La Cátedra Complutense-Grupo 5 contra el Estigma y la Fundación Mundo bipolar han presentado el ‘Informe sobre el estigma y discriminación en salud mental’, elaborado por The Lancet y que retrata la gran discriminación que sufren las personas con problemas de salud mental en el mundo. El documento recoge, como ejemplo, que el 50 por ciento de la población española prefiere no relacionarse con estas personas y, el 65 por ciento rechaza convivir con este colectivo. No obstante, los expertos señalan que el contacto social es la mejor arma para luchar contra el estigma.
El 80% de los encuestados señaló que el estigma y la discriminación podían llegar a ser peores que el impacto de la propia enfermedad mental
La jornada contó con la presencia del profesor del King´s college de Londres, Graham Thornicroft, director del estudio “Lancet Commission on Ending Stigma and Discrimination in Mental Health”, que fue el encargado de iniciar la jornada. Thornicroft comenzó su ponencia aterrizando la situación actual, las necesidades y carencias de las personas con problemas de salud mental identificando el impacto que tiene el estigma en estas personas y las medidas y programas que se deberían de implementar para atajar este problema.
En este sentido, destacó uno de los datos más “importantes de todo el estudio”: el 80 por ciento de los encuestados señaló que el estigma y la discriminación podían llegar a ser peores que el impacto de la propia enfermedad mental. Para ello, el profesor señaló que el contacto social es la mejor arma para combatir el estigma. Ya sea un contacto directo o indirecto entre las personas que tienen experiencia de enfermedad mental y las personas que carecen de esta experiencia. No obstante, añade que este contacto tiene que ser adaptado a las circunstancias de estas personas y el país en el que se desarrolle. “Es importante hablar con estas personas, ya sea de manera presencial o virtual para conocer de primera mano la situación real y poder derribar el estigma y la discriminación que sufren las personas con problemas de salud mental”, ha aseverado Graham Thornicroft.
“Estigma y Salud Mental ¿Qué hacemos con esto?”
Acto seguido, se celebró el coloquio, “Estigma y Salud Mental ¿Que hacemos con esto?”, para abordar la necesidad de una acción coordinada entre los servicios de salud y los servicios sociales, y la importancia de los medios de comunicación y la sociedad civil para contribuir a superar el estigma trasladando a la sociedad una imagen real de los colectivos en situación de vulnerabilidad, y, en este caso de las personas con problemas de salud mental. Este debate ha contado con la presencia de: Angeles Caballero, periodista de El Confidencial; Manuel Muñoz, Director de la Cátedra UCM-Grupo 5 contra el Estigma; Mercedes Navío, coordinadora de la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad de Madrid y Guadalupe Morales, presidenta de la Fundación Mundo Bipolar y comisionada de Lancet Commission on Ending Stigma and Discrimination in Mental Health.

En este sentido, Guadalupe Morales ha recordado que el estigma es un problema histórico que ha existido siempre, “los locos eran los endemoniados”. A pesar de que el estigma sea un “acervo cultural que será muy difícil de vencer, pero hay que seguir luchando“. Por su parte, Angeles Caballero ha señalado que el estigma es una concatenación de concepciones sociales que alimentan esta mala fama de las personas con problemas de salud mental. En este sentido, Mercedes Navío, ha declarado que esta estigmatización está en la historia cultural de la psiquiatría en general y del devenir de la salud mental como concepto en particular.
El estigma social es un problema histórico
“La salud mental en los últimos años, y con motivo de la pandemia, ha tenido una presencia en el debate público cómo no había tenido hasta ahora llegando a formar parte de las agendas políticas. No obstante, aún se sigue utilizando el término loco, entre muchos otros, como expresión denigratoria. Eso es un síntoma de que, a pesar de que estamos en una situación totalmente única respecto a años anteriores, nos queda aún mucho por avanzar. Por ello, es fundamental que el debate público recoja la salud mental en términos rigurosos y constructivos, y que nos sustituyamos el silencio, que tanto nos ha costado dejar atrás, por un ruido que termine siendo igual de perjudicial”, ha afirmado Navío.
“Es fundamental que el debate público recoja la salud mental en términos rigurosos y constructivos“
Mercedes Navío, coordinadora de la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad de Madrid
En este sentido, Manuel Muñoz ha afirmado que el término más común para referirse a una persona con un trastorno mental fueron: loco, tarado, esquizo entre otros mucho más de carácter peyorativo. Además, remarcó que todos estos términos que recogieron en la encuesta eran todos adjetivos masculinos. Esto retrata la diferente concepción que se tiene de estas personas en función de genero, edad, etnia, lo que saca una interseccionalidad muy llamativa. “Tenemos muchos estereotipos, muchas creencias sobre lo que es la enfermedad mental, la mayoría de ellas equivocadas y falsas que influyen en la concepción social de estas personas. El estigma no solo afecta a las personas que viven con una enfermedad mental, estigmatiza a todo su alrededor“, ha aseverado Muñoz.
Cada vez más normalizada
En línea con esto, Navío apuesta por luchar contra la “Ley de cuidados inmersos”, es una ley que dice que aquellas personas que en un momento dado necesitan la atención del tipo que sea, son las que menos la reciben. “El mayor esfuerzo de argumentación que yo tengo que hacer a la hora de priorizar la salud mental, es que las acciones que se realizan no son sólo costo-efectivas, sino que las tasas de retorno son importantes y las externalidades son muy positivas. Hay que poner en valor todo lo que hemos conseguido estos últimos años, sin olvidar todas las necesidades que aún quedan pendientes. Hace 10 años, era impensable la presencia en el debate preminente de la salud mental en todos los sentidos“, ha afirmado la coordinadora de la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad de Madrid.
Para concluir, Guadalupe Morales apuesta por un abordaje de la Salud Mental desde la perspectiva de los derechos humanos. “Estamos yendo por el camino incorrecto. Obviamente, esta perspectiva desde el punto de vista de la gestión es necesario, pero no podemos desviar el foco de lo que es realmente importante”.
Sin embargo, los cuatro ponentes se sienten muy esperanzados con el futuro que va tener el estigma y la discriminación en los años venideros. Se lleva realizando un trabajado sostenido en los últimos años que está cimentando el cambio en la concepción social de las personas con problemas mentales. “El ejemplo más claro de este crecimiento social es que cada vez más personas se atreven a pedir ayuda, a levantar la mano y decir que tienen problemas mentales haciendo que cada vez esté más presente en el debate social“, ha espetado Manuel Muñoz.