
El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), Celso Arango, ha expresado su rechazo por el tratamiento que algunos medios de comunicación han dado a la información sobre la autoría de la carta amenazante que ha recibido en estos días la Ministra de Turismo, Reyes Maroto, con titulares que aluden de forma acusatoria a la patología mental que sufre la persona que ha realizado este acto violento.
En un comunicado, Arango hace hincapié en que «los seres humanos somos lo suficientemente complejos como para que se nos pueda definir por una característica física, una querencia política, una afición o una enfermedad médica«. «Si una persona tiene una patología cardiaca no se convierte en un cardiópata, es una persona que entre otros muchos atributos y características tiene una cardiopatía. ¿A alguien le parecería correcto que se dijera: ‘Un cardiópata manda una navaja a una ministra‘?», añade.

«Las personas con trastorno mental grave estables no son más violentas que la población general, lo que sí son es más vulnerables a recibir esa violencia de otros y de la sociedad, incluidos titulares de periódico»
Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría
Tal y como defiende el especialista, «esta forma de comunicar es estigmatizante por, al menos, dos vías. La primera es porque se da a los trastornos mentales una entidad mayor que a otras patologías médicas en la anulación del resto de la persona. Según esto, una enfermedad, véase esquizofrenia, es suficiente como para describir a una persona. La segunda es que se da la falsa impresión de que existe una relación entre enfermedad mental y violencia«.
Celso Arango remarca que «décadas de investigación, mucha de ella realizada en nuestro país, nos han demostrado que el mayor riesgo de violencia en las personas con trastorno mental es el que sufren por parte de los demás y no el que ellas ejercen». De este modo, subraya que «las personas con trastorno mental grave estables no son más violentas que la población general, lo que sí son es más vulnerables a recibir esa violencia de otros y de la sociedad, incluidos titulares de periódico«.
Para finalizar, subraya que «de nada sirve que los medios de comunicación critiquen a otros (véase políticos) por el lenguaje estigmatizante contra la salud mental si luego se publican titulares como los de algunos periódicos en el día de ayer». En este sentido, remarca que «los periodistas deben conocer las numerosas guías de estilo sobre cómo informar sin producir estigma en personas que, precisamente, si algo necesitan no es ese tratamiento». «Las sociedades deben medirse por la sensibilidad hacia los que son distintos, tengan un cáncer de mama, una arritmia o una esquizofrenia», concluye el experto.