Un cuarto de la población mundial presenta infección por tuberculosis, según el ‘Informe Mundial 2018 sobre la Tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS)’, que ha sido publicado este martes en Nueva York (Estados Unidos).
A través de este documento, la OMS reclama una “movilización sin precedentes” en todo el mundo para atajar esta enfermedad, ya que, a su juicio, “los países aún no están haciendo lo suficiente para terminar con la tuberculosis en el año 2030”, el objetivo fijado por la OMS.
De cara a alcanzar la meta, exigen que los países aceleren “urgentemente” su respuesta, lo que incluye aumentar la financiación nacional e internacional. El informe de la OMS proporciona una visión general del estado de la epidemia, así como de los desafíos y oportunidades que enfrentan los países para responder a ella.
A grandes rasgos, las muertes por tuberculosis han disminuido en el último año. En 2017, se produjeron 1,6 millones de muertes (300.000 de ellas también con VIH). Desde el año 2000, se han reducido un 44 por ciento las muertes por tuberculosis entre las personas con VIH, en comparación con una disminución del 29 por ciento entre las personas con VIH negativo.
A nivel mundial, se estima que 10 millones de personas desarrollaron tuberculosis durante el año pasado. El número de nuevos casos ha disminuido un dos por ciento anual, con reducciones más potentes en Europa (5 por ciento) y África (4 por ciento) entre 2013 y 2017. Algunos países están avanzando más rápido que otros, como se evidenció en África meridional, con descensos anuales en casos nuevos del 4 al 8 por ciento en países como Lesotho, Eswatini, Namibia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe.
A la vista de estos datos, la OMS insta a los líderes políticos del planeta a que acudan la próxima semana a la primera reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis. Se espera que casi 50 jefes de Estado y de Gobierno asistan a la reunión. “Nunca hemos visto tanta atención política para acabar con la tuberculosis. Debemos aprovechar este nuevo impulso y actuar juntos para poner fin a esta terrible enfermedad”, señala Teres Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Tuberculosis resistente a medicamentos, una crisis de Salud Pública
Desde la OMS avanzan que “uno de los desafíos más urgentes” es aumentar la financiación en la lucha contra la tuberculosis. En 2018, las inversiones en prevención y atención de esta enfermedad en países de ingresos bajos y medios disminuyeron en 3.000 millones de euros. El informe señala que, sin un aumento en la financiación, la brecha anual se ampliará a 4.600 millones en 2020 y al menos 5.200 millones en 2022. Según la OMS, se requieren otros 1.100 millones de euros por año para acelerar el desarrollo de nuevas vacunas, diagnósticos y medicamentos.
Por otra parte, la OMS advierte de que la tuberculosis resistente a los medicamentos sigue siendo “una crisis de salud pública mundial”. En 2017, se estimó que 558.000 personas desarrollaron una enfermedad resistente al menos a la rifampicina, el fármaco antituberculoso de primera línea más eficaz. La gran mayoría de estas personas presentó también tuberculosis resistente a múltiples fármacos, es decir, resistencia combinada a rifampicina e isoniazida (otro de los medicamentos clave).
De los 10 millones de personas que enfermaron de tuberculosis en 2017 en todo el mundo, solo 6,4 millones fueron registrados oficialmente por los sistemas nacionales de salud, dejando a 3,6 millones de personas sin diagnosticar o detectadas pero no informadas. Diez países representaron el 80 por ciento de esta brecha, con India, Indonesia y Nigeria encabezando la lista.
“Es inaceptable que millones de personas pierdan sus vidas y muchas más sufran diariamente esta enfermedad prevenible y curable. Necesitamos unir fuerzas para erradicar la tuberculosis, que tiene un impacto social y económico devastador en aquellos que son que tienen problemas para acceder a la atención sanitaria adecuada”, explica Tereza Kasaeva, directora del Programa Global de Tuberculosis de la OMS.