Desde hace varias semanas, los sindicatos médicos han mostrado su descontento por el borrador del Estatuto Marco, un documento que tiene la premisa de mejorar las condiciones laborales de los sanitarios. El primer Estatuto Marco lo idearon «genios del mal», asegura Ángela Hernández, secretaria general de Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts). «Dentro del Estatuto actual hay apartados que o no se han desarrollado bien o no se han utilizado de forma correcta», explica Hernández.
Por ejemplo, afirmar que el apartado sobre la previsión de médicos y facultativos ha sido uno de ellos: «En algunos lugares, las OPE han funcionado de forma regular y frecuente y no hay grandes porcentajes de temporalidad y en otros casos Europa ha tenido que llamar la atención sobre ello, como en la Comunidad de Madrid. Ahora se está comenzando a solucionar, pero hasta el año pasado acumulábamos más de un 55% de temporalidad».
«Lo peor del Estatuto Marco de 2003 es que recoge excepciones para los médicos y facultativos que son para empeorar nuestras condiciones con respecto a las otras profesiones sanitarias», lamenta Hernández. Este Estatuto convierte a los sanitarios en estatutarios, que es un tipo de funcionario, y en muchas ocasiones no recoge las cosas positivas de las que se benefician los funcionarios.
«El ministerio de Sanidad nos han puesto como excusa que Europa es quien les pide este cambio, pero no lo está respetando»
José María Soto, vicesecretario general CESM
«En el caso de las guardias, como son exclusivas de los médicos, nos la sacan de la jornada extraordinaria —son de 37,30 horas o de 35 horas en algunas comunidades— y no cuentan para nada, a pesar de ser obligatorias hasta los 55 años». Hernández explica que este tipo de horas son pésimas en los referente a la conciliación (se adjudican en fin de semana, noches y festivos) y en lo relativo a la retribución, las horas de guardias se pagan menos que las horas ordinarias.
Este cambio en el Estatuto proviene de los requisitos que exige Europa a España, y la ministra de Sanidad, Mónica García, está haciendo «todo lo contrario» a las exigencias que solicitan. José María Soto, vicesecretario general de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), explica a este medio que «Europa pide que se cumplan cuestiones como el trabajo de las guardias localizadas, lo cual este borrador incumple. El ministerio nos ha puesto como excusa que Europa es quien les pide este cambio, pero no lo está respetando».
Ambos sindicatos afirman que las negociaciones comenzaron el año pasado, pero entre los meses de mayo y junio se suspendieron. «Nosotros estábamos negociando un documento que de repente se cambia y el mes de enero se nos presenta este borrador totalmente diferente que discrimina a los médicos», asegura Soto. Desde CESM creen que es buena idea que se modifique el estatuto actual, ya que es un documento caduco que «margina» y que establece unas condiciones laborales «muy perjudiciales», pero no se puede sustituir por algo «peor».
Por ello, cuando el verano pasado, García anunció que no iban a hacer una reforma estética del documento sino una reforma profunda «generó expectativas» entre los médicos y los facultativos. «Sin embargo hemos comprobado que no se ha actuado sobre ello», declaran los sindicatos. Asimismo, la secretaría de Amyts añade que una parte positiva es que este borrador ha puesto a todos de acuerdo, ya sea a los profesionales, a los sindicatos, a las sociedades científicas, hasta la Organización Médica Colegial (OMC): «Todos han visto que este borrador supone un problema, incluso para el futuro».
Estatuto propio
Una de las cuestiones principales que exigen los sindicatos es un Estatuto propio para los médicos. «Siempre hemos pedido un Estatuto propio debido a la singularidad de nuestra profesión, ya en su momento hubo uno más específico pero esto se perdió cuando se creó el Estatuto Marco de 2003 que es el que se está modificando ahora», explican desde CESM.
Sin embargo, la ministra ya ha avisado que no concedería esta exigencia a los médicos, ya que «todas las particularidades de los médicos caben en un Estatuto Común». Aunque, declaró que se valoraría hacer una apartado más específico para los médicos dentro del propio Estatuto.
