ESTHER MARTÍN DEL CAMPO Madrid | viernes, 02 de junio de 2017 h |

La artrosis es el segundo diagnóstico más frecuente en atención primaria. Según el estudio Episer, la de mano tiene una prevalencia del 6,2 por ciento. Un porcentaje de pacientes importante, para los cuales el arsenal terapéutico es muy escaso, en palabras de Blanca Sanz, directora del Centro de Salud las Américas, investigadora del Estudio Picasso y miembro del comité científico de este estudio, en el que también participa José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

“Tratamos el dolor, inicialmente con paracetamol, pero cuando es más intenso hay que pasar a los antiinflamatorios y otros fármacos. Queremos intentar encontrar algo que, sin los efectos secundarios que tienen los fármacos que usamos habitualmente, ayude a los pacientes. Si además interviene en la evolución de la artrosis y le quitamos dolor, mucho mejor”, explica.

Con este objetivo ha arrancado el Estudio Picasso, de la compañía Bioibérica. Es el primer ensayo mundial en artrosis de mano realizado por completo en atención primaria, destaca la doctora. “Un ensayo clínico doble ciego para ver el efecto de un fármaco de acción lenta que combina condroitin sulfato y glucosamina frente a placebo —aclara Llisterri— Este tipo de fármacos está indicado en artrosis de rodilla. La de mano es una enfermedad muy prevalente que ve el médico de familia, por tanto es un estudio que es paradigmático en atención primaria”.

En este ensayo clínico participan 28 centros de salud de toda España y un total de 67 médicos. En este momento se está reclutando los pacientes. A día de hoy, asegura Sanz, hay un total de 156 participantes en el ensayo, y hay que llegar hasta los 330. Una de las dificultades que plantea es que muchos pacientes con diagnóstico inicial de artrosis son descartados para el estudio porque presentan artrosis erosiva de mano, con afectación de los huesos, un grado de la enfermedad en el que no se emplean estos fármacos.

Según la experiencia de Llisterri, este medicamento se utiliza en pacientes con artrosis de rodilla no muy evolucionada de manera satisfactoria. “Tiene un efecto analgésico que hace que el paciente no tenga que utilizar antiinflamatorios no esteroideos, que pueden dañar la mucosa intestinal. Es cierto que todo el mundo no responde a este tipo de fármacos, pero mi experiencia es buena y lo utilizo en la clínica diaria”, asegura.

En la misma línea, Blanca Sanz matiza que se trata de probar si quita el dolor en la artrosis de manos, pero también si mejoran otros parámetros del índice funcional en artrosis, como objetivo secundario, así como la evolución de otros indicadores como la fuerza en las manos.

Si se cumplen los plazos previstos, los resultados estarán disponibles a finales del año, tal y como augura Llisterri.

Al margen de la importancia de este trabajo, el ensayo tiene un valor en sí mismo en el que coinciden ambos investigadores, y es que se va a llevar a cabo en el primer nivel. Desafortunadamente, lamenta Llisterri, muchas patologías propias de AP se investigan en ensayos clínicos en atención hospitalaria. Sucede continuamente con diabetes, hipertensión, asma, etc. Sin embargo, reclama Sanz, es aquí donde se tendrían que llevar a cabo estos estudios, puesto que al hospital estos casos llegan muy avanzados. En artrosis de mano, aclara la doctora, no podemos enviar al paciente al hospital, puesto que no se puede operar, concluye.


Este fármaco está indicado actualmente para tratar la artrosis de rodilla en fases poco avanzadas



El objetivo de los promotores del ensayo es reclutar a 330 pacientes, de los que ya se han incorporado 156