Los casos de tromboembolismos venosos (TEV) en jóvenes de 15 años han aumentado en el último año acuciados por el sedentarismo prolongado y por el excesivo uso de entretenimientos como la televisión o los videojuegos durante el confinamiento COVID-19. Así lo señala José A. Páramo Fernández, del servicio de Hematología de la Clínica Universidad de Navarra y ex presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).

Estas situación se ha convertido en motivo de preocupación para los expertos, ya que se trata de una patología característica de edad adulta que se está diagnosticando en adolescentes sin ningún cuadro de riesgo previo.
“La base científica de la TEV o e-trombosis radica en la inmovilización, uno de los pilares clásicos de la triada de Virchow para explicar la formación de los trombos, que favorece el estasis o enlentecimiento venoso y que puede asociarse con la aparición de una embolia pulmonar”, detalla Páramo.
Este tipo de tromboembolismo se asocia con viajes prolongados, más conocidos como “síndrome de la clase turista”, o los provocados por cirugía, traumatismos, etc. También en profesionales sanitarios obligados a pasar mucho tiempo inmovilizados, como es el caso de las enfermeras, tal y como demostró un estudio que se efectuó entre 70.000 sanitarias de EE.UU, según resume el experto.
Más factores de riesgo de TEV
Otros aspectos de inmovilidad relacionados con la pandemia, según refiere Páramo, son el teletrabajo y las residencias de ancianos, este último grupo de alto riesgo de TEV. Por ello, en opinión del experto, es de crucial importancia promover el ejercicio físico, llevar una adecuada hidratación y evitar períodos de inmovilización prolongada en todas estas situaciones.
“A pesar de todo esto, se precisan estudios amplios que validen la hipótesis de la e-Trombosis en la era de la pandemia por COVID-19”, concluye.