Aquilino Alonso había quedado tocado por la marea blanca. A finales de enero de este año, el ya ex consejero de Salud de la Junta de Andalucía se vio obligado a dar un paso atrás, derogar la orden que regulaba los procesos de fusión hospitalaria en Granada y en Huelva y aceptar las dimisiones de su viceconsejero, Martín Blanco, y del gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), José Manuel Aranda.
Alonso se ha mantenido en el cargo cuatro meses más. El pasado jueves, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, culminó la renovación en el área de Salud con la destitución de Alonso y el nombramiento como consejera de Marina Álvarez, que desde enero de 2014 había desempeñado el cargo de gerente en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Precisamente accedió a la gerencia de este centro hospitalario para sustituir a Aranda, que asumía aquel año los mandos del SAS. La marcha de Alonso se encuadra en un proceso de reforma del Ejecutivo andaluz. A su cese se suman el de los consejeros de Empleo, Justicia, Educación y Agricultura.
Álvarez aterriza en la Consejería para finalizar el gran proyecto de su predecesor, la Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Sanitario, que se encuentra en la actualidad en trámite parlamentario. La normativa aborda dos de las medidas más controvertidas de la sanidad andaluza en los últimos años, las subastas de medicamentos y las alternativas terapéuticas equivalentes (ATE), sobre las que la nueva consejera aún no se ha manifestado.
En su agenda aparece otra cita importante, el primer Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Cisns) de la era de la actual ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. El 21 de junio acudirá al Ministerio para asistir a esta reunión en la que se abordará la universalización del tratamiento contra la hepatitis C y otras cuestiones como la estabilidad del empleo de los profesionales sanitarios o la prescripción enfermera.
Eficiencia y resultados
La nueva consejera de Salud es partidaria de la evaluación de resultados en salud. En una entrevista a GACETA MÉDICA meses después de su nombramiento como directora gerente del Reina Sofía manifestó la importancia de una monitorización “de forma periódica para conocer los puntos a mejorar. Realizar una asistencia de calidad ha demostrado que es la medida más eficiente. Considero importante también compartir la experiencia de los distintos hospitales, comunidades autónomas, etcétera, y ser capaces de sacar lo mejor de cada uno”.
Precisamente, este hospital ha experimentado una gran actividad en los Premios BIC en los últimos años. El centro ha sido galardonado en VIH en 2010, 2011 y 2013 y ha resultado finalista en 2012 y 2016. En la categoría de Infecciosas se hizo con el primer premio en 2011, 2012 y 2015. Fue finalista en 2013 y 2016.
La eficiencia y la investigación clínica son dos de las principales preocupaciones de esta licenciada en Medicina y especialista en radiología: “La calidad de nuestra asistencia debe permitirnos potenciar la investigación en el centro, sobre todo la investigación clínica”.