder realizar esta intervención ha recibido la misma formación que un cirujano robótico general. «Me he formado a lo largo de mis 25 años de carrera profesional en cirugía robótica desde el 2000 al 2024». Asimismo, explica que no hay ninguna diferencia entre operar a distancia y operar al lado del paciente en términos prácticos y técnicos. No obstante, previamente, en concreto en febrero de 2024, Breda realizó una nefrectomía a un cerdo vía telecirugía, desde Orlando a un hospital de Shanghái, a más de 12.800 km de distancia.
A la hora de intervenir, afirma que existe una latencia, es decir, un retraso de la información que sale desde la consola y que llega a los brazos robóticos. En este caso, dado que eran 8.000 kilómetros de distancia, había cierta latencia, pero imperceptible al cerebro humano. «Estamos hablando de 132 milisegundos, que quiere decir que el cerebro no es capaz de notar la diferencia», garantiza el jefe de Urología Oncológica y del equipo quirúrgico de trasplante renal de la Fundació Puigvert.
Para solventar este leve retraso, y atendiendo al campo de la Inteligencia Artificial (IA), Breda relata que, pronto en telecirugía, se contará con mecanismos de IA que podrán eliminar totalmente la latencia de la retransmisión. Para lograrlo, prosigue, «se hará uso de algoritmos que hacen que nuestro cerebro no perciba mínimamente ningún tipo de latencia, ni siquiera cuando ésta es superior a 300 milisegundos, que se considera el límite máximo para poder asumir una cirugía a distancia».
Conexión a internet, ciberseguridad y capacidad de actuación
Entre los desafíos más reseñables de cara a poder realizar esta operación a una distancia de más de 8.000 km, Breda saca a colación disponer de una línea de internet segura. Para ello, relata que tuvieron que trabajar con empresas de telecomunicaciones francesas y chinas de cara a contar con una línea de internet sin interrupciones y, sobre todo, con una ciberseguridad potente.
Además, señala que otro de los puntos críticos era cómo poder actuar ante una urgencia vital. Con el objetivo de poder solventar esta situación, en el caso de que ocurriera, comenta que, al lado del paciente, en China, había un equipo altamente preparado para poder asumir cualquier tipo de complicación, incluso si hubiera habido un fallo de internet, para poder asumir la intervención in situ.
Impacto de la telecirugía en situaciones de emergencia
Indagando en cuáles son los beneficios de la telecirugía para los pacientes en comparación a métodos tradicionales, el jefe de Urología Oncológica y del Equipo quirúrgico de Trasplante Renal de la Fundació Puigvert sostiene que, como tal, «no existen». Al respecto, sostiene que ellos ya emplean la cirugía robótica en este tipo de intervenciones. «La ventaja para el paciente, en términos de tecnología, es absolutamente idéntica a la ventaja que puede tener un paciente operado a través de la robótica». Saca a colación algunas como la disminución del tiempo operatorio, del sangrado o del dolor. «Son resultados que permiten que los pacientes se vayan a casa en 24-48 horas», ratifica.
De hecho, bajo su punto de vista, «el mayor beneficio es que se pueda llegar a operar a los pacientes de zonas rurales o de zonas remotas que, de otra forma, no tendrían acceso a seguridad social o a la Sanidad«. Ejemplifica esto haciendo alusión al caso de que un paciente se ponga muy enfermo y necesite una intervención urgente de corazón. «En este caso se podría poner una plataforma robótica en estas zonas rurales y que un cirujano, con su consola desde el hospital terciario en Madrid, por ejemplo, pudiera operar a un paciente en la sierra». «Yo le doy una visión muy importante a este tipo de cirugías sobre todo en el campo de la ayuda humanitaria«, añade.
Mirando al futuro, para Breda uno de los grandes desafíos a los que se enfrentarán será cómo coordinar, a nivel mundial, toda esta cirugía con los gobiernos, las legislaciones y las compañías de seguros.