“La tarea de un médico de primaria no debe ser solamente científica, también debe tener una base humanista y moral”, comentó Carlos Ramos Ortiz médico de familia y miembro del Grupo de Bioética de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) durante una ponencia en el congreso anual de la sociedad que se celebró en Granada. Durante la charla, reivindicó la relación que debe tener la medicina general, y más en concreto la medicina familia y comunitaria con los pacientes, “La medicina cada vez se está volviendo más técnica, mecanizada y reduccionista. Desde la AP se debe luchar contra esto ya que ocupamos un lugar único, estamos estrechamente vinculados al mundo social del paciente y a todo lo que le rodea”, explicaba el miembro de la SEMG.
Para poner en relieve el papel humanista de la medicina, el experto recordó el derecho a la autonomía de los pacientes, como estos tienen capacidad de decisión de la autogestión de su salud, del manejo y la protección de sus datos. También mencionó una de las reivindicaciones clásicas de primaria, “más tiempo asistencial” como una de las claves a la hora de promover un justo reparto de los limitados recursos con los que cuenta el sistema para así proteger un bien mayor: la salud pública. Asimismo, se hizo hincapié en el deber de la justicia y como el reparto de los recursos debe ser equitativo y centrarse en las necesidades.
“Con la perdida del contacto presencial se puede perder ética profesional y alterar la relación médico/paciente”
Manuela Pérez Lavin, médico de familiar y miembro del Grupo de Bioética de la SEMG
Por otra parte, multitud de internistas se congregaron a mediados de junio en torno a la VIII Jornada del Grupo de Trabajo de Bioética y Profesionalismo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), organizada en la sede de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón de Madrid.
Durante esta jornada, al igual que en las jornadas de SEMG, se puso en valor la humanización de la medicina, y el buen trato con el enfermo, incidente en la necesidad de impulsar y fomentar la “buena comunicación con el paciente”. Para ello durante la jornada se dio mucha importancia a las habilidades y destrezas en comunicación que deben tener los futuros médicos, desde SEMI se considera esta competencia como fundamental a incorporar en mayor medida en el Grado de Medicina.
Además, aportaron datos relevantes que salieron a la luz tras la presentación de un artículo un publicado en RCE por miembros del grupo de trabajo de Bioética y Profesionalismo de SEMI, que reflejaba que el 70,1 por ciento de lo internistas que fueron encuestados se enfrentaban a conflictos éticos en su practica clínica ‘con frecuencia o casi siempre’ y que para el 39,9 por ciento de estos complicaban la asistencia sanitaria ‘con frecuencia o casi siempre’. Por lo que centrar unas pautas claras y poner en primera línea la bioética sería fundamental para mejorar el día a día de la profesión.
El reto de la telemedicina
La OMS define la telemedicina como la prestación de servicios de atención a la salud usando las nuevas tecnologías de la comunicación para el intercambio valido de diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades o lesiones. Durante las jornadas de SEMI se recordó que la tecnología es un aliado “siempre y cuando ofrezca más tiempo para comunicarnos mejor” y un enemigo si “fragmenta la relación médico-paciente”.
“En telemedicina, el médico debe tratar de asegurarse de que el paciente haya comprendido sus consejos o sugerencias en cuanto al tratamiento y en lo posible, promover la continuidad de la atención”, comentó durante el simposio de la SEMG sobre biótica en su congreso nacional, Manuela Pérez Lavin, médico de familiar y miembro del Grupo de Bioética de la sociedad. En relación con esto, incidió en la importancia de comprobar siempre la identidad del paciente, sobre todo en el primer contacto. “Con la perdida del contacto presencial se puede perder ética profesional y alterar la relación médico/paciente”, explicó Pérez Lavin.

Durante su charla, Pérez Lavin mencionó que, según la encuesta internacional sobre telemedicina, “España es uno de los países donde más se da, ya que un 62 por ciento de los encuestados respondieron afirmativamente a la pregunta: ¿Ha tenido alguna vez una consulta de telemedicina con un médico?”. De esta forma, el sondeo muestra que en países de nuestro entorno el uso de las nuevas tecnologías para acudir al médico no es tan acuciado, en Francia respondieron que sí un 28 por ciento de los encuestados, un 27 por ciento en Italia y tan solo un 17 por ciento en Alemania.
Además, recordó los grandes riesgos de esta práctica, como las limitaciones y errores en el diagnostico al no existir un examen físico, la despersonalización y el desprestigio de la profesión al reducirse el trato con el paciente y la sobre todo la confidencialidad.La intimidad es un ámbito donde los seres humanos gestionan sus valores más esenciales, “su contenido es una información altamente sensible y requiere protección ética, deontológica y legal”, indicó la miembro del grupo de bioética.
En esta dirección, mencionó que, al usar un canal tecnológico, la vulneración de estos datos puede darse más comúnmente, por lo que recomendó: “no dejarse las sesiones del ordenador abiertas ni facilitar a nadie las claves, contraseñas… además de mantener un contacto fluido con los departamentos de informática”, “Los accesos son auditados con posterioridad y que la documentación clínica quedan registrados en el sistema, por lo que se sabe en que momento y a que información se accede siempre”, advierte.