El nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa, tiene por delante la misión de desarrollar el marco estratégico de atención primaria impulsado por su antecesora, María Luisa Carcedo. Una iniciativa que se gestó con las aportaciones de profesionales, miembros de la administración y pacientes y con la que las sociedades científicas del primer nivel se encuentran identificadas en distinto grado, aunque todas coinciden en la necesidad de mejorar la financiación y los recursos como primer paso.

De entrada, al presidente de Semfyc, Salvador Tranche, le preocupa la imagen que pueda dar la atención primaria con los últimos roces entre las sociedades científicas. Al margen de este contexto, asegura que todavía no han tenido contacto con él, pero saben que en su día apoyó las peticiones de los médicos del primer nivel en Cataluña. “Esperamos que si recupera el espíritu de Ernest Lluch sea sensible a las reivindicaciones de la primaria”, sentencia.

En su opinión, es importante que asuma el liderazgo. También les gustaría que siguiera en la línea de Carcedo y aprovechar la ventana de oportunidad que se ha brindado al primer nivel desde el Ministerio. Asimismo, recuerda que en un documento publicado por esta sociedad científica con propuestas para un nuevo modelo de atención primaria que recogen las conclusiones de varias jornadas de reflexión organizadas por la sociedad una de las actuaciones principales es garantizar presupuestos para la atención primaria finalistas y blindados. La sociedad científica reclama la inversión de más de 3.000 millones de euros en cuatro años que exigiría también un apoyo del ministerio.

Por su parte, José Luis Llisterri, presidente de Semergen, pide al nuevo ministro respeto, al tiempo que le desea suerte. “Es fundamental que piense que la primaria es el eje del sistema sanitario”, asegura, y sostiene que habrá que dejar pasar un margen de cien días para ver el rumbo que sigue. “A ver si el marco estratégico ‘famoso’ se consolida de manera que se refleje en el incremento del porcentaje del gasto sanitario”, adelanta.

De igual modo, Llisterri considera que lo más importante es eliminar la precariedad, resolver los problemas de la medicina rural, eliminar las jubilaciones forzosas y que haga caso a las peticiones del Foro de Atención Primaria.

De igual modo, Llisterri considera que lo más importante es eliminar la precariedad, resolver los problemas de la medicina rural, eliminar las jubilaciones forzosas y que haga caso a las peticiones del Foro de Atención Primaria.

En la misma línea, Antonio Fernández-Pro, presidente de SEMG, confía en que de una vez por todas se ataque el problema atávico de la AP en nuestro país, que se arrastra desde hace 20 años. En sus palabras, aunque las competencias sanitarias están transferidas, el papel de un ministerio con una estructura adecuada resulta fundamental.

Los puntos clave para el portavoz de SEMG son una política adecuada de recursos humanos para evitar que los médicos jóvenes se marchen y que se asegure el reemplazo de los profesionales que se jubilan. En definitiva, que se proporcionen “los medios suficientes y necesarios para cubrir las necesidades sanitarias, en particular en la España vaciada”.