Juan Antonio Ortega y Salvador Tranche
Juan Antonio Ortega y Salvador Tranche.

Con motivo de celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow durante el comienzo de noviembre, la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC) alertan de la necesidad de incorporar la perspectiva ambiental a la práctica clínica a través de herramientas como la “prescripción médica ambiental”.

Este método permitiría valorar las características de los entornos para ver su impacto y los efectos que producen en la salud de las personas, especialmente en la población más vulnerable. Esta es una de las demandas que ambas sociedades ponen sobre la mesa, dado que este 6 de noviembre la cumbre mundial del clima pondrá en el centro a la salud en una sesión monográfica Conferencia Global 2021 sobre Salud y Cambio Climático. Así lo han indicado durante una rueda de prensa en Madrid de la que destaca principalmente un mensaje: “Estamos en código rojo”, en relación a la actuación de medidas sostenibles.

Este encuentro se produce aprovechando que estas dos sociedades científicas están adheridas a la Carta del Clima Saludable, siendo las primeras signatarias españolas, este documento es un posicionamiento de la comunidad sanitaria mundial promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza Global del Clima y la Salud dirigido a los líderes mundiales participantes en la COP26.

Conservación de entornos saludables

Ya y como anunció la AEP, a finales de mes la asociación se reunirá con el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, encuentro en el que el coordinador del comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP-CSM), Juan Antonio Ortega García, pretende trasladar las demandas para la búsqueda y conservación de ambientes saludables.

“La crisis climática nos va a desembocar en una situación de crisis muchísimo mayor, más duradera y profunda que la COVID-19”

Juan Antonio Ortega García, coordinador del comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP-CSM)

Ahora, junto al presidente de la SemFYC, Salvador Tranche, pretenden consolidar el impulso de incorporar la prescripción médica ambiental en la práctica clínica para poder concienciar tanto a ciudadanos como a profesionales de la urgencia de reconectar a la sociedad con la naturaleza para su beneficio terapéutico. Este es el próximo paso, enmarcado en un convenio de colaboración pendiente entre ambas.

En este contexto, Tranche asegura haberse “contagiado” de la energía del pediatra y pone el foco en destacar la importancia de considerar el riesgo sistémico de la crisis climática independientemente de la crisis climática, a pesar de que todo está interconectado.

“Tenemos que sembrar árboles ahora para que los tratamientos se cobijen bajo la sombra”

Salvador Tranche, presidente de la SemFYC

Tranche subraya “el compromiso ético existente con el sistema público, con los ciudadanos y con el medioambiente” debido al enorme impacto que tiene en la salud de las personas. En este sentido, el presidente de SemFYC ha puesto el foco en elementos como las temperaturas no óptimas, la contaminación de los suelos y el agua o la contaminación del aire, que provoca la muerte de 6,8 millones de personas al año, según datos del Grupo de Trabajo en Salud Planetaria de la semFYC y el Comité de Salud Medioambiental de la AEP.

Por estos motivos, defiende la consideración de incluir la prescripción médica ambiental. Iniciativas similares se han desarrollado desde las Unidades de Pediatría Ambiental de Murcia y Cataluña, como por ejemplo la historia clínica ambiental y la hoja verde en las valoraciones a mujeres embarazadas.

Llamamiento a la comunidad sanitaria

Estos motivos impulsan a las organizaciones a hacer un llamamiento al resto de las sociedades médico-científicas y a los profesionales sanitarios españoles a que se unan a la movilización con el objetivo de impulsar a los representantes nacionales e internacionales a adquirir un compromiso con la salud medioambiental global.

Ortega insiste en la necesidad de reducir un 42 por ciento las emisiones a nivel global para el año 2030, ya que cada décima de grado que aumente la temperatura global supondrá un “grave daño en la vida de las personas”. En este contexto, ha destacado que las consecuencias influirían principalmente a embarazadas, lactantes, infancia y adolescencia, ancianos, enfermos crónicos y la población en situación de pobreza.

Asimismo, destacan que la contaminación de los ecosistemas y la emergencia climática comparten origen y muchos de los efectos en la salud de las personas.

“El 70% de las muertes prevenibles por enfermedades crónicas del adulto (cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, renales, digestivas…) tienen su origen en factores de riesgo y exposiciones tempranas en las dos primeras décadas de la vida, desde el embarazo hasta el final de adolescencia, que podrían prevenirse”, advierte Ortega.

Nuevas estructuras y capacidades

AEP y semFYC reclaman que parte de los fondos europeos de Resiliencia y Next Generation contribuyan a apoyar y generar nuevas estructuras y nuevas capacidades en un modelo de Salud Medioambiental que den respuesta a la situación de emergencia climática. En este contexto, proponen crear, al menos, una unidad de salud medioambiental pediátrica en cada comunidad autónoma española. Además, defienden el desarrollo de redes, impulsar la capacitación y formación en salud medioambiental de los profesionales y promover perfiles más “verdes” en el sector salud. 

Dar prioridad a los programas y acciones de adaptación y vulnerabilidad al clima en el embarazo, la infancia, la adolescencia y en los enfermos crónicos, es otro de los pilares que sostienen.

Por último, animan a asegurar la neutralidad de carbono de los sistemas de salud para 2030, no solo de las instalaciones, sino incluyendo la huella de carbono en todos los programas de salud como indicador de control de la salud en la cronicidad e integrando la cartera de servicios de la Naturaleza a los Servicios de Salud.

Como señalan las dos sociedades científicas, será necesario una redistribución sustancial de los recursos económicos y amplios cambios sociales.


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