“En un momento de desestabilización total, toca repensar lo que tenemos entre manos”. Con esta reflexión como punto de partida, Rafael Bengoa, ex consejero de Salud del País Vasco, ex asesor de Obama y actual codirector del Instituto de Salud y Estrategias, ofreció su fórmula magistral para la transformación del modelo sanitario en la inauguración del XXVIII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia, que se celebra del 7 al 11 de junio en un formato híbrido.
En este encuentro anual de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que en esta ocasión se celebra en el Palacio de Congresos de Bilbao, participan más de 4.800 médicos de atención primaria, de los que cerca de 1.500 asisten de manera presencial.
Grandes tensiones
En su conferencia inaugural, Bengoa abogó por potenciar las alianzas con los profesionales de salud frente a los dictados. “No falta ni la visión, ni los modelos, ni recursos humanos competentes, ni evidencia, ni herramientas, ni tecnología”, defendió. “Hay que cambiar el modelo asistencial entre todos, sin confrontaciones estériles entre consejerías y estamentos clínicos”, defendió.
En este sentido, advirtió de que en las próximas semanas las consejerías de sanidad vivirán situaciones críticas y una gran tensión “por esa desestabilización y el cansancio acumulado de estos años” por parte de los profesionales sanitarios. No obstante, Bengoa admitió que en un momento como este “hay mucha insatisfacción, que no se resuelve creando conflicto”, de ahí que sea necesario dar los primeros pasos hacia esa transformación imprescindible.

El ex consejero vasco mantiene su apuesta histórica por la necesidad de impulsar un cambio de modelo centrado en los enfermos crónicos, que daría un mayor peso a la atención primaria, frente a esquemas hospitalocentristas volcados en la atención a los procesos agudos.Un cambio que, según su visión, ha de venir desde abajo.
En la misma línea, Bengoa admitió que uno de los problemas es que la primaria “no resulta sexy para los de arriba”. “Si llega un montón de dinero de Europa, que no volverá a pasar, sabemos que irá en la dirección equivocada, cuando todos sabemos que ha de ir a la primaria. Hay una gran infraestructura, están los profesionales y hay redes. Lo que se necesita ahora es ‘licencia para innovar'”, sentenció el especialista. En su opinión, es básico permitir a los profesionales que están en sus centros que puedan innovar. “Los de arriba tienen que quedarse en un plano estratégico”, indicó.
En este camino a la innovación, la descentralización supone un aspecto clave. “Resulta básico para que un centro de salud pueda tomar decisiones mucho más pertinentes y adaptadas a su nivel que lo que pueda venir desde otro ámbito de gestión”, subrayó.
Pocos minutos antes intervenía en el foro la consejera de Salud del País Vasco, Gotzone Sagardui, que admitía que antes de la crisis sanitaria generada por la pandemia ya era necesario reforzar la atención primaria.
Según su análisis, el primer nivel es mucho más que la puerta de entrada del sistema: “Es una compañera de vida que nos sigue antes de nacer y hasta el último adiós”, sentenció.
La consejera añadió que desde el Departamento vasco se han redoblado los esfuerzos “con una mayor inversión en estructuras y aparatajes, en el desarrollo de nuevos perfiles, impulsando la farmacia comunitario o con la llegada de otros profesionales sanitarios, como es el caso de los fisioterapeutas, al primer nivel.
Sin perder la esencia
En el mismo acto, Antonio Fernández-Pro, presidente de SEMG, recordó que la mejor estrategia o cambio de modelo pasa por fortalecer la atención primaria y recuperar y liderazgo clínico para salir de esta crisis.
“No debemos quejarnos de nada que no podamos modificar, por eso estamos aquí, para intentar ser mejores e incrementar la calidad de la atención demostrando que lo mejor que tienen el sistema son los profesionales”, expuso.
En su análisis, repasó que la primaria se encuentra en un momento de demanda asistencial “imparable” y que, a pesar de ello, los médicos de familia siguen escuchando los mensajes que les envían los pacientes desde su fragilidad.
Para finalizar, defendió que el médico de familia es el responsable de entender el contexto de enfermedad en este flujo, teniendo dos elementos básicos: tiempo y oído. “Es lo que nos hace falta para ser fuertes y recuperar el liderazgo”, remató.
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