El posible traspaso de los beneficiarios de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) al Sistema Nacional de Salud (SNS) ha despertado una gran inquietud en la comunidad médica. La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha emitido un comunicado alertando de los riesgos que conllevaría esta medida. Según la SEMG, la llegada de más de un millón de nuevos usuarios al SNS supondría un desafío organizativo, económico y administrativo sin precedentes. La sanidad pública, ya de por sí tensionada, enfrentaría problemas como una sobrecarga de los servicios, incompatibilidades administrativas y un aumento de las desigualdades entre comunidades autónomas.
La llegada de más de un millón de nuevos usuarios al SNS supondría un desafío organizativo, económico y administrativo sin precedentes
Además, la integración podría debilitar el papel vertebrador de la Atención Primaria, afectando especialmente a la calidad de la atención en pacientes crónicos. La SEMG recalca que cualquier decisión debe tomarse con planificación y consenso para evitar un colapso del sistema sanitario.
Sobrecarga del sistema sanitario
La SEMG destaca que la sanidad pública ya se encuentra al límite en muchas áreas del país. La llegada de más de un millón de nuevos usuarios sin una redistribución adecuada de recursos podría aumentar la presión en los centros de salud, hospitales y listas de espera. Esto afectaría tanto a los actuales beneficiarios del SNS como a los futuros usuarios provenientes de Muface.
La absorción de estos beneficiarios podría incrementar el déficit del SNS, que ya enfrenta tensiones presupuestarias importantes
Otro factor de preocupación es la incompatibilidad administrativa entre los sistemas de Muface y la Seguridad Social. Adaptar las normativas, procesos y coberturas implicaría costes elevados y un complejo proceso de transición que podría prolongarse en el tiempo. Por otro lado, la SEMG advierte que el impacto económico sería significativo. La absorción de estos beneficiarios podría incrementar el déficit del SNS, que ya enfrenta tensiones presupuestarias importantes. Este escenario requiere medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del sistema.
Inequidades
Uno de los puntos clave del comunicado de la SEMG es la advertencia sobre las desigualdades que podría generar la integración de Muface. Dado que la gestión sanitaria está descentralizada, la calidad de los servicios varía entre comunidades autónomas. Esta situación podría agravarse con la incorporación de los nuevos beneficiarios. Asimismo, la SEMG subraya que la medida podría debilitar a la Atención Primaria. La Medicina de Familia, esencial para coordinar y gestionar la atención de los pacientes crónicos, quedaría relegada si se prioriza el control hospitalario. Esto afectaría a la equidad y eficiencia del sistema, impactando negativamente en los pacientes.
«La atención primaria ya enfrenta una presión asistencial excesiva, con una falta de médicos, suplencias y recursos en muchas zonas, donde la situación que ya es insostenible»
Antonio Fernández-Pro Ledesma, ex presidente de la SEMG
Antonio Fernández-Pro Ledesma, ex presidente de la SEMG, comparte esta preocupación. Señala que la Atención Primaria ya enfrenta una presión asistencial excesiva, con una falta de médicos, suplencias y recursos en muchas zonas. Según explica, esta medida solo agravaría una situación que ya es insostenible.
Reorganización estructural
Fernández-Pro insiste en que cualquier integración de los beneficiarios de Muface al SNS requerirá una profunda reorganización estructural y presupuestaria. En la actualidad, los cupos ideales se sitúan entre 1,600 y 1,700 pacientes por médico. Sin embargo, en muchas áreas ya se superan ampliamente estas cifras, lo que dificulta una atención de calidad.
En la actualidad, los cupos ideales se sitúan entre 1,600 y 1,700 pacientes por médico.
El médico enfatiza que las soluciones no pasan únicamente por una ampliación presupuestaria. También es imprescindible mejorar la organización y la gestión para optimizar los recursos disponibles. Fernández-Pro asegura que una implementación precipitada de esta medida podría generar listas de espera aún más largas y una mayor presión en especialidades que ya enfrentan problemas de acceso. En las zonas rurales, donde la Atención Primaria ya atiende a muchos beneficiarios de MUFACE, el impacto podría ser menor. Sin embargo, en áreas urbanas con alta densidad de población, la situación sería mucho más crítica. Para evitar el colapso, Fernández-Pro aboga por una planificación responsable y consensuada.
Profesionales al límite
Fernández-Pro también reflexiona sobre el impacto de esta medida en los médicos de familia, cuyo trabajo ya está marcado por la saturación. Actualmente, el tiempo de consulta promedio es de apenas cinco minutos por paciente. Esta falta de tiempo limita la capacidad de los profesionales para ofrecer una atención personalizada y de calidad. El médico advierte que, si no se amplían los recursos disponibles, la incorporación de más pacientes al SNS solo empeorará esta situación. Los ciudadanos percibirán un deterioro en la calidad de los servicios, lo que incrementará la insatisfacción y reducirá la eficiencia del sistema.
«Lo que es fundamental para un médico de familia es disponer de tiempo y recursos suficientes»
Antonio Fernández-Pro Ledesma, ex presidente de la SEMG
Para garantizar una atención adecuada, Fernández-Pro insiste en que lo fundamental para un médico de familia es disponer de tiempo y recursos suficientes. Sin estos elementos, la calidad de la atención sanitaria seguirá deteriorándose, afectando tanto a los pacientes como a los profesionales.
Consenso y planificación
La SEMG y Fernández-Pro coinciden en que el caso Muface plantea un desafío de gran magnitud para el sistema sanitario español. Cualquier decisión al respecto debe tomarse con cautela, priorizando la sostenibilidad del SNS y la equidad en la atención sanitaria.
El futuro del SNS dependerá de una planificación responsable que contemple tanto los recursos humanos como los económicos necesarios
La SEMG insta al Gobierno a evaluar cuidadosamente las implicaciones de esta medida antes de implementarla. Además, subraya la importancia de garantizar que la Atención Primaria conserve su papel central en el sistema sanitario, evitando decisiones que puedan comprometer su eficiencia. En última instancia, el futuro del SNS dependerá de una planificación responsable que contemple tanto los recursos humanos como los económicos necesarios. Solo así será posible garantizar una atención sanitaria de calidad para todos los ciudadanos.
