Florentino Pérez Raya
Florentino Pérez Raya

Acaba de arrancar un nuevo curso escolar en España y, una vez y por desgracia, observamos una de esas diferencias que nos separan de otros países de nuestro nivel socioeconómico. Y el problema se resume en una frase: en muchos hay una enfermera o enfermero en cada centro educativo y aquí no, ni se la espera de momento.  

Gracias al trabajo de nuestro Instituto de Investigación Enfermera podemos afirmar, con datos en la mano, que los centros educativos que incorporan una enfermera o enfermero a jornada completa están apostando por la salud de toda la comunidad, no sólo de los alumnos y alumnas, sino de los profesores, de los trabajadores del centro y, por extensión, de toda la sociedad, ya que los menores ejercen de correa de transmisión de los hábitos saludables y la prevención de la enfermedad.

No podemos pensar en una enfermera como un profesional que está para atender a alguien que sufre una herida en el recreo o tiene 39 de fiebre. Olvidemos esa concepción clásica. Las enfermeras escolares realizan una tarea fundamental de educación para la salud, de promoción de buenos hábitos, enseñan cómo alimentarse bien, promoción del ejercicio, educación sexual… Sabemos que ese aprendizaje sobre el autocuidado es tan importante como las matemáticas o las ciencias en edades tempranas, que tiene una repercusión positiva a largo plazo.

Tampoco conviene olvidar que las enfermedades crónicas cada vez son más prevalentes en la población infantojuvenil. Las Organización Colegial de Enfermería, las sociedades científicas, los pacientes… llevamos años demandando un modelo de integración total de las enfermeras en los colegios e institutos, como ocurre en otros países avanzados.

Se van dando pasos, pero no siempre en la dirección adecuada. Cataluña, por ejemplo, ha anunciado estos días que este curso se ampliará a todos los centros de secundaria, y en 2024 a los de primaria, la figura de la enfermera referente desde Atención Primaria. Hablamos de acudir al centro dos horas y media por semana. Menos es nada, pero tal y cómo está la Atención Primaria en este país, saturada y escasísima de profesionales, creemos que el camino pasa por las enfermeras a pleno rendimiento dentro del centro educativo. Andalucía es otra región importante que apuesta por ese modelo de enfermera de referencia.

Una vez más, una España a varias velocidades, con distintos enfoques en un ámbito sobre el que debería haber más consenso. Invertir en enfermeras escolares evita gastos sanitarios importantes a futuro. Pero, ya sabemos, los políticos no miran más allá de los cuatro años de una legislatura.


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