Innovación en vacunas: un paso más frente a la inmunosenescencia en la enfermedad neumocócica

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RANM

Con motivo del Día Mundial de la Neumonía, la OMS nos recuerda cada año con insistencia que es una enfermedad que “causa estragos en varias partes del mundo, y sobre todo en la población infantil”, citando palabras literales de la propia organización.

En este escenario, la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) ha querido, al igual que otros años, llamar la atención sobre este asunto de salud pública glo­bal, ya que tenemos vacunas eficaces y seguras para enfrentarse a la enfermedad.  Esta sesión extraordinaria ha contado con la colaboración de la Cátedra de Vacunología, la Universidad Rey Juan Carlos y Pfizer.

El panorama en España no es el mismo que se da en el conjunto del mundo: en gran medida, la enfermedad neumocócica en el niño se ha reducido de forma drástica gracias a las vacunas antineumocócicas conjugadas que llegaron a partir de 2006, y que desde 2016 forman parte del calendario de vacunación sistemática infantil. Sin embargo, la enfermedad neumocócica continúa siendo una complicación de salud en nuestro entorno, fundamentalmente en los adultos a partir de los 65 años de edad. Por ello, desde el 2016 las diferentes comunidades autónomas han desarrollado implemen­taciones puntuales de programas de vacunación antineumocó­cica para reducir la carga de enfermedad en este sector de la población; comenzó Madrid y luego se han ido incorporando otras comunidades. El objetivo de estas estrategias es reducir la mortalidad de esta enfermedad, ya que es la primera causa de muerte por enfermedad infecciosa en nuestro país, y suele ser la novena o décima causa en general, con cerca de 10.000 fallecimientos cada año.

Ligada a la edad

Otro aspecto relevante es que la enfermedad neumocócica está ligada a la edad, que es un factor de riesgo independiente, y por eso las estrategias poblacionales de vacunación por edad son decisivas para reducir la carga de enfermedad, aunque, como es lógico, la incidencia va ligada también a la inmunosenescen­cia y a la presencia de enfermedades crónicas asociadas o deter­minados factores de riesgo, como el tabaquismo. Por último, hay que destacar dos aspectos más: el impacto de la neumonía en el coste sanitario, cercano a los 4.500 euros por ingreso hospita­lario, y el impacto de la enfermedad en la calidad de vida de las personas que la padecen.

El calendario

Isabel Jimeno Sanz, del Centro de salud de Isla de Oza, y miembro del grupo de vacunas de la SEMG, ha puesto el foco en que la neumonía adquirida en la comunidad continúa siendo una causa importante de morbimortalidad en adultos. “Las vacunas frente al neumococo, la gripe, tosferina y la COVID pueden contribuir a disminuir la carga de NAC”, ha recordado.

Así, SEMG hizo un calendario hace unos meses a través de una revisión bibliográfica extensa; reuniones de trabajo y se plantearon cuáles eran las mejores evidencias Una necesidad, dice, que era necesaria como médico de atención primaria. Jimeno asegura que la experiencia desde este primer nivel asistencial deja claro que cuando un paciente que ha sido ingresado por esta patología y vuelve a consulta “la calidad de vida ha bajado considerablemente”.

En este sentido, la experta asegura que en el calendario establecen los grupos a vacunar y de qué vacunarlos. Principalmente, abordan las vacunas frente a la gripe, la antineumocócica vacunadad trecevalente; la COVID; tosferina y la polisacárida 23. Con todo, remarca “la importancia de la vacunación para prevenir la patología respiratoria”.

Ángel Gil de Miguel, coordinador de la jornada, tiene claro que aún queda mucho por hacer. El experto ha hecho hincapié en la importancia de la innovación en el ámbito de las vacunas. Una cuestión que “en vacunas se tiene que ir trasladando en el día a día de nuestro trabajo”. Gracias a la innovación, acota, es posible mejorar la calidad de vida de las pacientes. “Nuestra población va envejeciendo y tenemos que ofrecer oportunidades”.