La publicación reciente de una nueva directriz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el empleo de los edulcorantes no azucarados, en la que desaconseja su uso para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, ha avivado el debate sobre uso de estos aditivos en el terreno de la nutrición. En este caso, los nutricionistas señalan que los edulcorantes son seguros, aunque no son recomendables a nivel general.

Tanto la OMS como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) establecen que su consumo es seguro por las pruebas toxicológicas de seguridad a las que se someten. Del mismo modo, su uso está regulado por la legislación. No obstante, la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, Alma Palau, sostiene que “el mensaje 0% azúcares enmascara el alto contenido en calorías, grasas o sal de determinados productos procesados edulcorados, que llenan cada vez más los supermercados y que en ningún caso son saludables”. De la misma forma, afirma que “no ayudan a la transición hacia una alimentación más saludable, sino que cronifican aún más los hábitos alimentarios perjudiciales para la salud”.

Acesulfamo K, aspartamo, advantamo, ciclamatos, neotamo, sacarina, sucralosa o Stevia. Estos son algunos de los edulcorantes sin azúcar (NSS) incluidos en dicha guía publicada por la OMS. Los propios autores de la guía reconocen que los efectos indeseables del uso de edulcorantes podrían deberse a que no contribuyen a solucionar los problemas de salud pública asociados al peso y las enfermedades crónicas derivadas, por lo que estos problemas también aumentarían.

Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, afirma que en este informe “se pone de manifiesto que la reformulación de alimentos no está dando los resultados esperados en las políticas de prevención de enfermedades y de salud pública”. Palau también cree que “es urgente promover la alfabetización alimentaria para que el consumidor sepa elegir el mejor producto y alimento para su salud”.

Matices de la recomendación

Hace apenas una semana, Rafael Urrialde, experto en seguridad alimentaria y profesor en las facultades de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid y de Farmacia de la Universidad San Pablo-CEU, además de vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ), explicó a GACETA MÉDICA todos los matices de esta recomendación, con el propósito de que los profesionales de la medicina puedan emplear en su consulta criterios basados en la evidencia científica.

El también miembro de la SEÑ aseguró que tanto la OMS como la sociedad en su conjunto deben tener confianza en el proceso de aprobación o revoque de productos como los edulcorantes, a cargo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). “Es un sistema totalmente eficaz y garante, a través de la independencia científica, la seguridad alimentaria y protección de salud de los consumidores implantado en la Unión Europea desde el año 2002”, afirmó Urrialde. Por último, subrayó que “al entrar en profundidad en el estudio llama la atención que la recomendación es condicional, lo que implica baja evidencia científica”, o lo que es lo mismo “los efectos positivos no están muy claros sobre los negativos, pero los negativos no superan tampoco los positivos” matizó.

Exclusión en las recomendaciones

La recomendación de la OMS se aplica a todas las personas, excepto a aquellas con diabetes preexistente (ya que no se evaluaron) e incluye todos los edulcorantes no nutritivos, sintéticos y naturales o modificados que no están clasificados como azúcares y se encuentran en alimentos y bebidas manufacturadaos, o que se venden solos para agregarlos a alimentos y bebidas.

Cabe destacar que la directriz no se refiere a productos de cuidado e higiene personal que contienen NSS, como pasta de dientes, crema para la piel y medicamentos, ni a los azúcares bajos en calorías y polialcoholes.


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