«Para nosotros este punto es importante, pero sobre todo buscamos un Estatuto propio que funcione, si este sería igual de deficiente que el borrador actual, no nos sirve»
CESM y Amyts coinciden: «Para nosotros este punto es importante, pero sobre todo buscamos un Estatuto propio que funcione, si este sería igual de deficiente que el borrador actual, no nos serviría». Soto explica que lo importante sería que se crease un documento que mejore las condiciones de los médicos. Al final, según Hernández lo importante sería conseguir un marco de negociación propio: «Nuestra profesión es muy particular y debería de reconocerse».
Subida de la clasificación
Una de las quejas más reiteradas de los sindicatos médicos gira en torno a la clasificación laboral. Con este nuevo borrador, se sube de categoría profesional a algunos de los profesionales sanitarios como a las enfermeras que pasaría a ser A1. Sin embargo, aunque los médicos se alegren de esta mejoría, consideran que ellos también deberían subir de categoría, ya que académicamente tiene 360 créditos universitarios y una mayor responsabilidad con el paciente. «Esta es la primera discriminación con la que nos encontramos porque el resto de carreras profesionales tiene 240 créditos», aseguran desde CESM.
Hubo carreras que con el Plan Bolonia cambiaron, como Psicología que pasó de cinco años a cuatro o Enfermería que pasó de tres a cuatro años y otras como Medicina que se mantuvo en seis años u Odontología en cinco años. «Nos parece muy bien que Enfermería suba de categoría, pero necesitamos que Función Pública reconozca las peculiaridades de nuestros profesionales y que nos suba de categoría. Esta exigencia la llevamos pidiendo desde hace varios años y solemos llamar a esta nueva categoría A1 plus», explica la secretaría de Amyts.
«La subida de clasificación es la primera discriminación con la que nos encontramos porque el resto de carreras profesionales tiene 240 créditos»
José María Soto, vicesecretario general CESM
Sin embargo, desde Sanidad ya confirmaron que esta petición no se llevaría a cabo: «Con la actual clasificación de la norma es imposible crear un nuevo grupo, ya que la estructura de A1-A2-B-C1-C2-E depende del EBEP (Estatuto Básico del Empleado Público). Por ello se propone una nueva clasificación basada en el modelo MECES a través del MECU (Marco Español de Cualificaciones para el aprendizaje permanente). De esta forma, la clasificación se basa en los créditos del título exigido para el ingreso». Esta nueva clasificación se basa en la nueva estructura de grados universitarios y así los facultativos especialistas serán nivel 8, las enfermeras especialistas nivel 7, etc. Aun así, los sindicatos continúan quejándose de este modelo, ya que no tiene ninguna mejoría contributiva.
Jornada laboral
Otro punto que priorizan ambas organizaciones son las nuevas condiciones laborales que estipula el borrador: «En lo referente a la jornada este borrador establece criterios discriminatorios para los médicos», señalan el vicesecretario de CEMS: «Todo lo bueno es para el resto y lo malo es para el médico».
Soto explica que en este borrador se establece por primera vez que hay horas extraordinarias para todos los profesionales sanitarios, pero las horas de guardia las distingue. «Las horas de guardia solo las realiza el médico y especifica que no son horas extraordinarias, por lo tanto el médico no disfrutaría de ninguno de los beneficios en cuanto a la retribución y a lo que llevan consigo las horas extraordinarias».
Desde CESM no comprenden que este borrador estipule que «para un grupo de trabajadores existan las horas extraordinarias y para otro grupo, que es el que tiene mayor cualificación profesional, que tiene más responsabilidades con el paciente, no puedan disfrutar de ellas». Asimismo, otro de los factores que han calentado a este colectivo y les ha obligado a salir a las calles a reclamar a la ministra un cambio, es que después de terminar su carrera universitaria y aprobar el MIR están obligados a permanecer en la sanidad pública durante cinco años.
