J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 30 de agosto de 2019 h |

Andalucía, y por extensión España, se enfrenta a la peor crisis sanitaria del año. La contaminación por listeriosis de numerosos productos cárnicos de una empresa con sede en Sevilla ha mantenido en vilo a la población. Hablamos con José Miguel Cisneros, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Virgen del Rocío y portavoz de la Junta de Andalucía para esta crisis.

P. ¿Cuál es la situación actual en los centros sanitarios de Andalucía?

R. La situación se ha casi normalizado. En los últimos días las cifras de frecuentación de pacientes están en línea con las cifras de un día normal del mes de agosto del año pasado. Ya no queda ningún parecido con la situación que vivimos entre los días 15 y 20 de este mes. Fueron unas fechas de saturación en los servicios de urgencia, fundamentalmente en Sevilla y Huelva. Esto nos indica que el brote ha entrado en la fase de inflexión. Desde hace seis días el número de casos está siendo entre cero, uno o tres. Ahora lo esperable, por las características de la bacteria, es que haya un goteo de casos durante el mes de septiembre y quizá octubre hasta que el periodo de incubación de esta bacteria desaparezca.

P. Como dice, la bacteria puede tardar hasta 70 días en dar la cara. ¿Ese goteo se traducirá en muchos nuevos casos?

R. Será un goteo, nada que ver con los 30 ó 40 casos que hemos tenido durante el pico del brote. Es importante transmitir dos cosas: que se ha llegado a la inflexión pero que el brote no ha terminado. Por tanto hay que estar alerta para diferenciar los casos donde sea una gastroenteritis banal, que son la mayoría y no tiene más que la molestia de la gastroenteritis, y los casos que puedan afectar a personas de riesgo, que son embarazadas, ancianas, personas inmunodeprimidas. Éstas deben acudir de inmediato al más mínimo síntoma porque hemos visto claramente que el tratamiento precoz es muy eficaz,

P. Además de los tres grupos que acaba de mencionar, ¿hay alguno más que pertenezca a la población de riesgo?

R. También los pacientes con alguna enfermedad crónica. Todos aquellos que tengan su sistema inmune debilitado.

P. ¿Está justificada la alarma entre mujeres embarazadas?

R. La preocupación está justificada porque la listeria es una causa de aborto. Precisamente por eso se le indican una serie de recomendaciones para que no coman una serie de alimentos que pueden contener listeria en concentraciones bajas. El aborto se produce por el tropismo especial que la listeria tiene por la placenta. Por eso, cuando hay una toxoinfección por listeria las embarazadas son especialmente vulnerables. Se estima, aproximadamente, que tienen una frecuencia de listeriosis de entre un 10 y un 20 por ciento superior a la población general. A esto se le suman las consecuencias. Mientras que a la población de la misma edad no embarazada las consecuencias de una infección por listeria es o ningún síntoma o una gastroenteritis leve o media, a una embarazada le puede producir pocos síntomas pero tiene un riesgo frecuente de aborto. Desde el punto de vista asistencial es muy importante que consulten de manera precoz porque la ‘ventaja’ es que la sospecha clínica es mucho más alta y por tanto el tratamiento es más precoz, lo que permite que la evolución sea diferente. Y esto lo estamos viendo. Las cifras de mala evolución del embarazo que están escritas en la literatura no son las que estamos viendo en este brote. Aquí son mucho menores aunque es cierto que hace falta un poco más de perspectiva para confirmar este dato.

P. Se habla de listeriosis en términos globales pero, ¿hay diferentes grados de la enfermedad?

R. Sí, lo hay. La infección por listeria monocytogenes en el ser humano produce desde signos leves de gastroenteritis hasta formas graves de infección como es la meningoencefalitis. También como hemos hablado, puede producir la muerte del feto. Además, puede dar bacteremia, puede dar infección de cualquier órgano, incluso endocarditis en personas que tengan problemas valvulares. En la gran mayoría produce una infección leve pero en personas inmunodeprimidas las consecuencias son más graves.

Pregunta. ¿Cuáles son los síntomas que deben llevar a un ciudadano a acudir al hospital?

R. Los síntomas pueden ser de una gastroenteritis convencional, con dolor abdominal, diarrea o náuseas y dolores musculares con o sin cefalea acompañante y con o sin fiebre. En fases más avanzadas, estos síntomas pueden acompañarse de dolor de cabeza más intenso. Si además tiene el antecedente epidemiológico de haber comido el alimento contaminado pues eleva la sospecha.

P. ¿Qué pruebas diagnósticas se deben realizar para confirmar o descartar un caso de listeriosis?

R. El hemocultivo es la técnica más específica y sensible para hacer el diagnóstico. También el cultivo del líquido encefaloraquídeo para el diagnóstico de la complicación de meningitis.

P. Si se confirma la enfermedad, ¿cuál es el tratamiento a seguir y qué posibilidades de éxito tiene?

R. El tratamiento es muy eficaz incluso en los casos graves de bacteremia. De los 196 pacientes que hemos tratado desde el inicio de la alerta la mayoría han sido curados. Hay tres fallecidos que eran personas pertenecientes a los grupos de riesgo y que comenzaron el tratamiento a partir del cuarto o quinto día.

P. ¿Es preciso administrar antibióticos en todos los casos?

R. En todos los casos donde hay una enfermedad invasiva, sin duda. En las embarazadas y en los pacientes de riesgo, cuando tengan manifestaciones de infección, es lo que estamos haciendo con buenos resultados.

P. ¿Hay riesgo de contagio con personas del entorno o bien personas que trabajen con animales que pudieran padecerla?

R. Es importante aclarar que no hay transmisión cruzada entre personas excepto el caso de la embaraza al feto. Tampoco es conocida entre animales y personas excepto si se consume una comida contaminada.

P. ¿Cómo se gestiona un hospital al que habrán acudido cientos de posibles casos?

R. Una crisis sanitaria de esta magnitud pone a prueba a todo el sistema sanitario, pero también a las instituciones, a la prensa y a la sociedad civil. Depende de las actuaciones de cada una de estas partes los resultados son mejores o peores. Por eso es importante que la información sea inmediata y veraz así como los canales de gestión. Hay que tratar de limitar el pánico y transmitir confianza a la ciudadanía. Desgraciadamente, el comportamiento, y esto se puede ver, no ha sido responsable en muchas ocasiones. Hay múltiples actores que han opinado en esta crisis y han aumentado la preocupación y el miedo de forma irresponsable.