Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 19 de julio de 2019 h |

Más de 60 profesionales, principalmente médicos, farmacéuticos, enfermeros y nutricionistas, han revisado los temas más controvertidos en el terreno de la nutrición en el curso ‘Alimentación, salud y la Agenda 2030’, celebrado esta semana en Madrid en el contexto de los Cursos de Verano de El Escorial, que patrocina el Grupo Santander.

Este encuentro, organizado con la colaboración de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria(SENC) y la compañía Coca-Cola Iberia, ha repasado, entre otros muchos asuntos, las novedades que aportan las guías alimentarias SENC para Atención Primaria. Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la SENC y director de este curso, explica a GM que las nuevas guías plantean una pirámide con aspectos determinantes del estado nutricional, pero también del equilibrio emocional. “No compramos ni comemos igual con mejor o peor ánimo”, advierte.

De igual modo, incorporan conceptos como el balance energético, aumentando la recomendación de actividad física si hay un mayor consumo de alimentos, y pone en el foco la necesidad de una correcta hidratación, principalmente a base de agua.

Asimismo, las nuevas guías refuerzan la pauta de cumplir el mandato de las cinco piezas de fruta y verdura al día, cuando la media actual, en la práctica, apenas supera las dos piezas y media.

La publicación incorpora el consejo dietético breve en estas profesiones sanitarias. Es fundamental, en palabras de Aranceta, que el profesional sanitario tenga una visión general sobre la interacción de los alimentos y los suplementos dietéticos o los complementos alimenticios y los fármacos, especialmente importante en el caso de los enfermos crónicos.

Como muestra, el director del curso recuerda que un elemento cotidiano como el zumo de pomelo tiene más de 400 interacciones farmacológicas de distinta gravedad. En pacientes con xintron, por ejemplo, el efecto del anticoagulante se potencia, advierte.

Con esa visión general, llegado el caso un farmacéutico podrá recomendar al paciente aumentar la gestión de potasio, por ejemplo, si va a tomar un fármaco diurético que favorecerá la eliminación de este mineral, apunta el especialista.

Dentro de las guías, Aranceta remarca que existe un apartado específico destinado a la cronobiología de la nutrición, que detalla el mecanismo de actuación de los diferentes alimentos en función del momento en el que se ingieren, un aspecto muy relevante, advierte el especialista, en patologías como la diabetes, la obesidad o las dislipemias.

En la sociedad del siglo XXI, y en línea con el propio enunciado del curso, la evidencia científica disponible avala que las recomendaciones nutricionales saludables van en sintonía con elementos como la sostenibilidad del planeta.

En este sentido, Aranceta pone también en valor el compromiso de más de 400 empresas alimentarias para reformular sus productos reduciendo el contenido de sal, azúcares y materia grasa. “No es sencillo, requiere un gran esfuerzo en I+D para adaptar las formulaciones sin que se resienta el resultado final”, expone, argumentando que, por ejemplo, el azúcar no solo endulza, sino que actúa como conservante y aporta una textura esponjosa en productos, por ejemplo, de bollería.

Otro de los retos pendientes es que el consumidor pueda hacer una elección consciente también a partir de la información sobre la huella ambiental de cada alimento o producto. Aquí, el experto cita como ejemplo la posibilidad de incorporar un etiquetado en alimentos a granel que establezca un código de colores en función de la proximidad del origen de cada alimento. En el caso de los productos elaborados, el código debería tener el cuenta el impacto ambiental del envase, por ejemplo.

Entre otros muchos temas, durante el curso se ha repasado la seguridad de los edulcorantes sin o bajos en calorías. Rafael Urrialde, director del Departamento de Nutrición y Salud de Coca Cola Iberia, ha explicado el procedimiento de autorización y las exigencias de regulación para su uso en nuestro país. De la mano de los edulcorantes se ha logrado la reducción del contenido de azúcares en infinidad de productos alimentarios, expone, al mismo tiempo que destaca como fundamental hablar de cada uno de ellos de forma diferenciada, puesto que “no tienen nada que ver”, sentencia. El experto defiende la importancia de que los profesionales sanitarios conozcan con detalle la composición de los productos alimenticios antes de realizar un consejo sobre su consumo a los pacientes.


Interacciones
Es básico que los profesionales manejen las interacciones de los alimentos con los fármacos



Compromiso
Más de 400 empresas han apostado por reformular sus productos reduciendo azúcar, sal y grasas