La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) asegura que casi 600.000 niños y adolescentes carecen de un pediatra o médico de familia asignado para su atención en nuestro país. En total, se trata de 595 plazas de asistencia infantil vacías, sin médicos que quieran ocupar, según ha explicado esta mañana la presidenta de Aepap, Concha Sánchez-Pino, que ha presentado estos datos obtenidos a partir de una encuesta realizada a los vocales autonómicos y sociedades federadas, que han ofrecido la información de sus comunidades autónomas.

Las conclusiones se han dado a conocer en la presentación del 18 Congreso de Aepap, que reúne en Madrid hasta el próximo sábado a más de 700 profesionales.

Según las cifras proporcionadas por la entidad, la situación es particularmente grave en comunidades como Madrid o Navarra, que cuentan, respectivamente con un 20 y un 16 por ciento de plazas de pediatría vacantes. Le siguen Andalucía y Cataluña, con un 10 por ciento de plazas vacantes.

Tal y como se desprende de este análisis, el problema es preocupante en las autonomías más pobladas, de manera que en Madrid se concentrarían más de 200.000 niños en esta situación, mientras en Cataluña y Andalucía habría más de 100.000 niños sin la citada cobertura.

“Hay plazas de difícil cobertura en primaria y es por las malas condiciones. Hay cupos desorbitados, turnos en los que es imposible conciliar. Otras muy alejadas de las ciudades en las que está solo, sin enfermera o administrativo. Son plazas cuya cobertura se debe incentivar. Hemos hecho muchos documentos con propuestas diferentes para incentivar esas plazas de difícil cobertura”, detalla la portavoz.

Plazas cubiertas por no especialistas

Otro dato importante que ha destacado la portavoz es que regiones como Castilla-La Mancha o Baleares tienen un gran porcentaje de sus plazas de pediatría cubiertas por profesionales que no tienen especialidad. Además, la presidenta de Aepap subraya que se calcula, por estudios previos, que alrededor del 25-30 por ciento de plazas de pediatría no estarían cubiertas por pediatras a nivel nacional.

En la misma línea, la asistencia que reciben por parte de enfermería resulta incompleta. Regiones como Andalucía no cuentan con enfermeras dedicadas por completo a la infancia, mientras en otras regiones como Madrid, Navarra o Cataluña la atención en el marco del programa de Salud Infantil se presta sin la participación de un pediatra de atención primaria, cuando no debería ser así.

Sánchez- Pina también ha cuestionado el informe presentado hace unas semanas por la ministra de Sanidad sobre necesidades de especialistas médicos hasta 2035, y discrepa con una de sus conclusiones principales, que alude a que las necesidades de nuestro país seguirán cubiertas a medio plazo por la bajada de la natalidad.

Frente a esta reflexión, la presidenta de Aepap remarca que se parte de un punto erróneo, que es no reconocer el actual déficit de pediatras, cuando diversos estudios lo cifran entre un 25 y un 27 por ciento.

Planes estratégicos regionales

En su intervención, Sánchez-Pina también ha repasado los avances en los planes estratégicos de atención primaria a nivel regional, que deberían estar presentados en el primer trimestre del año, siguiendo el cronograma trazado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades a finales de 2021.

La realidad a día de hoy, subraya, es que en regiones como Comunidad Valenciana o Baleares sí se han presentado nuevos planes, en cuya elaboración, por ejemplo, no se ha llamado a los pediatras a participar, aunque a posteriori hayan contactado con ellos. De hecho, ni tan siquiera aparecen palabras como infancia, adolescencia o pediatría, lamentan. En todo caso, en comunidades como Asturias se les habría planteado la opción de presentar alegaciones fuera de plazo.

Las consecuencias de esta falta de profesionales son evidentes: “Varias revisiones basadas en la evidencia implican que el pediatra es el profesional más indicado para atender al paciente en esta franja de edad, los niños están mejor vacunados, reciben antibióticos más adecuados, se siguen mejor los protocolos internacionales y estamos más al día en la forma en la que atender a los niños…”, detalla Sánchez Pina. La presidenta subraya también que el pediatra diagnostica antes enfermedades graves como el cáncer infantil, meningitis o sepsis.

Cinco propuestas clave

La portavoz de Aepap invita a buscar soluciones, contando con los pediatras del primer nivel, y recuerda cinco puntos clave para frenar la situación actual y el deterioro de la atención que reciben los niños en esta situación.

Uno de estos puntos es centralizar los contratos de los pediatras valorando la composición de las plantillas de los hospitales también y priorizando la contratación en atención primaria. Esta propuesta parte de una iniciativa pionera en Euskadi hace unos años y consideran que puede ser relevante.

Además, defienden la necesidad de contar la participación de un pediatra de atención primaria en la Comisión Nacional de Pediatría, donde actualmente no tienen representación. “No debería ser así -denuncia- puesto que más de la mitad de los pediatras trabajamos en primaria”.

En la misma línea, insisten en que los pediatras en formación rotan un 6 por ciento en atención primaria, mientras el 94 se lleva a cabo en el hospital. “Han de formarse más en primaria, deberían ser por lo menos seis meses, en lugar de tres”, defiende Sánchez Pina.

En la misma línea, abogan por potenciar la figura del tutor de residentes de pediatría en los centros de salud, al igual que la figura del coordinador de pediatras, que según la experiencia de la sociedad científica funciona con éxito en Madrid y Canarias y debería hacerse extensiva a otras comunidades.

“En estos tiempos de desastres naturales, pandemias y guerras hay que potenciar la asistencia por pediatras de atención primaria en el Sistema Nacional de Salud. Sanidad ha reconocido que la atención primaria está gravemente herida. Se desangra, es el momento de cortar la hemorragia”, concluye la presidenta de la Aepap.


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