La polifarmacia supone “un desafío complejo pero manejable”, ha expuesto Isabel Torrente Jiménez, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Parc Tauli (Sabadell), en el marco del 45ª Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) –19º Congreso de la Sociedad Canaria de Medicina Interna (SOCAMI)–.
En este contexto, durante la mesa ‘Polifarmacia y prescripción en el anciano‘, Torrente ha apuntado que “más de la mitad de las hospitalizaciones en Servicios de Medicina Interna son pacientes crónicos complejos y un alto porcentaje son pluripatológicos”. Ambas situaciones implican un elevado riesgo de polifarmacia que puede tener un impacto significativo en la salud del paciente, por lo que ha insistido en concienciar a los internistas de su importancia.
Por su parte, Alicia Conde Martel, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín de Las Palmas, también ha recalcado “la importancia de una correcta prescripción y no omitir fármacos con beneficio demostrado en reducir la morbi-mortalidad, con independencia de la edad”.
Retos en el manejo del paciente
Dentro de la prescripción adecuada de fármacos, un aspecto relevante, ha recordado Conde, son “las potenciales omisiones de prescripción, la no utilización de fármacos con beneficio demostrado en distintas patologías y que no se prescriben”. En ello influyen en parte la edad, así como la pluripatología y polifarmacia. Estas “omisiones de prescripción” tienen especial importancia en patologías como la insuficiencia cardiaca, que constituye la primera causa de ingreso de pacientes mayores en el mundo occidental y en Medicina Interna en particular, así como en la hipertensión arterial con elevadísima prevalencia en la población anciana o la fibrilación auricular que puede llegar a afectar a uno de cada 5-6 octogenarios.
Las “omisiones de prescripción” tienen especial importancia en patologías como la insuficiencia cardiaca, que constituye la primera causa de ingreso de pacientes mayores
En este sentido, Torrente ha explicado que, en general, “se habla de polifarmacia cuando el paciente toma cinco o más fármacos y sí existe consenso para lo que denominamos polifarmacia extrema (más de 10 fármacos)”. Precisamente, el estudio CRONICOM puso de manifiesto que “un 32% de pacientes pluripatológicos y un 39% de pacientes crónicos complejos (sin pluripatología) ingresados en plantas de Medicina Interna presentaba polifarmacia extrema”, tal y como ha señalado la internista.
Uno de los retos importantes, según ha indicado Torrente, es “la retirada de manera segura de fármacos innecesarios, perjudiciales o no adecuados mediante un proceso de deprescripción”. “Las estrategias de deprescripción son importantes para disminuir las consecuencias negativas de la polifarmacia como serían interacciones farmacológicas, los errores de medicación, la prescripción en cascada, los efectos adversos y las hospitalizaciones que de ellos se pueden derivar, pero también para mejorar la adherencia terapéutica y la calidad de vida”, ha añadido.
¿Cómo evitar la polimedicación?
Una correcta coordinación asistencial que agilice la comunicación entre los diferentes niveles asistenciales y profesionales de salud que atienden al paciente mejora las posibilidades de no generar polifarmacia aumentado la seguridad del paciente al evitar por ejemplo duplicidades o tratamientos innecesarios, ha apuntado Torrente.
Por otro lado, aumentan las oportunidades de realizar una de prescripción exitosa y una correcta adecuación farmacológica. Sobre ello, Conde ha puntualizado también que “resulta fundamental la coordinación asistencial para evitar duplicidades y lograr una adecuada prescripción, evitando tratamientos no indicados y pautando los fármacos que han mostrado beneficio en distintas patologías con independencia de la edad”.
Para realizar una correcta adecuación farmacológica, ha expuesto Torrente, “es imprescindible una valoración integral multidimensional que ayude a determinar los objetivos terapéuticos de los pacientes, así como una toma de decisiones compartida para concretar un plan terapéutico individualizado, por lo que la visión global de médico internista resulta fundamental”.
Además del papel del internista en la consulta, Conde ha mencionado que los ingresos hospitalarios en los Servicios de Medicina Interna a nivel nacional representan aproximadamente el 20% de las altas hospitalaria y se trata mayoritariamente de pacientes de edad avanzada. Por ello, “el internista tiene un papel fundamental, con su visión integral en la evaluación, revisión y conciliación de la medicación del paciente cuando se va de alta tras un ingreso hospitalario”, ha concluido.
Los ingresos hospitalarios en los Servicios de Medicina Interna en España representan aproximadamente el 20% de las altas hospitalaria y son, mayoritariamente, pacientes de edad avanzada
Finalmente, Torrente ha comentado que el “el uso de muchos fármacos resulta un problema cuando la prescripción es inadecuada o no razonada de tal manera que los riesgos de la polifarmacia superen los beneficios”. “Las interacciones más frecuentes son las que se producen entre fármacos, aunque no hay que olvidar que se dan otro tipo de interacciones como las fármaco-alimento”, ha agregado.
A este respecto, los cuidadores o personal a cargo de los pacientes, ha afirmado Torrente, juegan un papel crucial en los pacientes con polifarmacia, especialmente en pacientes mayores, pluripatológicos o con complejidad asociada. Algunos puntos clave son: organización y administración de medicamentos asegurando la adherencia a los tratamientos, comunicación con los profesionales de la salud para gestionar los cambios de medicación, asegurar que no haya interrupciones en el suministro de recetas o informar de posibles efectos adversos.