J. Ruiz-Tagle Madrid | martes, 10 de septiembre de 2019 h |

“Estamos ante un problema de salud pública de primer orden”. Así define la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo el suicidio en España. De hecho, según los datos facilitados por la titular de esta cartera, en España, durante 2017, se registraron más de 3.500 muertes en nuestro país. Ante esta situación, el Ministerio lleva un año trabajando en un documento de ampliación a la Estrategia de Salud Mental —implantada en España desde 2006— en la que el suicidio se priorizará como una estrategia más. “Aunque el Ministerio lleva trabajando un año creemos que es importante incorporar a la estrategia a otros sectores, por lo que se establecerán grupos de trabajo en esta última fase”. Tras este último esfuerzo, el documento resultante se debatirá en el seno del próximo Consejo Interterritorial que se convoque.

En la nueva estrategia se ha trabajado principalmente en tres áreas de actuación: la sensibilización, el diagnóstico precoz del riesgo suicida y redoblar esfuerzos en los procesos asistenciales para la población considerada en riesgo. “Se trata de erradicar mitos y promover mecanismo para evitar el riesgo. También se trabaja para sensibilizar a los medios de comunicación para ver cómo es la mejor forma de informar sobre el suicidio”, ha recalcado Carcedo. La ministra también ha reconocido que la salud mental no ocupa el mismo nivel de preocupación que otras ramas sanitarias actualmente y ha señalado que “estará al mismo nivel que el resto de estrategias”.

La ministra ha estado acompañada por José Luis Pedreira, miembro del Consejo Asesor de Sanidad y especialista en psiquiatría adolescente e infantil. El experto ha señalado que si bien España no tiene unos datos tan preocupantes como otros países del entorno europeo “en la franja de edad de la adolescencia sí que se ha observado un repunte considerable”. Pedreira ha explicado que el suicidio no es un proceso psicopatológico sino una conducta voluntaria y consciente.