Extremar las medidas de prevención para no infectarse con el coronavirus y la autoprotección sigue siendo vital para los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Así lo ha recordado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), con motivo del con motivo del 19º Día Mundial de la EPOC, que se celebra el 18 de noviembre. Según ha destacado una reciente revisión de estudios (publicada en European Respiratory Review), tener EPOC podría contribuir a un mayor riesgo de contagio de COVID-19 y un peor pronóstico, con una mayor tasa de mortalidad.

El objetivo de la campaña de este año es crear conciencia sobre distintas intervenciones destinadas a que los pacientes con EPOC vivan bien. Entre ellas está la rehabilitación pulmonar, la nutrición, la actividad física y el autocuidado. Asimismo, también se recalca la importancia de procurar que estos enfermos experimenten bienestar mental y social.

La susceptibilidad de los pacientes con esta patología ha sido valorada siempre por la propia sociedad. “Es fundamental que cumplan con su tratamiento para tener un buen control de su enfermedad. También lo es que sigan las medidas de autoprotección conocidas frente a la COVID-19: lavado de manos, metros de distancia y uso de mascarillas”. Así lo ha destacado José Luis López Campos, neumólogo y coordinador del Área EPOC de SEPAR.

Actualmente, hay 300 millones de casos de EPOC en el mundo. La EPOC es la tercera causa de muerte a nivel mundial y su prevalencia es alta en países de bajos recursos. Los principales factores de riesgo de la EPOC son la exposición al humo del tabaco, así como a otras partículas y gases tóxicos inhalados, así como un desarrollo subóptimo de los pulmones antes de nacer o después del nacimiento, según investigaciones más recientes.

EPOC y COVID-19

Entre los mecanismos que aumentan la susceptibilidad a la infección de SARS-CoV-2 en el caso de los pacientes con EPOC figura el aumento de la expresión de ACE2 pulmonar. Este es el receptor o llave que permite la entrada del SARS-CoV-2 en las células y que, por lo tanto, hace más susceptibles a estos pacientes frente a la infección. A este se suma que estos pacientes tienen una defensa antiviral reducida. De igual forma, los revisores de los estudios también destacan que hay dos factores más en esta enfermedad. Estos serían tener las células endoteliales disfuncionales y el aumento de la coagulopatía, que pueden empeorar el curso clínico de la COVID-19.

Por otro lado, se había postulado que el uso de los corticosteroides inhalados, necesarios para realizar el tratamiento de mantenimiento y control de la enfermedad de la EPOC y que previenen las exacerbaciones en la EPOC eosinofílica, podrían tener utilidad para proteger a los pacientes frente a la COVID-19. Sin embargo, no se ha obtenido una evidencia contundente a este respecto. “No hay evidencia de que los corticosteroides inhalados protejan frente a la COVID-19 o de que estén asociados a peores resultados clínicos”, concluyen los autores de la revisión.

Las conclusiones que se han obtenido en referencia a estos fármacos inhalados van en un sentido y en otro, porque, por un lado, reducen la replicación del SARS-CoV-2 y la expresión de ACE2, esto último mediante la disminución de la producción de interferón 1. Y, por otro lado, este decremento de interferón 1 se ha asociado a que estos pacientes tengan afectadas las defensas, en particular las células T de defensa agotadas o un número reducido de células T de memoria.

Infectividad y letalidad del SARS-CoV-2

En cuanto a los resultados clínicos de la COVID-19 en pacientes con EPOC, la revisión de estudios de cohortes no ha demostrado que los pacientes sean más o menos susceptibles de contraer una infección por SARS-CoV-2. Por tanto, la revisión encuentra que todavía no hay evidencia de mayores tasas de infección de SARS-CoV-2 en los EPOC. No obstantes, sí que ha constatado que los pacientes de EPOC tienen un riesgo aumentado de sufrir peores resultados, que incluyen el necesitar ventilación mecánica y la mortalidad.

Existe una gran diversidad entre los entornos clínicos de los estudios revisados, por lo que las tasas de fatalidad de la COVID-19 entre los pacientes hospitalizados varían de forma muy llamativa entre el 1 y el 62 por ciento. Sin embargo, los autores citan diversos trabajos que son concluyentes respecto a peores resultados clínicos de los pacientes en los que coexisten ambas enfermedades, EPOC y COVID-19. Así, un metaanálisis de 11 series de casos de China y Estados Unidos halló un aumento del riesgo del 88 por ciento entre los pacientes con EPOC coexistente de requerir un ingreso en UCI o de morir por la enfermedad del coronavirus.

“La EPOC es una enfermedad que suele presentarse en pacientes que tienen otras comorbilidades. Edad y comorbilidades son dos factores que por sí solos predisponen a la COVID-19 y a padecerla de forma más grave. Debemos poner el foco en que estos pacientes sigan las recomendaciones preventivas frente a la COVID-19″, ha insistido López-Campos, a la luz de las últimas evidencias reunidas.


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