La Proposición de Ley General de Salud Mental, impulsada por Podemos y con un amplio respaldo político y la abstención del Partido Popular, continúa su trámite parlamentario. Una iniciativa que, a pesar de los apoyos políticos, no cuenta con el respaldo de los especialistas, que han emitido un posicionamiento a la espera de la redacción de un documento de consenso con otras sociedades científicas.

La Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) advierte de que, de aprobarse, conseguirá, justamente, lo que pretende evitar. En este sentido, la SEP destaca la estigmatización de los trastornos mentales frente a otras áreas de la salud. “Tener una ley específica, regular lo que no se hace en otras áreas de la medicina, dar por sentado que las personas con trastorno mental deben recibir un trato distinto o que los profesionales de la salud mental, incluidos los psiquiatras no hacen una buena labor son ejemplos de este estigma”, indican.

Síntomas y trastornos mentales

La SEP también remarca que al no distinguir entre síntomas y trastornos mentales se conseguirá la psicologización y psiquiatrización de fenómenos que nada tienen que ver con los trastornos mentales como los define la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Esta ley, centrada en la pobreza, la opresión social, el patrono opresor, etc. está tan alejada de la práctica clínica habitual y de los problemas reales de las personas con trastornos mentales graves, que lo único que conseguirá será diluir las carencias actuales de la atención en salud mental con otros problemas de la sociedad, alejados de lo que se considera patológico”, advierten en su escrito.

En la misma línea, la sociedad científica cuestiona que en todo el documento no se habla de los trastornos mentales graves, que son los que ocupan el quehacer principal de la atención en salud mental de nuestro país, y los que sufren las carencias del sistema en número de profesionales: recursos intermedios, listas de espera, plazas de hospitales de día y centros de rehabilitación, políticas de integración en la vida laboral, etc., según su visión.

Sin embargo, subrayan que sí se cita continuamente los “malestares psicosociales y malestares de la vida cotidiana”, pero no se nombra ni una vez la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el autismo, las demencias o los trastornos obsesivos-compulsivos.

Una explicación reduccionista

En su documento de posicionamiento, el comité ejecutivo de la SEP se pregunta si esta ley busca realmente la prevención y el mejor tratamiento y cuidado de estas personas o si se usa la terminología “salud mental” para otros intereses alejados de las necesidades reales de las personas, y más cercanos a aspectos sociales, económicos y laborales del conjunto de la población.

Según su análisis, la ley está plagada de apriorismos falsos y contrarios a los datos y evidencia de años de investigación en este campo. “La única vez que se hace referencia a dicha evidencia se habla de filósofos contemporáneos vinculados a sistemas filosóficos muy concretos. Lo que no hace más que reforzar la idea de que esta es una ley más del ámbito de la filosofía y sociología que de los trastornos mentales; al menos como los entiende la OMS y el resto del mundo civilizado”, remarcan.

Otro detalle que llama la atención de la SEP es que una búsqueda en el texto hace que se encuentre la palabra social 77 veces, mientras no se citan términos cotidianos para el colectivo como biopsicosocial, cerebro, trastorno mental mayor, esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, innovación, guías clínicas o terapéuticas o evidencia científica.

Según su análisis, “se intenta dar la impresión de que los trastornos mentales (aunque directamente se habla de síntomas, de malestar subjetivo) son producto de problemas”, lo que da una explicación reduccionista a un problema muy complejo.

En su documento, la SEP desmonta punto por punto aquellos artículos de ley que no están sustentados en la evidencia científica, al mismo tiempo que incorpora bibliografía para rebatir planteamientos que consideran que están marcados por un profundo sesgo ideológico y cargados de apriorismos.

Consulta aquí el texto completo con los comentarios de la sociedad científica.


También te puede interesar…