La implantación de un nuevo modelo de hogar médico oncológico ha sido el foco de la conferencia central de la jornada inaugural del The 4th Oncology Quality Care Symposium, organizado por la Fundación ECO en colaboración con la American Society of Clinical Oncology (ASCO). Stephen Grubbs, vicepresidente de Asuntos Clínicos de ASCO, ha explicado el programa QOPI de certificación de calidad en la atención oncológica antes de profundizar en su desarrollo e historia hasta la actualidad. “Es importante sensibilizar a los gobiernos si se quiere que se produzcan cambios para los pacientes”, ha reflexionado al comienzo de su ponencia, introducida por Alfredo Carrato, miembro de la Fundación ECO.

La mesa versaba, concretamente, sobre el recorrido de este hogar oncológico, conocido como modelo Oncology Medical Home (OMH). Según describen desde ASCO, se trata de una guía para identificar e implementar un sistema integral de prestación de atención oncológica que se centre en la calidad de la atención. Este modelo enseña así las prácticas acerca de cómo crear una estructura de atención que se integre a lo largo de todo el curso del tratamiento y la recuperación, con mediciones para brindar retroalimentación en todos los pasos del proceso.

“Cuando a un paciente se le diagnostica cáncer, el tratamiento de la enfermedad se convierte en el objetivo principal de la atención médica. Esto a menudo implica un tratamiento muy especializado y prolongado, como la quimioterapia y la radiación”, aprecian desde la Sociedad Americana de Oncología Clínica.

La semilla de estas ‘residencias’ se plantó, según Grubbs, en los años 60, cuando la American Academy of Pediatrics (AAP) identificó que había pacientes pediátricos que tenían enfermedades crónicas que realmente no estaban recibiendo la atención que necesitaban. Por ello, “empezaron a desarrollar este concepto de poner al paciente en el centro de la atención médica”. “En los últimos 20 años este concepto fue creciendo y por fin, en torno al año 2000, se desarrollaron principios generales de lo que supondría una residencia centrada en el paciente”, ha explicado el responsable de ASCO.

Stephen Grubbs (ASCO) y Alfredo Carrato (Fundación ECO).

En 2008, el National Committee for Quality Assurance (NCQA) adoptó estos estándares y desarrollaron un programa de reconocimiento para estas residencias, que pudieron certificarse y ser reconocidas. Según ha valorado Grubbs, “esto se convirtió en algo muy importante en términos de cobertura del sistema Medicare, que tuvo en cuenta estas certificaciones y decidieron que las personas que habían aceptado esos principios recibieran un mayor número de reembolsos”. A partir de entonces se empezaron a desarrollar programas para especialistas.

Los mimbres de PCMH

El sustento del Patient-Centered Medical Home (PCMH) partió así, conceptualmente, a partir de cinco requisitos de la Agency for Healthcare Researc and Quality (AHRQ), similar al ISCIII por ofrecer financiación gubernamental para realizar investigaciones sobre todo tipo de enfermedades y tratamientos. Grubbs ha repasado así las citadas condiciones: “tener unos cuidados completos; estar centrado en los pacientes; unos cuidados coordinados y accesibles, teniendo en cuenta todos los elementos de la constelación del sistema sanitario; y garantía de calidad y seguridad”.

Sobre este último punto ha recalcado que ha de tener mediciones basadas en desempeño, algo a lo que ya se dedica la Fundación ECO. “Es importante que los cuidados estén basados en datos empíricos y también hace falta analizar la experiencia del paciente y saber lo que las familias dicen en cuanto a cómo perciben los cuidados: cuando hay problemas, tenemos que mirarnos hacia dentro y decir cómo es posible mejorar”, ha añadido.

“Es importante que los cuidados estén basados en datos empíricos y analizar la experiencia del paciente en cuanto a cómo perciben los cuidados”

Stephen Grubbs, vicepresidente de Asuntos Clínicos de ASCO

En 2010, el oncólogo John Sprandio tomó estos principios y los introdujo en su consulta, consiguiendo ser reconocida como un centro de excelencia. Así lo ha indicado el vicepresidente de Asuntos Clínicos de ASCO: “Fue el primer oncólogo en EEUU que lo hizo, y Barbara McAneny, que siempre ha sido un peso pesado en oncología en EEUU, en 2012 recibió una beca del Center Medicare and Medicaid Innovation (CMMI) y bautizó este sistema como COME HOME”.

“Lo que quiso fue establecer siete centros que intentaran cumplir con estos principios. El proyecto terminó en 2017 y se consiguió ahorros y mejoró la experiencia de los pacientes. Este mismo CMMI, en 2016, lanzó un programa que acabó el año pasado con 170 consultas, donde incorporaron alguno de estos conceptos en un modelo de pago alternativo”, ha proseguido.

Pasos finales: de 2021 a una experiencia piloto

Antes de cristalizar en la experiencia piloto desarrollada al otro lado del charco y repasar su posible implementación en el ‘viejo continente’, Grubbs ha detallado que en 2021 la propia ASCO y la COA (Community Oncology Alliance) se reunieron y publicaron una serie de estándares para estos centro de oncología médica (OMH). De este modo, el ponente ha indagado en cómo se han transferido estos estándares en un programa de certificación (Oncology Medical Home Standards ASCO Patient Centered Cancer Care Certification).

Para ello, ha enseñado una forma de transformación de los cuidados en cáncer y de innovación en estos cuidados, destacando la manera en que los oncólogos han ido estableciendo los estándares. “Nosotros somos quienes definimos cómo deben ser estos sistemas de cuidados para que los pacientes reciban exactamente lo que necesitan. ASCO tiene una forma de desarrollar estándares de forma muy disciplinada”, ha apuntado. Los pasos dados fueron los siguientes:

  • Reunión de un panel de expertos, revisión de literatura, desarrollo de estándares y aprobación por los patronos de la ASCO en 2021. Seiete ámbitos: implicación del paciente, acceso a los cuidados, medicina basada en evidencia, cuidados equitativos, mejora continua de la calidad y debates del final de la vida.
  • Incorporación del programa de certificación QOPI. “Esto tiene que ver mucho con la seguridad, hay 17 estándares en esos dominios”, ha señalado Grubbs.
  • Una vez desarrollados estos estándares, decidieron avanzar en dar a las consultas la posibilidad de tener este distintivo, convirtiéndose así en una ‘HOME’, es decir, un centro especializado. Para ello, “decidimos redactar un manual de certificación y estos se adaptaron para ver cómo se podían implementar en cada consulta”.
  • En julio de 2021 arrancó un proyecto piloto que incluyó 12 consultas en EE. UU. Como parte del mismo, según Grubbs, se hicieron revisiones exhaustivas de los centros: “Si se detecta algún defecto, se da un tiempo para que se mejore y, en su caso, se otorga la certificación”. “Queríamos que se aplicaran medidas basadas en solicitudes de atención. Con estas podíamos medir distintas cosas, costes, cuidados, y la calidad”, ha destacado.

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