El consumo medio de azúcares añadidos por niños españoles está muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Así lo revela una investigación titulada “Consumo de azúcar añadido en niños españoles (7-12 años) y densidad de nutrientes de los alimentos que contribuyen a dicho consumo: un estudio observacional”, realizado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inyta), de la Universidad de Granada. Recientemente ha sido publicado en la revista Nutrients.
“Hay veces que nos encontramos con alimentos con una alta cantidad media de azúcares añadidos pero la cantidad de nutrientes que tienen pueden seguir haciéndolos recomendables. Para diferenciarlos de los que no lo son, hemos creado una serie de índices”, ha explicado Jesús Francisco Rodríguez Huertas, Catedrático de Fisiología del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos “José Mataix Verdú” de la Universidad de Granada y presidente de la Sociedad Española de Fisiología.
Asimismo, ha mencionado que los azúcares añadidos tienen un “impacto negativo para la salud”, por lo que conocerlos mejor es importante ya que el número de niños con obesidad en España es importante. “Son el futuro de nuestra sociedad. Si dentro de veinte años la salud empeora, el sector productivo también”.
Ha recordado que la novedad del estudio es que tiene en cuenta los índices de azúcares añadidos y también la densidad de nutrientes. “Ha quedado demostrado que lo más de la mitad del azúcar añadido procede de alimentos con baja densidad nutricional”.
“Galletas, golosinas, cacao en polvo, barritas de chocolate y demás deben tomarse de forma ocasional porque no tiene tanto valor energético y contienen una gran cantidad de estos azúcares“
María Dolores Mesa-García, Catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada
“Ha sido difícil calcular los azúcares añadidos ya que no hay una base de datos que albergue esta información y su cantidad no está presente en el etiquetado”, ha aclarado Marta Palma Morales, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos “José Mataix Verdú” y del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada.
La investigadora ha explicado que solicitaron información a diferentes empresas, solo la obtuvieron de cuatro. El resto de los alimentos fueron analizados en el laboratorio.
“Al fin y al cabo de trata de disminuir esa sensación cerebral de dulzor que sienten nuestros paladares cuando ingerimos estos productos”
Jesús Francisco Rodríguez Huertas, Catedrático de Fisiología del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos “José Mataix Verdú” de la Universidad de Granada y presidente de la Sociedad Española de Fisiología.
Desde hace años, los expertos recomiendan añadir información sobre los azúcares añadidos. “Es importante informar a la población para que esta pueda elegir”, ha indicado María Dolores Mesa-García, Catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada.
Diferencia entre alimentos
Los ponentes han hecho hincapié en lo fundamental que es conocer los alimentos para que los padres sepan cuales tienen que dar de forma moderada o habitual. “Hay alimentos que no contienen azúcares añadidos como la leche el yogur natural o los zumos”, explica Mesa-García.
El estudio revela que hay otros alimentos, que solo aportan un 35 por ciento de los azúcares que toman los niños como pueden ser los cereales y otros productos lácteos, que no son recomendables retirar de la dieta por los muchos otros nutrientes que tienen.
“Sin embargo, galletas, golosinas, cacao en polvo, barritas de chocolate y demás deben tomarse de forma ocasional porque no tiene tanto valor energético y contienen una gran cantidad de estos azúcares”, ha especificado Mesa-García.
Han reiterado que no quieren retirar alimentos de forma taxativa, sino hacer entender a la población la importancia de que ciertos productos se consuman de forma moderada y que cada uno pueda elegir.
En el estudio también han participado 1.775 personas que han explicado con que frecuencia consumen estos productos. “Nos ha sorprendido que los padres tengan una percepción aceptable o buena sobre determinados alimentos con una densidad nutricional baja y que aportan alto contenido en azúcares añadidos por ración”, ha explicado Palma Morales.
Finalmente, el grupo de expertos ha hecho un llamamiento a la industria alimentaria para que este tipo de productos sean reformulados y enriquecidos con otro tipo de nutrientes. Han recomendado a la administración que regule este aspecto como se hizo hace unos años con la sal en el pan, para acostumbrar al paladar de los niños a sabores menos dulces y que, de esta forma, se acostumbren a alimentos con una menor cantidad de azúcares.
“Al fin y al cabo de trata de disminuir esa sensación cerebral de dulzor que sienten nuestros paladares cuando ingerimos estos productos”, ha concluido Rodríguez Huertas.