El Observatorio de Enfermería Escolar, integrado por el Consejo General de Enfermería (CGE) y sociedades científicas, junto a diferentes asociaciones de pacientes (FEDE, POP, etc.), hacen un llamamiento a las administraciones sanitarias y educativas para que regulen la figura de la enfermera escolar. Si bien apuntan que esta ya era esencial para el buen funcionamiento sanitario de los colegios, ahora con la campaña de vacunación contra el COVID-19 se hace imprescindible.

Con este proceso en marcha para los mayores de 12 años y, previsiblemente, en las próximas semanas para los menores de esta franja de edad, abundan que la organización y la gestión de esta campaña pasa, sin duda, por apostar por la implantación de enfermeras escolares en todos los centros.

En este sentido, desde el CGE resaltan la importancia de que las segundas dosis de los mayores de 12 años y, una vez que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo permita, la vacunación para los menores se lleve a cabo desde los centros educativos y sea la enfermera escolar la que se encargue de gestionar, preparar y administrar la vacuna, así como controlar posibles efectos adversos durante el proceso con el apoyo de atención primaria.

“Las enfermeras escolares han sido siempre una figura clave en los colegios que cuentan con ella para el manejo de enfermedades crónicas, educación para la salud o promoción de hábitos saludables, pero en esta ocasión suponen un valor añadido en la campaña de vacunación. Una enfermera puede vacunar en un día a 80-100 niños, por lo que trasladar el centro de vacunación a los colegios aligeraría enormemente la inmunización de los menores”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE, que apunta a que esta medida “hace más inmediato el proceso y reduce la movilidad”.

“Una enfermera puede vacunar en un día a 80-100 niños”

Florentino Pérez Raya, presidente del CGE

En esta línea se muestra Engràcia Soler, presidenta Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese), que puntualiza que, “además de en el proceso de vacunación propiamente dicho, las enfermeras escolares también pueden ayudar enormemente en la concienciación de los padres y madres para que vacunen a sus hijos, informándoles antes y después de la vacuna y convirtiéndose en un nexo comunicativo con los centros de atención primaria para tramitar y organizar la campaña”.

También así opina José Antonio Zafra, profesor de Enfermería de la Escuela Universitaria de Enfermería Gimbernat, que considera que “la enfermera dentro de la escuela podría proporcionar estas vacunas, juntamente con el servicio del centro de salud al que pertenece, ya que es la enfermera escolar la que ejerce o la que debería de ser la responsable de enlace entre familiar y comunitaria dentro de la escuela”.

Crónicos y educación en salud

Tanto las enfermeras como las asociaciones de pacientes recuerdan también que, además de con la vacunación, las enfermeras escolares son fundamentales para el tratamiento de enfermedades crónicas, así como para educar en salud y atención de posibles urgencias durante la jornada escolar. En cuanto al COVID-19, esta figura debe convertirse en el profesional encargado de gestionar y controlar los posibles casos positivos y brotes que puedan surgir en los colegios durante este nuevo año.

Tal y como recalca el CGE, en España harían falta unas 10.000 enfermeras escolares, una cifra que deben conocer las administraciones. “Llevamos años pidiendo que se regule esta figura para que nuestros menores cuenten con toda la seguridad necesaria en su día a día porque, recordemos, los niños, niñas y adolescentes pasan en los centros escolares muchísimas horas al día. Las enfermeras acompañamos, ayudamos y cuidamos de la población desde el nacimiento hasta el fallecimiento. Por esto mismo, es incomprensible que, en una de las etapas más importantes de la vida de los menores, como es la escolar, no estén protegidos por un profesional como la enfermera”, apunta.


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