En el contexto actual, muy vinculado a la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias, las enfermeras de salud mental se hacen más necesarias que nunca. Sin embargo, para gran parte de la sociedad y los medios de comunicación, siguen siendo una figura invisible y desconocida, tal y como denuncia el Consejo General de Enfermería (CGE). Antes de la emergencia sanitaria, España era ya en un país donde los trastornos mentales seguían siendo un tema incómodo y escondido.

En opinión de la organización colegial, en un momento donde se disparan trastornos como la ansiedad, la depresión, las adicciones o florecen las ideas suicidas, sin olvidar las nada desdeñables cifras de graves dolencias como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, la presencia de enfermeras especialistas es una necesidad urgente que deben considerar los responsables políticos.

Para el CGE, su labor resulta primordial para el bienestar de los pacientes, ya que garantizan el cuidado y tratamiento de los síntomas, el acompañamiento en el proceso de recuperación -que puede extenderse en el tiempo-, así como en la propia aceptación de la enfermedad y la relación con el entorno más cercano.

Florentino Pérez Raya, presidente de la entidad, asegura que “cuando se habla de salud mental en la sociedad y los medios no suele hacerse referencia a la gran labor que realizan las enfermeras en este campo, algo que conocen bien los pacientes y los familiares, pero sabemos que hay mucho tabú en torno a este tipo de patologías y ha llegado el momento de hablar claramente de ellas y hacer visibles a las enfermeras que las tratan”. Y añade que “es necesario reforzar esta figura y dar visibilidad a través de los medios de comunicación a la labor de estos profesionales”.


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