GM Madrid | jueves, 27 de septiembre de 2018 h |

Treinta pacientes con cáncer de mama participarán durante ocho semanas en un estudio clínico que pretende evaluar los efectos del ejercicio físico como herramienta terapéutica. Otras treinta mujeres no realizarán ninguna actividad deportiva en el mismo tiempo para comparar los resultados.

El proyecto del Instituto de Investigación Sanitaria de La Fe y la Fundación IVO, tendrá un alcance global de seis meses, con la colaboración de la Asociación de Gestores Deportivos Profesionales de la Comunidad Valenciana y la Fundación Trinidad Alfonso, detalla la organización en un comunicado.

En concreto, cuenta con la participación de 60 pacientes de La Fe y de la Fundación IVO, que se dividirán en dos grupos equitativos. El primero será el que realizará un total de 16 sesiones durante ocho semanas en las que los profesionales enseñarán cómo incorporar el ejercicio en su vida diaria y la manera de hacerlo ante las condiciones de cada paciente. El otro grupo no realizará ninguna actividad física, con el objetivo de comparar los resultados y llegar a una conclusión.

De esta forma, el objetivo del estudio es aumentar la adherencia al ejercicio en las pacientes, a través de una intervención programada desarrollada por un licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Paralelamente, pretende formar y concienciar a los futuros licenciados sobre el papel que el ejercicio físico juega en la prevención del cáncer y los beneficios que pueden suponer en el tratamiento, pero “siempre con la dirección de profesionales de la salud y el deporte y adaptando el ejercicio a las características y situación de cada paciente”.

Una vez concluido el proyecto ‘Ejercicio físico y cáncer de mama’ y analizados los resultados, los profesionales médicos del IVO y el Hospital La Fe valorarán la idoneidad de convertir este estudio piloto en un programa sanitario regulado.

Tipo de ejercicios del programa

Las clases constarán de ejercicios como bicicleta estática, ejercicios de banda elástica, caminar-marchar-correr, circuito de potencia, ejercicios acuáticos y aeróbicos combinados con danza. Las sesiones se adaptarán a cada paciente y estarán dirigidos por Igor Herrero, deportista de élite y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el deporte.

La Associació de Gestors Esportius Professionals de la Comunitat y el centro deportivo Suma de la Patacona participan en el proyecto mediante la cesión de sus instalaciones para estas sesiones prácticas. La empresa textil Luanvi colabora al facilitar camisetas deportivas especiales para las participantes.

Beneficios del deporte para las pacientes con cáncer de mama

El estudio analizará la tendencia de incorporar el ejercicio físico como herramienta terapéutica. De hecho, el último Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica organizó dos sesiones sobre los beneficios del ejercicio individualizado en los pacientes con cáncer, tanto a nivel del estado cardiovascular como asociado a una reducción de la recurrencia y de la mortalidad en mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, explican los organizadores.

El papel beneficioso del ejercicio en las pacientes con cáncer de mama ya está demostrado, y el objetivo de este proyecto es contribuir a aumentar la adherencia al ejercicio de esta población. Actualmente, solo el 30 por ciento de las pacientes con cáncer de mama lo practican, mientras entre un 25 y un 50 por ciento disminuyen su actividad física durante el tratamiento.

Para cambiar estas cifras, el estudio enseñará a las pacientes, con rigor y profesionalidad, cómo incorporar el ejercicio en su vida, y sobre todo a mantenerlo en el tiempo de acuerdo con las condiciones de cada una.

En estas pacientes, la actividad física ayuda a fortalecer el sistema inmunitario y el corazón, disminuye la sensación de fatiga y también contribuye a alcanzar y mantener un peso saludable. Por tanto, supone una mejora la calidad de vida y conlleva un aumento de la supervivencia de las pacientes.

El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) ha propuesto recientemente una definición específica para el ejercicio físico oncológico como “aquel ejercicio pautado por un profesional, que se realiza para reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos de manera individualizada, y que, por sus efectos globales en el organismo, mejoran la salud, la calidad de vida y la supervivencia de las pacientes”.

Olga Pons, Médico especialista en Oncología Radioterápica en el La Fe y una de las responsables del proyecto, ha recordado que el cáncer de mama es el tumor más diagnosticado en mujeres y lo padece una de cada ocho a lo largo de su vida. Por tanto, es importante la detección precoz y la prevención, donde juega un papel fundamental el ejercicio físico que además ayuda a prevenir recaídas”.

Por otra parte, Elena Oliete, médico adjunto de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria del IVO, ha coincidido en que el ejercicio es uno de los pilares de la prevención y ha destacado que el estudio permitirá conocer de primera mano las barreras que tienen las pacientes, con el fin de lograr que “el ejercicio se convierta un aliado terapéutico para todas”.