Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 28 de abril de 2017 h |

La Organización Mundial de Academias, Colegios y Sociedades Científicas de Medicina de Familia (Wonca, por sus siglas en inglés), ha otorgado su premio “Médico cinco estrellas” a Verónica Casado, un referente en el ámbito de la atención primaria.

Pregunta. ¿Cómo debe ser un médico de familia “cinco estrellas”?

Respuesta. Wonca da estos premios a médicos que dedican mucho tiempo a la asistencia y que también hacen que esa asistencia sea mejor. Una de las cosas valoradas en mi caso es trabajar en docencia y en formación para intentar que nuestra especialidad y displina académica sea más sólida, para lograr que la asistencia que prestamos a los pacientes sea lo más competente y resolutiva posible.

P. ¿Qué ha supuesto para usted?

R. Llevo en una burbuja desde que me lo dijeron. La primera gran sorpresa es que algunas personas que para mí son un referente me presentaran. Me presentó Domingo Orozco, presidente de la Comisión Nacional de la especialidad. En un momento dado necesitaron algunos datos de mi currículum y ahí me enteré. Eso para mí ya es un premio. La sorpresa grande fue posteriormente, cuando al conectarme al móvil tras una conferencia y vi una carta de la secretaría de Wonca comunicándome que el premio era para mí. La tercera parte es la reacción extraordinaria de mi familia, mis amigos y de mis pacientes. Es algo espectacular. Las personas a las que yo cuido consideran que ese premio es merecido, que es lo que importa.

P. Y ahora, a esperar a Seúl…

R. El siguiente paso es en octubre de 2018 en Seúl. Es el encuentro mundial de Wonca. Cada región presentará de uno a tres candidatos, y ahí iremos, pero donde estamos me parece ya extraordinario.

P. ¿Qué pasa cuando un médico de familia español se compara con los europeos?

R. Si tuviéramos el mismo prestigio interno que externo sería extraordinario. Primaria y la medicina de familia están muy bien consideradas, son un emblema, al igual que la Organización Nacional de Trasplantes o el sistema MIR. Nuestra atención primaria es muy reconocida fuera y los médicos de familia consideran que uno de los sitios donde me jor se les forma es en nuestro país. En Reino Unido, por ejemplo, durante unos años tuvieron un problema de planificación y se quedaron sin médicos de familia y se vinieron a buscarlos aquí, porque consideraban que era donde estaban mejor formados. Todos sabemos que aquellos países que pivotan sobre la atención primaria tienen mejores indicadores de salud y mortalidad que otros.

Aún así, después de 30 años en los que ha mejorado mucho la especialidad, la atención clínica, ha habido un impacto claro sobre los indicadores de salud, nos cuesta todavía explicar que es una especialidad, que van reconociendo nuestro prestigio.

P. ¿Hay muchos médicos de familia cinco estrellas en España?

R. Muchísimos. Mucha gente que dedica alma, corazón y vida a la medicina de familia y a las personas. En definitiva, somos especialistas en personas. A mí no me interesa solo un hígado, sino todo lo que le pasa a mís pacientes desde los problemas físicos a los psicológicos y sociales. Sí que hay un médico de familia cinco estrellas, Miquel Román, de Baleares, que lo recibió hace varios años.

P. ¿Qué les falta a la gran mayoría para poder serlo?

R. Tiempo, tiempo y tiempo. La financiación se traduce muchas veces en que haya más profesionales que puedan dedicar más tiempo. También sistemas de información más sólidos que los que tenemos, pero básicamente es tiempo. Si tienes que ver a 55 pacientes a lo largo de una jornada lógicamente no vas a hacer bien tu trabajo. La ventaja del envejecimiento y el aumento de la esperanza de vida es claro pero conlleva mayores niveles de cronicidad. Hace falta un profesional capaz de conciliar todos los tratamientos de los especialistas.El gran director de orquesta de la cronicidad tiene que ser el médico de familia. Necesitamos más tiempo y más tiempo significa más médicos de familia.

P. ¿Qué le diría a los licenciados que han elegido la especialidad de medicina de familia después del MIR?

R. Que la especialidad más bonita del mundo es la Medicina de Familia. Lo volvería a hacer una y mil veces. Hace poco me preguntaban por qué no se elegía en las primeras posiciones. En gran parte por la falta de conocimiento y quizá por esos mensajes negativos y porque es importante que desde el sistema sanitario se haga una apuesta decidida por la primaria desde el punto de vista de la financiación sanitaria y los recursos. Hace años la OMS recomendó que el 50 por ciento de los médicos fueran de atención primaria y ahora mismo estamos en el 30 por ciento o menos. Eso no puede ser. En financiación se recomienda un 25 y estamos en el 14 por ciento. Si al final se colapsa, repercutirá en todos.

P. ¿En 28 años de ejercicio profesional han cambiado mucho las cosas?

R. Hemos mejorado en muchas cosas. A veces hay que pararse y darse cuenta de donde venimos. Venimos de un sistema que no tiene nada que ver con hace 30 años cuando no había historias clínicas, ni informatización. Había muy buena voluntad. Somos grandes herederos del médico de cabecera que era parte de las familias. Queremos recobrar eso, pero incrementando el nivel médico y científico para ser más resolutivos. Hemos hecho más cosas y hemos tenido más medios, pero las nuevas responsabilidades no han venido acompañadas de financiación. Seguimos estando en un sistema totalmente hospitalocentrista.

P. ¿Cómo veis el futuro de la formación de la especialidad ahora que se ha frenado el R. D. de Troncalidad?

R. Me da mucha pena. He sido presidenta de la Comisión de la Sanidad durante 10 años y vicepresidenta del Consejo Nacional de especialidades y dirigí el proyecto de troncalidad. Elena Salgado nos encargó al presidente y a mí que trabajáramos en el proyecto. Yo creo firmemente en la troncalidad. Pero es algo que exige dinero y presupuestos, hay que organizarla bien y definirla muy bien en competencias, contenidos y estructuras. El proyecto final lo fue perdiendo poco a poco. Es una gran pérdida, porque yo creo que tenemos que formar médicos generalistas durante el grado, con un tránsito de formación especializada más todoterreno como en otros países y de ahí pasar a la especialidad concreta y a las superespecialidades.

Hay que hacerlo bien, porque todo lo que se haga para cambiar el sistema de formación MIR debe ser para mejorarlo. Si no, mejor quedarnos quietos.

LAS FRASES

Si la medicina de familia tuviera el mismo prestigio interno que fuera de España sería extraordinario”

Todo lo que se haga para mejorar el sistema de formación MIR debe ser para mejorarlo”