El año 2023 ha sido el más caluroso desde 1850 y las precipitaciones han disminuido un 12 por ciento respecto a la media de los años 1991-2020. Estos factores han llevado a que en España se registren unos niveles de polinización elevados y adelantados respecto a la época habitual. Este cambio del proceso de floración afecta significativamente a las personas alérgicas al polen que experimentan los síntomas mucho antes.

Estas han sido algunas de las conclusiones que se han extraído del encuentro ‘Previsiones de índices de polen en primavera’ organizado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Asimismo, los expertos han presentado las predicciones para la primavera de 2024.

“Esta primavera parece obvia la necesidad de hablar de los alergólogos, que se necesitan para poder atender a estos pacientes. Únicamente los profesionales debidamente formados son capaces de comprender sus mecanismos”, ha señalado Ignacio Dávila, presidente de la SEAIC.

Las predicciones para esta primavera muestran que regiones como la cornisa cantábrica, Navarra y La Rioja tendrán una primavera leve. Concretamente, zonas como La Coruña y Logroño presentarán una media de 1.500 granos/m3, mientras que otras regiones como Lugo, Pontevedra, Orense, Santander, Bilbao, San Sebastián Pamplona, Oviedo y Vitoria alcanzarán los 2.000 granos/m3. Asimismo, el litoral mediterráneo también se espera que pase una primavera leve. Las Islas Canarias por su parte presentarán una primavera muy leve, llegando a los 300 granos/m3 en ambas provincias.

Sin embargo, tal y como ha explicado Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de SEAIC, “los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera moderada-intensa en el centro peninsular”. Las predicciones apuntan que Castilla y León y Castilla- La Mancha pasarán una primavera moderada-intensa, mientras que Madrid (6.000 granos/m3) y Toledo (7.000 granos/m3) sufrirán una estación intensa.

En el caso del sur peninsular, Almería (<1.000 granos/m3), Cádiz y Málaga pasarán una primavera muy leve o leve. Córdoba, Granada y Huelva moderada; y Badajoz, Cáceres, Sevilla y Jaén intensa, alcanzando entre 7.000 y 12.000 granos/m3. “Las zonas donde se va a producir la mayor cantidad de gramíneas será la zona centro sur de España”, añade Zapata.

Alergias más persistentes

Las altas temperaturas experimentadas en el mes de enero junto con las lluvias registradas a lo largo del mes de febrero hacen que el polen se mantengan más tiempo en el aire y, por lo tanto, que los alérgicos sufran los síntomas de la alergia durante más tiempo. En España hay un total de siete millones de personas alérgicas, principalmente a las gramíneas.

Factores como el cambio climático junto con el efecto de la contaminación hacen que aumente la dispersión, la cantidad y la calidad del polen. Además, también promueven la sensibilidad a los alérgenos, “así como una mayor incidencia de enfermedades respiratorias como el asma, la rinitis alérgica y la conjuntivitis“, ha destacado Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC. “Además, las partículas contaminantes pueden irritar la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, de modo que los alérgenos penetren con mucha más facilidad”, ha añadido. “El cambio climático dispara las enfermedades alérgicas. La polinización empieza antes, termina más tarde y el polen tiene contenido proteico alérgico más agresivo, lo cual se manifiesta en una mayor persistencia de los síntomas en los pacientes”, ha puntualizado Andreu.

Los alergólogos

En este sentido, el papel del alergólogo es indispensable. De acuerdo con Dávila, “los pacientes presentan cada vez más patología compleja, con mayor riesgo de polisensibilización, es decir, una sensibilidad a distintos alérgenos. Requieren una mayor dedicación de tiempo y recursos, por lo que resulta imprescindible aumentar la dotación de alergólogos en el sistema sanitario, como única respuesta posible”. Los especialistas estiman que más de un tercio de la población mundial presente alergias respiratorias en unas décadas.

No obstante, como ha explicado Zapata, “la revolución tecnológica también ha tenido un impacto significativo, tanto en el diagnóstico como en el manejo de los pacientes con enfermedades alérgicas. Gracias a la innovación y a los diagnósticos moleculares, los alergólogos podemos conocer el alérgeno principal causante del problema y administrar un tratamiento con una vacuna personalizada para cada paciente”.


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