El llamado Componente 18, de actuaciones relativas a la renovación y ampliación de las capacidades del SNS -dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-, plantea un total de siete inversiones destinadas a reforzar la capacidad preventiva y de promoción de la salud para evitar la aparición de enfermedades. En este apartado, el documento focaliza montantes específicos para dos áreas que vienen reclamando recursos específicos para su desarrollo desde hace tiempo. Entre ellas, una parte se dedicará a ejecutar actuaciones del Plan de Resistencia a los Antibióticos (PRAN); otra, a la prevención de problemas de salud mental y promoción del bienestar emocional.

Así las cosas, el Plan cifra en algo más de 2,5 millones de euros el montante dedicado a dar soporte a algunas de las acciones de la actualización de la Estrategia. En particular, financiará tres campañas de difusión para la promoción y protección de la salud mental (2021- 2023), lucha contra el estigma y prevención de las conductas suicidas. Asimismo, también costearía convocatorias de premios de investigación en todos los ámbitos relacionados con la salud mental.

Según acota el documento del Gobierno, el resto de las medidas de la Estrategia se financiarían con cargo a los presupuestos internos de las distintas instituciones sanitarias, algo que no termina de convencer a los profesionales de la salud mental. Así lo reseña Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), quien apunta que su escasa financiación indica esta área “no está priorizada”.

En este sentido, el experto incide en lo fundamental de dirigir esfuerzos suficientes en “mano de obra” para hacer frente a las listas de espera hasta alcanza los estándares de profesionales de Europa. Una inversión que, aunque en palabras de Arango, “está bien”, se queda en la superficie. “En un momento de rehabilitación uno esperaría que inyectaran dinero a las CC.AA para hacer centros de rehabilitación psicosocial, pisos protegidos, recursos intermedios, hospitales de día”, comenta.

“Solamente en prevención del suicidio, se necesitaría todo ese presupuesto por lo menos, o incluso más”

Ana González-Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM)

Por su parte, Ana González-Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), suscribe esta misma infrafinanciación. “Solamente en lo que es la prevención del suicidio, se necesitaría todo ese presupuesto por lo menos, o incluso más”. Así, añade la necesidad de ahondar en acciones concretas, con especial hincapié -además de en la anticipación de la conducta suicida- en las mujeres y en los niños.

“Se necesita dinero para mejorar la educación en las escuelas de forma que se pueda prevenir la enfermedad mental. Por ejemplo, se están haciendo proyectos actualmente enfocados en el aumento de la resiliencia en los adolescentes; eso es algo en lo que merecería la pena invertir, pero eso exige un montante mucho mayor”, desgrana.

Lo que viene: la ‘quinta’ ola

Víctor Pérez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), reseña respecto al Plan que “no se está teniendo en cuenta la gran ola de problemas mentales que va a tener la población de nuestro país en los próximos dos años”. “Estamos empezamos ya a verla: en la gente joven, aumentos de las tentativas de suicidio, de primeras visitas en psiquiatría… hay buena voluntad, pero se queda muy lejos de las necesidades de la ciudadanía”, describe.

La percepción del psiquiatra es la de una salud mental relegada a segundo plano “como siempre”, también dentro del aporte de los fondos europeos. “Hablamos de las enfermedades más prevalentes a nivel epidemiológico, las que más años de vida con buena función hacen perder. Tenemos datos ya de la catástrofe que nos viene encima a consecuencia de la COVID y de la crisis económica en los próximos años”, añade Pérez. 

Así, el presidente de la SEPB avisa que de atajar este problema, “nos vamos a encontrar con urgencias absolutamente desbordadas, aumento de las descompensaciones psicóticas, depresivas y sobre todo de gente joven”.

PRAN: Más inversión en el diagnóstico

El Plan de Recuperación contempla también una cuantía de 5,4 millones de euros de los fondos europeos Next Generation a la lucha en España para racionalizar el consumo de antibióticos y reducir la resistencia antimicrobiana. “Un plan necesario e importante”, según ha señalado María del Mar Tomás Carmona, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), a esta publicación.

Sin embargo, la también microbióloga del Hospital A Coruña e investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) señala que existen algunos peros. “Deberían hacer inversión en I+D+i en relación con el diagnóstico rápido de las bacterias resistentes a los antimicrobianos, así como llevar a cabo estudios sobre nuevas líneas de tratamiento anti-infeccioso con el fin afrontar el problema y tener armas para luchar contra las bacterias resistentes”, acota.

“Deberían hacer inversión en I+D+i en relación con el diagnóstico rápido de las bacterias resistentes a los antimicrobianos”

María del Mar Tomás Carmona, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC)

En opinión de la portavoz, “debería incluirse en el PRAN el desarrollo de nuevas líneas de investigación basadas en terapias anti-infecciosas como fagoterapia, nuevos péptidos, tratamientos antivirulentos, reposición de fármacos, etc. mediante ensayos pre-clínicos y clínicos, que nos permitan erradicar con mayor eficacia las bacterias resistentes a los antimicrobianos responsables de la infección”.

Actuaciones concretas

Una de las áreas concretas del apartado PRAN del Componente 18 prevé implantar en los hospitales españoles una herramienta informática para el manejo de los tratamientos con antibióticos. Según Tomás, estas herramientas “podrían estar basadas en técnicas de Inteligencia Artificial u otras tecnologías que permitan el análisis masivo de datos y por tanto desarrollo de guías clínicas y/o protocolos de actuación”.

María del Mar Tomás Carmona, (SEIMC).

Del mismo modo, también se considera llevar a cabo un instrumento interactivo para la Vigilancia de Microorganismos Patógenos clínicos de animales enfermos. Un punto importante según la portavoz de SEIMC, “ya que las bacterias que portan genes de resistencia a los antimicrobianos pueden tener origen animal y debemos tomar medidas de prevención y control epidemiológico a dicho nivel”.

La inversión de este ámbito también anticipa el incremento del número de estudios de prevalencia de infecciones y uso de antimicrobianos relacionados con la asistencia sanitaria. En opinión de la investigadora, este apartado debería ahonda en un esfuerzo en innovar en nuevas técnicas moleculares de detección rápida y económica de patógenos resistentes a los antimicrobianos para un uso adecuado y específico frente a bacterias resistentes a los antibióticos.

En última instancia, se prevé aumentar las acciones de formación a profesionales sanitarios en los Programas de optimización del uso de antibióticos. Una tarea en la cual se habría de contemplar también el uso plataformas de información o divulgación como las redes sociales para llegar a mayor población y concienciar sobre este importante problema, tal y como indica Tomás.


También te puede interesar…