En la actualidad, en España, hay reconocidas 47 especialidades médicas; y para acceder a ellas, es necesario pasar un periodo de entre 2 y 5 años como Médico Interno Residente (MIR) en un hospital o en un centro de salud acreditado, y para ello, existe una condición ineludible: el examen homónimo, el MIR.

El Ministerio de Sanidad ya ratificó el pasado 4 de enero las fechas de las pruebas MIR y EIR 2023, así como las del resto áreas de Formación Sanitaria Especializada (FIR, PIR, QIR, BIR y RFIR), que tendrán lugar el próximo 21 de enero.

Este examen es una prueba de evaluación que consiste en 200 preguntas (más 10 de reserva) de respuesta múltiple (tipo test), que debe contestarse en un máximo de 4 horas y media. Cada pregunta acertada vale 3 puntos y cada pregunta fallada resta 1 punto.

Estos exámenes pueden resultar difíciles de afrontar. El estrés, la ansiedad o la incertidumbre suelen ser compañeros no deseados, sobre todo en los días anteriores a la realización de las pruebas.

Para evitar estos problemas, o al menos mantenerlos a raya, Gaceta Médica ha hablado con Pedro Altungy Labrador, psicólogo y colaborador del Consejo General de Psicología de España, para obtener consejos y directrices para lidiar con los sentimientos y emociones negativas que pueden surgir en el proceso.

Consejos para afrontar la ansiedad antes del examen MIR

Para empezar, Altungy ha hecho mención a la importancia de prestar atención a los mensajes que los propios estudiantes se lanzan a sí mismos. Mensajes como “lo voy a hacer fatal” o “voy a suspender”, lejos de ayudar a los aspirantes, les produce un pesimismo exacerbado.

“No es lo mismo decirte a ti mismo que lo vas a hacer fatal a decirte algo que lo vas a intentar, que estás preparado para afrontar el examen”, afirma Altugny, y recalca que las verbalizaciones son “muy importantes” para lidiar con la ansiedad.

A pesar de esto, el profesional de la psicología avisa del peligro de caer en un optimismo exagerado. “Comentarios como ‘voy a sacar un 10’ tampoco ayudan”, reconoce.

Refiriéndose a la prueba en sí, Altugny anima a los estudiantes y futuros médicos a contextualizar el examen, es decir, a saber a qué se enfrentan y ser realistas. Normalmente este proceso se ve como algo “definitivo”, como si no existieran más opciones. “Este pensamiento trae consigo otros como ‘si suspendo es un desastre’, y esto no es así, hay opciones”, asegura.

Esta prueba es importante, de eso no cabe duda, pero si los estudiantes quieren mantener alejados a la ansiedad y al estrés, es fundamental tener presente que “no se acaba el mundo”.

Como consejos para combatir estos problemas, Altugny apuesta por, los dos días previos al examen, “no tocar los apuntes”. “Llevan mucho tiempo estudiando, el último día no marcará la diferencia en cuanto a memorización”, explica. Lo esencial, asegura, es estar relajado, descansado y “no machacarse”, ya que esto aumentará la ansiedad de forma exponencial.

Otro consejo que propone es compartir lo que los estudiantes sientes, ya que este proceso puede ser un camino solitario, y es importante hablar con compañeros que estén pasando por lo mismo. “También se puede buscar apoyo familiar o de amigos”, recuerda.

Para concluir, Altugny señala que muchas universidades ofrecen cursos gratuitos para manejar las emociones ante situaciones de estrés, como puede ser un examen de estas características, por lo que, es importante “echarles un ojo, ya que están ahí”.

Como recordatorio final, los aspirantes deben comparecer ante la Mesa de Examen que se les ha señalado provistos de su documento acreditativo de identidad (DNI, Pasaporte o Número de identificación de extranjeros), a las 15:00 horas (14:00 en Canarias) del sábado 21 de enero. Para contestar la hoja de respuestas, tal como informa la web del Ministerio, sólo se podrá utilizar bolígrafo, y no estará permitido el uso de lápices, rotuladores, plumas, etc.


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