«En esta cuestión el ministerio le ha pasado la patata caliente a las CCAA. Con este apartado cada comunidad hace una cuestión u otra dependiendo de quién esté gobernando. Lo que tenemos claro es que nosotros no trabajamos en la privada y la pública por gusto, sino porque consideramos que nuestras retribuciones no se ajustan a lo que nosotros nos merecemos por el trabajo que desempeñamos», declaran desde Amyts. Además, los médicos también están «mal reconocidos» en la sanidad privada: «Si las retribuciones fueran mejor en la privada, todos los médicos se irían ahí, pero no es el caso» .
«Si las retribuciones fueran mejor en la sanidad privada, todos los médicos se irían ahí, pero no es el caso»
Ángela Hernández, secretaria general de Amyts
Asimismo, la sindicalista explica otro tema fundamental dentro del descontento de los médicos: las movilizaciones. «Hay casos como en la CCAA de Navarra donde los médicos se sienten atrapados porque no pueden moverse de la comunidad y si un sanitario quiere moverse a esta comunidad solo ofertan una de cada diez plazas para ellos». Hernández declara que cree que esta sería una oportunidad «muy bonita» para crear pasarelas entre las CCAA, «si obligas a los médicos a quedarse, tenemos un problema«.
Una parte positiva que ven desde Amyts con el nuevo borrador es la mejora en la seguridad jurídica, sin embargo hay una «letra pequeña» que impone al profesional la incorporación efectiva y permanencia en el destino adjudicado en un tiempo a establecer por la CCAA. Según explica Hernández, esto se hace también con los pilotos militares, por todo el tiempo que se invierte en formarlos les obligan a quedarse en un destino para que no puedan irse a la aviación comercial. «No tenemos las ventajas de una carrera militar, así que no nos gusta que nos equiparen a ellos. No estamos en contra, pero tiene que ir unida a otros factores«.
«Tampoco es muy lógico que, siendo los profesionales médicos los que más faltan en el sistema, en vez de intentar mejorar sus condiciones, es justo lo contrario», lamentan desde CESM. Ambos sindicatos buscan un Estatuto que mejore las condiciones de su trabajo: «Este es un trabajo especial, con jornadas diferentes y responsabilidades complejas, lo mínimo que exigimos es que sea de alguna manera recompensado y no al revés».
Nueva manifestación
Por ello, el pasado martes, 17 de febrero, CESM anunció que convocaría una nueva manifestación el 22 de marzo contra este borrador. «Hemos convocado esta concentración porque vemos que la ministra no ha modificado el borrador, ni lo ha retirado. Nosotros seguiremos convocando movilizaciones en cuanto en cuando no veamos que la situación evolucione«, asegura el vicesecretario de CESM.
Estas movilizaciones se hacen con un objetivo concreto, buscan que este borrador se adecue a sus necesidades. «Una de las cosas que más duelen es que deberían escuchar a nuestra profesión y tener en cuenta nuestras exigencias», afirma la secretaria de Amyts. Igualmente, ya que desde 2003 que no se modifica el documento, a los sindicatos les gustaría que se hiciese «muy bien». Sobre todo para los futuros médicos.
«No importa el color, a los políticos no les importan los médicos»
Ángela Hernández, secretaria general de Amyts
Además, Soto lamenta que el pertenece a la negociación, pero siente que no le escuchan: «La ministra es médico y sabe de primera mano la situación que vivimos día a día, pero es evidente que no quiere cambiar estas condiciones». Lo mismo le sucede a Hernández que cree que Sanidad se siente cómoda reuniéndose con los sindicatos generalistas y tratando a todos los profesionales por igual: «Y no importa el partido, el Estatuto actual lo hizo el PP. Está claro, que da igual el color, a los políticos no les importan los médicos«.
Ambos sindicatos coinciden que esta negociación podría acortarse y llegar a un consenso siempre y cuando haya «voluntad política». No solo son las reuniones y sacar adelante un borrador con el que estén todos de acuerdo, después tiene que pasar una infinidad de pasos hasta que llegue al Congreso. «Esto va a ir para largo y además el arco parlamentario no es el ideal para llegar a un acuerdo», concluye Amyts.