El último análisis del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) muestra que el número de enfermeras fallecidas tras contraer la COVID-19 asciende a 1.500, desde las 1.097 registradas en agosto. La cifra, que incluye a enfermeras de solo 44 de los 195 países del mundo, se sabe que es una estimación a la baja del número real de muertes.

Los propios análisis del CIE apuntan a que aproximadamente el 10% de los casos a nivel global son de trabajadores sanitarios. Asimismo, la cifra global ya asciende a más de 43 millones de casos en todo el mundo, de los cuales aproximadamente el 2,6% representan fallecimientos de un millón cien mil de personas.

“Es asombroso que durante esta pandemia hayan fallecido tantas enfermeras como en la Primera Guerra Mundial”

Por tanto, el CIE apunta a que si la tasa de mortalidad de los más de cuatro millones de trabajadores sanitarios contagiados fuera de solo el 0,5%, habrían muerto más de 20.000 a causa del virus.

El director General del CIE Howard Catton, ha declarado durante la conferencia virtual Nightingale 2020 que “es asombroso que durante esta pandemia hayan fallecido tantas enfermeras como en la Primera Guerra Mundial. Llevamos desde mayo de 2020 pidiendo una recopilación estandarizada y sistemática de datos sobre los contagios y fallecimientos de trabajadores sanitarios y es un escándalo que aún no se esté haciendo”.

Por su parte, Catton ha señalado como la pandemia ha demostrado hasta qué punto se ha interconectado el mundo y que las respuestas de los gobiernos han de tenerlo en cuenta para responder adecuadamente.

“Creo sinceramente que lo global nunca ha sido más local en términos de los retos que estamos afrontando, las lecciones que hemos de extraer y las soluciones que buscamos. Por ejemplo, la obtención de equipos de protección individual entre fronteras requiere que los gobiernos trabajen juntos en cuestión de aduanas y controles. Y cuando tengamos una vacuna, para llevársela a todos aquellos que la necesiten y no solo a quienes se la puedan permitir, harán falta relaciones multilaterales y cooperación. Las enfermeras tendrán que jugar un papel importante en lo que venga tras la COVID. Nuestra experiencia y los datos de los cuales disponemos significan que tenemos una voz muy poderosa y legítima que hemos de utilizar para influenciar los sistemas de salud del futuro.”

“Las enfermeras están enfadadas por la falta de preparación y también por la falta de apoyo que han padecido”

Sobre manifestaciones y huelgas de algunas enfermeras en Europa y acerca de la gestión de la pandemia, presidente el director declaraba que no le sorprende que “nos encontremos en esta situación porque entramos muy mal preparados en esta pandemia, con falta de inversiones, así como con un déficit de seis millones de enfermeras y lentitud por parte de algunos gobiernos para dar una respuesta adecuada” continuó Catton.

“Es una gran lección para el futuro. Cuando esto se acabe, nunca más hemos de dar por descontados nuestros sistemas de salud de nuevo y hemos de invertir mucho más en ellos y en nuestros trabajadores sanitarios Las enfermeras están enfadadas por la falta de preparación y también por la falta de apoyo que han padecido. Hemos de pasar de las palabras cálidas a las acciones reales porque ninguno de nosotros va a poder aguantar y nuestras economías no se recuperarán si no mantenemos a nuestros trabajadores sanitarios y enfermeras trabajando y con capacidad de cuidar de todos nosotros”, añadía.