La reclasificación profesional se ha convertido en un tema de debate en los últimos meses, especialmente a raíz de la filtración del borrador del Estatuto Marco elaborado por el Ministerio de Sanidad. No obstante, la demanda del colectivo médico por acceder a la categoría A1 plus no es nueva. Tal y como explica Sheila Justo, vicepresidenta de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts), a Gaceta Médica, los médicos y facultativos llevan reivindicando esta reclasificación desde la implantación del Plan Bolonia, lo que convierte esta exigencia en una reivindicación de carácter «histórico».
Con la unificación de los grados universitarios tras el Plan Bolonia, muchas titulaciones pasaron a tener una duración de cuatro años. Sin embargo, hay excepciones como Medicina, Arquitectura, Odontología o Farmacia, cuya formación se extiende a cinco años, salvo Medicina, que tiene una duración de seis. «Por eso, en nuestro caso, la formación no se limita a un grado estándar, sino que equivale a un grado más máster por su carga lectiva y nivel de especialización», explica la vicepresidenta.
En este contexto, el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) distinguía tradicionalmente entre diplomados y licenciados. No obstante, con la última modificación normativa, esa diferencia desaparece, y en principio todas las titulaciones se agrupan en el subgrupo A1, ya que tanto diplomados como licenciados han sido reemplazados por los nuevos títulos de grado.
Grado de responsabilidad
«Toda esta clasificación se basa, en gran medida, en el grado de responsabilidad que asume cada profesional. Y, lógicamente, el médico asume un nivel de responsabilidad superior al del resto de los profesionales del sistema sanitario», asegura Justo. En su momento, los médicos fueron incluidos en el grupo A1, pero, al igual que ocurrió con los jueces —que se movilizaron al considerar que la exigencia formativa y la responsabilidad de su labor no se correspondía con la clasificación establecida en el EBEP—, los médicos comenzaron a difundir y defender la reivindicación de una reclasificación «acorde con la realidad de su formación y funciones«.
Por ello, hablaron de que la solución seria crear el grupo A1 plus. «Es verdad que la reivindicación ha ido aumentando en aumento, sobre todo con la recientemente modificación del Estatuto Marco, pero nosotros entendemos que no podemos seguir manteniéndonos en el A1», afirma Justo. Por ello, subraya que la clasificación en el grupo A1 está pensada para titulaciones de grado, como es el caso de los farmacéuticos o psicólogos. Sin embargo, en el caso de los médicos, se exige una formación equivalente a un grado más un máster para poder ejercer.
«Toda esta clasificación se basa en el grado de responsabilidad que asume cada profesional. Y, lógicamente, el médico asume un nivel de responsabilidad superior al del resto de los profesionales del sistema sanitario»
«La titulación en Medicina supone seis años de carrera, a lo que hay que sumar entre cuatro y cinco años de especialidad. En total, estamos hablando de una formación de hasta 12 años, que es común a todos los médicos del Sistema Nacional de Salud, ya que la especialidad forma parte de los requisitos imprescindibles para ejercer», explica. Y añade: «Esto no tiene nada que ver con que, por ejemplo, un psicólogo decida hacer tres másteres; lo nuestro no es opcional, es parte estructural y obligatoria de nuestra formación”»
Ante esa situación de «titulación exigida«, los médicos piden lo que los jueces exigieron en su momento. «Entendemos que nuestra formación mínima exigida es de 12 años, ya que es el recorrido necesario para poder ejercer como médicos en el sistema público. A eso hay que sumar que la mayoría continuamos formándonos con másteres, formación continuada y reciclaje constante, porque la medicina está en evolución permanente», explica la vicepresidenta de Amyts.
Ante esta realidad ha llevado a los médicos y facultativos a reivindicar que «no se nos puede equiparar con otros grados incluidos en el A1, ya que la formación y la responsabilidad profesional son muy superiores. Por ello, consideramos que merecemos una clasificación diferenciada, que reconozca adecuadamente el nivel de especialización y exigencia de nuestra trayectoria», asegura Justo.
