En España ha habido más de 3.700.000 casos de COVID-19 de los que cerca de 500.000 necesitaron ingreso hospitalario. El 87% de estos pacientes fueron diagnosticados y controlados desde atención primaria. Así lo ha declarado en rueda de prensa Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), con motivo del XXVII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia (SEMG).
Durante estos meses, la consulta telefónica ha servido de cribado para valorar si el paciente debía acudir presencialmente a centro de salud. “Desde atención primera no se ha dejado de atender a nadie en esta pandemia. Se ha modificado el modelo de atención y se ha tenido que improvisar con correos electrónicos o fotografías por mensajería instantánea. Pero se ha hecho un gran esfuerzo”, ha resaltado Armenteros.
A pesar del trabajo, los especialistas reconocen que se han retrasado diagnósticos y muchos pacientes han empeorado su enfermedad debido a las condiciones del confinamiento y el aislamiento. “La mayoría de los pacientes intentaban pasar la enfermedad en casa y aguantar lo máximo posible. Cuando llegaban al centro de salud era tarde y muchos llegaban con insuficiencia respiratoria. Para ellos, el ingreso en el hospital equivalía a ‘muerte'”, ha expuesto Isabel Orlandis, que presta atención en el Centro de Salud Andratx de Palma de Mallorca.
“La mayoría de los pacientes intentaban pasar la enfermedad en casa y aguantar lo máximo posible. Cuando llegaban al centro de salud era tarde”
Isabel Orlandis, Centro de Salud Andratx de Palma de Mallorca
La especialista ha recordado lo estresantes que fueron los primeros meses de pandemia. “Fue una época muy dura, sobre todo, por la gran incertidumbre con la que ha ido evolucionando el desarrollo de la pandemia. Asimismo, nosotros no disponíamos de equipos de protección. Afortunadamente, ahora ya no tenemos déficit de EPIs, pero para muchos colegas ha llegado demasiado tarde y, desgraciadamente, se han quedado por el camino“, ha lamentado. Hasta datos de abril de 2021, 81.000 profesionales fueron contagiados por COVID-19 y 188 facultativos han perdido la vida.
Tanto Orlandis como Armenteros han concluido deseando que la atención en las consultas se normalice cuanto antes, y que se pueda agregar lo bueno que hayamos podido aprender de esta dura etapa. “La organización de las consultas no presenciales fue por la autoridad sanitaria, no por decisión de los médicos. Se puede conseguir una normalidad mejorada, con una gestión adecuada de la demanda, tiempo y dignidad en la atención a nuestros pacientes, evitando aspectos negativos, como la masificación y la sobredemanda y conseguir la atención de calidad que merecen nuestros pacientes”, reiteró Armenteros.