Los hospitales han tenido que enfrentarse a un entorno cambiante como consecuencia de la COVID-19. La coyuntura pandémica ha obligado así a estos enclave, independientemente de su envergadura, a buscar un sistema de gestión flexible. Sus responsables hacen referencia a dos períodos de especial complejidad: la gestión de urgencia de la primera ola, con todos los recursos volcado en la atención COVID y la suspensión de actividad no urgente; y una vez superada la primera crisis, para recuperar el tratamiento al paciente COVID y no COVID.
Así lo han narrado en un coloquio directores y gestores de varios hospitales de la capital de España, organizado por el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM), desde su Vocalía de Atención Especializada y Hospitales. En este encuentro han participado Juan José Ríos Blanco, director médico del Hospital Universitario La Paz; Fernando Prados Roa, director gerente del Hospital Enfermera Isabel Zendal; y Juan Pablo García-Capelo, director gerente del Hospital Universitario del Henares.
Tal y como explicó Blanco, cuando pasó primera ola y ya se conocía un poco más la enfermedad se vivieron momentos donde hubo que pensar en los pacientes no COVID, ya que las enfermedades no habían cambiado por la aparición de la pandemia.
Una población “que se vio afectada en su seguimiento y en su diagnóstico durante esa primera ola y después se tuvo que recuperar ese trabajo con todos esos pacientes, por eso es muy preciso conocer con qué recursos cuenta el hospital y qué partidas se destinan para cada situación”, señaló Blanco.
El germen del Zendal, el milagro de IFEMA
Los participantes destacaron el acierto que supuso la creación, primero del hospital de campaña IFEMA, que sirvió para descongestionar la gran saturación a la que se enfrentaban y también la posterior construcción del Hospital Isabel Zendal que ha permitido al resto de hospitales, poder volver casi, a su actividad normal.
Precisamente este último, además de dar cobertura al paciente COVID, también tratará al paciente que por la propia evolución de la enfermedad va a demandar ciertas necesidades tanto de permanencia como de especialidades. De este modo se consigue optimizar los recursos sin necesidad de dotar al hospital de otras especialidades que no son necesarias para el mismo.
«El secreto del sistema es rentabilizar los recursos disponibles de cada hospital para que el paciente tenga todo lo que necesita»
Fernando Prados Roa, director gerente del Hospital Enfermera Isabel Zendal
En palabras de Prados, “el sistema es muy amplio y potente y tienen en sus diferentes hospitales todos los servicios que pueden demandar los pacientes pudiendo dar esa cobertura. Lo importante es que entre todos los hospitales se puedan complementar unos a otros para dar todos los servicios, ese es el secreto del sistema que tenemos, rentabilizar todos los recursos disponibles de cada hospital, no para que todos los hospitales tengan de todo, sino para que el paciente tenga todo lo que necesita”.
Vacunación, estructuras y UCIs
En opinión de García-Capelo, “en un plazo mayor o menor, la población va a estar vacunada y es de suponer que eso nos va a hacer volver a una normalidad tanto a los ciudadanos como a los hospitales«. Sin embargo, algunos cambios a causa de la pandemia han venido para quedarse, como el proveerse de EPIS. Pero también «las propias estructuras de los propios hospitales como la construcción de nuevas UCI, que siempre han sido planteadas como espacios abiertos y comunicados, que ahora tendrán que contar con lugares para aislar a infecciosos”.
«Las estructuras de los hospitales y las nuevas UCI ahora tendrán que contar con lugares para aislar a infecciosos»
Juan Pablo García-Capelo, director gerente del Hospital Universitario del Henares
En última instancia, los gestores han destacado como el gran aprendizaje de la pandemia ha sido la capacidad de adaptación del sistema sanitario, así como la implicación en esta tarea de los equipos humanos, remarcando que nunca ha funcionado tan bien esta red de hospitales y deseando que esto no se pierda.