El Plan Bolonia como punto de discordancia
Con la implantación del Plan Bolonia comenzó a generarse una «discordancia» en el reconocimiento de la formación. Mientras que la mayoría de los grados universitarios pasaron a tener una duración de cuatro años, Medicina mantuvo su estructura de seis años, lo que refleja no solo una mayor carga lectiva, sino también un nivel de responsabilidad superior. «Medicina sigue siendo una excepción, y esa diferencia debería reconocerse tanto en términos de formación como de responsabilidad profesional», subraya la vicepresidenta.
El Plan Bolonia unificó la formación universitaria en toda Europa, estableciendo los grados de cuatro años como norma general. Sin embargo, dentro de ese marco también se contempla un nivel superior: el grado más máster, que es donde encaja la titulación en Medicina. Justo explica que su formación «no solo supera en duración a la de otros grados, sino que además conlleva un nivel de especialización y responsabilidad mucho mayor. Y no se trata solo de eso. Al finalizar la carrera de Medicina, no podemos ejercer directamente«.
«Medicina sigue siendo una excepción, y esa diferencia debería reconocerse tanto en términos de formación como de responsabilidad profesional»
Es obligatorio superar el examen MIR y completar una especialidad de cuatro o cinco años para poder trabajar en el sistema público. Es decir, el título de grado por sí solo no habilita para ejercer como médico; la formación completa requiere entre 10 y 12 años. En el ámbito del empleo público —y esto es clave—, el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) establece una clasificación profesional basada en la titulación y el grado de responsabilidad del puesto. «Por eso, no tiene sentido que todos los profesionales sean encuadrados en el mismo grupo A1 si no tienen la misma formación ni las mismas responsabilidades«, explica Justo.
En este sentido, la vicepresidenta valora una las modificaciones en el Estatuto Marco: que la enfermeria pase del A2 al A1. los médicos. Sin embargo, creen que es necesario «dar un paso más y reconocer que la Medicina, por su nivel de exigencia y responsabilidad, requiere una clasificación diferenciada, acorde con su formación real».
Enfermería y farmacia también piden el A1 plus
Por otro lado, los médicos no son los únicos que piden el A1 plus al Ministerio de Sanidad. Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), incide en que si existe la posibilidad de que se cree el A1 plus, «este debería otorgarse también tanto a las enfermeras especialistas como a las que poseen máster y doctorado».
«Muchas enfermeras también han cursado dos años más de formación para lograr una especialidad o tienen estudios de posgrado, como másteres y doctorados, lo que refuerza su preparación académica. Si se plantea un grupo A1+ para quienes tienen un mayor nivel formativo, este también debería otorgarse tanto a las enfermeras especialistas como a las que tienen tanto máster como doctorado«, explica el CGE.
Además, al igual que los médicos, Pérez Raya explica que las enfermeras también tienen una responsabilidad con el paciente: «Entre sus funciones se incluyen tareas de alta especialización, como la atención en unidades como críticos, UCI, urgencias, gestión integral de pacientes crónicos, administración de medicamentos complejos y procedimientos técnicos avanzados. En muchas ocasiones, también asumen funciones de liderazgo en unidades propias y/o equipos multidisciplinares y roles de gestión que no son reconocidos ni valorados convenientemente«.
«El A1 plus debería otorgarse también tanto a las enfermeras especialistas como a las que poseen máster y doctorado»
Asimismo, los farmacéuticos también exigen una reclasificación. La Federación Española de Estudiantes de Farmacia (FEEF) asegura que esta es «una medida justa y necesaria para reflejar adecuadamente la formación y responsabilidad de los farmacéuticos dentro del SNS».
Según la FEEF, la titulación del grado de Farmacia exige una formación universitaria de 300 créditos, lo que implica un «alto nivel de exigencia académica». Además, inciden en que mucho farmacéuticos optan por una especialización a través del FIR, con una residencia de cuatro años, lo que incrementa aún más su «preparación y competencias«.
Sin embargo, aunque todos estos profesionales de la salud insistan y argumenten sus posturas de por qué ellos deberían obtener un A1 plus, hace varias semanas que el Ministerio de Sanidad ha vetado esta propuesta. Sanidad segura que es imposible crear un nuevo grupo, ya que la estructura de A1-A2-B-C1-C2-E depende del Estatuto Básico del Empleado Público. A cambio han propuesto una nueva clasificación basada en el modelo MECES a través del Marco Español de Cualificaciones para el aprendizaje permanente. De esta forma, la clasificación se basa en los créditos del título exigido para el ingreso.