GM Madrid | miércoles, 01 de agosto de 2018 h |

Hay que evitar los horarios rígidos para dar el pecho durante la primera semana tras el parto, ya que las tomas frecuentes ayudan a la madre a iniciar y crear su suministro de leche, según han informado los expertos de Medela.

La madre debe estar atenta a si el bebé se muestra agitado al dormir; si abre los ojos; si gira la cabeza cuando nota algo en la mejilla; si saca la lengua; si hace ruiditos; si se chupa los labios; si intenta comerse la mano; si hace como que llora, si empieza a gimotear o si directamente, llora.

Llorar es el último recurso del bebé para indicar que tiene hambre, “si ya ha empezado a llorar es posible que la toma pueda ser más complicada”, han especificado en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, promovida por Alianza Mundial por la Lactancia Materna (WABA).

Durante la primera semana, la frecuencia y la duración de las tomas puede ser muy variable, pues “cada madre y cada bebé son diferentes, especialmente en las primeras 24 horas tras el parto.

Así, la subida de la leche habitualmente se produce entre el segundo y el cuarto día, y en ese momento, el bebé suele tomar el pecho de 8 a 12 veces cada 24 horas, incluidas las tomas nocturnas. “Hay bebés que incluso más. Esas primeras tomas pueden durar entre 10 o 15 minutos hasta 45 minutos o una hora, porque el bebé está desarrollando los músculos y la coordinación necesaria para succionar de forma eficiente”.

La importancia de dar el pecho al bebé en la primera hora después del parto

Los expertos han aconsejado que se intente dar el pecho al bebé durante la primera hora tras el parto. Es “importante que coloquen al bebé sobre la madre lo antes posible para que pueda acceder al pecho”. Por ello, vestir y pesar al bebé durante esa primera hora “pasa a ser algo secundario, al menos hasta que el bebé haya intentado mamar por primera vez”.

En caso de que se hayan producido complicaciones durante el parto, y la madre no sea capaz de sujetar al bebé, puede cogerle en brazos su pareja para facilitar ese contacto piel con piel, aportando seguridad y calor al bebé.

El contacto de la madre con su hijo, provocará en ambos un aumento en los niveles de oxitocina, lo que es fundamental para generar la primera leche de la madre, el calostro.

Los expertos hablan de otro aspecto clave para facilitar la lactancia en esta primera semana: el “agarre. La forma en la que el bebé se agarra al pecho puede influir en cómo se alimenta y, por consiguiente, en su crecimiento y desarrollo. Además, un agarre deficiente puede dañar los pezones y provocar dolor. La madre, aunque no advierta un problema de entrada, puede pedir asesoramiento al personal sanitario mientras esté en el hospital. Es habitual que exista dolor en los pezones, puesto que las madres recientes no están acostumbradas a la succión fuerte y seguida que realiza el bebé. Pero si el dolor persiste o es especialmente intenso es muy probable que el agarre no sea correcto, por lo que desde Medela recomiendan que la madre acuda a un especialista o a una consultora de lactancia para que le oriente y evite que el posible daño vaya a mayores e impida la lactancia.

También es posible que la madre sufra calambres similares a los menstruales, o entuertos, y que note los pechos muy hinchados, duros y sensibles por la subida de la leche, o congestión.

Por último, han concluido que al inicio de la lactancia, la madre produce pequeñas cantidades de leche -calostro- pero con un “aporte fundamental de nutrientes”. Si la madre da el pecho a demanda, producirá toda la leche que necesite el bebé. Por lo que si el bebé cumple sus objetivos de crecimiento significa que está recibiendo suficiente leche.