A principios de año, la obligación de que los hospitales codifiquen sus datos médicos siguiendo la última Clasificación de Enfermedades Internacionales, CIE10, ha entrado en vigor en Cataluña. Esta comunidad autónoma ha sido la última en dar el salto a este modelo internacional que dio sus primeros pasos en nuestro país en 2016.
Carlos Sevillano, director comercial de ASHO, una compañía dedicada a la codificación clínica, explica a GM las causas de este retraso. Según sus palabras, el procedimiento de financiación de los centros catalanes, donde tiene un gran peso la casuística atendida, que permite registrar con mayor precisión el nuevo sistema, ha retrasado su aplicación estos dos años.
El principal cambio en esta nueva versión que han comenzado ya a incorporar los centros catalanes es que incluye muchos más códigos. Se han pasado de 14.000 a 68.000 códigos de diagnóstico, y de 3.800 a 72.500 códigos en procedimientos, lo que da una idea del alcance y del volumen de trabajo que acumulan en estos meses los servicios de documentación de estos centros.
Homogeneizar el lenguaje
Sevillano explica que estos sistemas de codificación clínica permiten homogeneizar el lenguaje clínico, transformándolo en un lenguaje de códigos que permite unificar la información. Es necesario, por ejemplo, emplear estos códigos a la hora de facilitar al Ministerio de Sanidad el Conjunto Mínimo Básico de Datos que resulta esencial para la planificación de los recursos tanto a escala nacional como a nivel autonómico.
A partir de esta información, se realizan también las muestras de morbilidad hospitalaria, añade Sevillano, que matiza que los sanitarios también emplean estos códigos de cara a la investigación. Por ejemplo, en función de las indicaciones del médico, el documentalista revisa las bases de datos para poder buscar ensayos relacionados con una patología específica.
En Cataluña, con un modelo sanitario con un fuerte peso del sector privado, el portavoz de esta compañía subraya que es fundamental reflejar la complejidad que asume cada centro para que desde el ejecutivo catalán se pueda ajustar mejor la financiación necesaria para cada centro.
Un salto de calidad
El sistema CIE 10 no solo proporciona más precisión por el mayor número de códigos. Además, subraya el experto, estos códigos son mucho más específicos: “La versión nueve manejaba códigos numéricos y la tecnología va por otro camino. Mucha parte del trabajo no se podía codificar de forma adecuada y la nueva versión permite codificar cualquier cosa que pueda pasar, ya que son de carácter alfanumérico”, expone.
El modelo integra dos sistemas de clasificación, uno de enfermedades para la codificación de diagnósticos y otro de procedimientos. De este modo, el hospital puede diferenciar de forma lógica a los pacientes, ya sea por la causa que origina la enfermedad o por la manera en la que se manifiesta, a través del diagnóstico clínico.
En la parte de diagnósticos, el código contiene entre 3 y 7 dígitos, y el primer carácter siempre es una letra seguida de un número.
Aunque su llegada a nuestro país es relativamente reciente, los especialistas aseguran que Alemania funcionan con el modelo desde hace diez años, y está implementado en Austria, Bélgica, Chipre, Dinamarca, Eslovenia, Finlandia y Francia, entre otros países. “Prácticamente toda Europa trabaja ya con estos códigos, que son propiedad de la organización Mundial de la Salud”, remarca Sevillano.
Etapa de adaptación
Desde la misma organización, Ruth Cuscó, CEO, añade que “como todo cambio, conlleva una etapa de adaptación y puesta en orden, y es cierto que ha traído mucha polémica”. No obstante, Cuscó remarca que la CIE-10 supondrá una mayor exahustividad diagnóstica y, en definitiva, una mejora en los sistemas de información sanitaria.
Sevillano añade que este cambio de modelo resultará beneficioso para todos, aunque implicará un esfuerzo de todas las partes, desde los profesionales de documentación clínica, pasando por los médicos, directivos de hospital, etc.
El nuevo sistema incorpora códigos alfanuméricos que permiten definir todos los procesos asistenciales
El modelo integra dos sistemas de clasificación: uno de procedimientos y otro de diagnósticos