Aparentemente, la vitamina D se ha convertido en los últimos años como un suplemento muy consumido por la población en general. Sin embargo, su autoconsumo y el debate sobre el nivel adecuado en las personas encuentra preguntas por resolver. Especialmente por la posibilidad de que la ciudadanía esté haciendo un consumo desproporcionado de esta vitamina. La coordinadora del grupo de metabolismo mineral y óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), María Cortés Berdonces, ha desmitificado algunas creencias que se han extendido sobre estos suplementos.
Así, al contrario de la percepción de que en España podría estar habiendo un consumo excesivo de vitamina D, Cortés Berdonces ha asegurado, en una entrevista para Gaceta Médica, que “el consumo de vitamina D no es muy alto en España”. Esta afirmación está sustentada en la realidad alimentaria del país, donde la cantidad de alimentos suplementados con esta vitamina es limitada. “Los alimentos fortificados con vitamina D lo llevan en pequeñas cantidades”, ha explicado. De esta forma, incluso los alimentos que la contienen de forma natural, como el pescado graso o los huevos, lo hacen en dosis reducidas. Solo el 10 por ciento de la vitamina D que el cuerpo necesita proviene de la dieta. Por este motivo, ha puesto de relieve la importancia de otros factores, como la exposición solar, para mantener niveles adecuados.
Niveles adecuados
La determinación de los niveles adecuados de vitamina D es un tema que ha generado división de opiniones entre las sociedades científicas. No obstante, Cortés Berdonces ha destacado que la medición estándar en sangre para evaluar estos niveles es la 25OHVitamina D (25 hidroxi vitamina D). A pesar de pequeñas diferencias en las recomendaciones, la especialista señala que “en general, los niveles óptimos serían por encima de 30 nanogramos por mililitro, el déficit por debajo de 20 y entre 20 y 30 ng/ml insuficiencia de vitamina D”.
Este rango es el resultado de estudios que han evaluado el impacto de la vitamina D en la salud ósea. Se trata de una de las áreas donde esta vitamina desempeña un papel crucial. “La vitamina D afecta sobre todo a la salud de los huesos”, ha subrayado Cortés Berdonces. Recordando así que su principal función es facilitar la absorción del calcio, fundamental para mantener la densidad ósea y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
En cuanto a las diferentes cifras de niveles recomendados de vitamina D, Cortés Berdonces ha aclarado que “los niveles adecuados no se modifican para prescribir más o menos”, sino que “se calculan en función de la evidencia científica sobre el efecto de la vitamina D en la salud ósea”. En este sentido, algunas sociedades científicas han concluido que la evidencia es suficiente para recomendar mantener niveles superiores a 20 ng/ml, mientras que otras apuntan a que valores por encima de 30 ng/ml podrían ofrecer mayores beneficios para la salud ósea.
Suplementos y riesgos del autoconsumo
La suplementación de vitamina D debe estar siempre bajo supervisión médica. Según Cortés Berdonces, “las personas con déficits de vitamina D o enfermedades que predispongan al déficit o enfermedades óseas, deben suplementarse con vitamina D”. Esto incluye a grupos de riesgo como las personas mayores, quienes tienen una menor capacidad para sintetizar la vitamina D a través de la piel. También aquellos que, por razones de salud, deben evitar la exposición solar. Sin embargo, para la población general que puede alcanzar niveles adecuados mediante una exposición solar segura y una dieta equilibrada, “no sería necesaria la suplementación”, ha incidido.
El creciente acceso a suplementos de vitamina D sin receta ha generado preocupación sobre el posible abuso en su consumo. Sin embargo, Cortés Berdonces ha asegurado que “no hay un exceso de prescripción por parte de los médicos, se prescribe cuando realmente hay un déficit”. Si bien, ha advertido de que si fuera de control médico hay un exceso de suplementación, esto podría convertirse en un problema. “Desconozco si esto está analizado y puesto en números”, ha comentado.
El autoconsumo de suplementos es una práctica cada vez más común que conlleva riesgos. Así, a pesar de que “en general es una vitamina muy segura”, Cortés Berdonces ha enfatizado en que los problemas surgen “cuando se toma en dosis superiores a las recomendadas o formulaciones de farmacia más potentes”. El principal riesgo asociado con un exceso de vitamina D es la hipercalcemia. Se trata de una condición caracterizada por niveles elevados de calcio en sangre. Esta situación puede tener consecuencias graves, incluyendo daño renal, arritmias cardíacas, y en casos extremos, la muerte. Por ello, ha concluido destacando que la suplementación debe ser una herramienta utilizada de manera responsable y bajo supervisión médica.