CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 28 de abril de 2017 h |

La bajas coberturas de vacunación en los adultos se ha convertido en un problema en el Sistema Nacional de Salud (SNS). A esto se suma que las coberturas entre los profesionales no alcanzan el 30 por ciento. El Ministerio de Sanidad consciente de esta traba ha decidido dedicar la campaña en la Semana Mundial de la Inmunización a la vacunación entre los sanitarios.

La semana pasada tuvo lugar el acto conmemorativo ‘Los Logros de la Vacunación’, con la colaboración de Neumoexpertos en Prevención (NEP), la Universidad Rey Juan Carlos y Pfizer. Durante el encuentro se puso en valor el papel de las vacunas como “instrumento de equidad social”, apuntó Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos.

La subdirectora de promoción de la salud y epidemiología de la Dirección General de Salud Pública, Araceli Arce, resaltó el papel y la evolución de los calendarios de vacunación a lo largo de los últimos años, y la necesidad de actualización en este sentido. “El calendario siempre será dinámico, porque habrá innovaciones en vacunas, nuevas moléculas que irán apareciendo”, explicó. De este modo, el Ministerio de Sanidad trabaja en evaluar los criterios de introducción de estas vacunas. “Se establece en primer lugar la evaluación de la carga de la enfermedad, a continuación efectividad y seguridad de vacunas; repercusiones de la modificación; aspectos éticos y evaluación económica”, añadió.

Pero la falta de cumplimiento en adultos y profesionales fue el hilo conductor del encuentro. Varios estudios han intentado investigar las razones de esta baja adherencia. Por ejemplo, solo entre el 15 por ciento y el 25 por ciento de los profesionales sanitarios se vacuna anualmente frente a la gripe. Unas cifras muy lejanas al 75 por ciento que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea recomiendan en grupos de riesgo.

En este contexto, el objetivo desde hace tiempo es alcanzar una cobertura de vacunación frente a la gripe del 30 por ciento. De hecho, José Ramón de Juanes, académico de la RANM, explicó que en otros países como Estados Unidos el objetivo marcado es alcanzar una cobertura de casi el 90 por ciento.

Los expertos pusieron en valor que algunos factores determinantes de estas cifras tan bajas se deben a la falta de percepción del riesgo en aquellos que trabajan en contacto con los enfermos y su entorno, su escaso conocimiento en relación a los beneficios y la seguridad de la vacunación, la inexistencia de políticas de vacunación de adultos y la falta de adopción de las medidas de prevención.

En este sentido, los expertos coincidieron en la necesidad de reforzar la actitud positiva de los profesionales frente a la vacunación. Precisamente, un informe elaborado por el Ministerio y las comunidades destaca la puesta en marcha de incentivos económicos a estos trabajadores. Además, en este trabajo también se plantea la revisión periódica del estado de vacunación del personal sanitario por parte de los servicios de prevención de centros sanitarios y crear registros de vacunaciones en este colectivo “compatibles con otros registros de vacunas”.

En esta línea transcurrió la segunda parte del encuentro. Esther Redondo, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Comunidad de Madrid, e Isabel Jimeno, médico de familia del Centro de Salud Isla de Oza, hablaron de la responsabilidad ética tanto de profesionales como de la Administración.

La formación reglada es imprescindible para los profesionales sanitarios, sobre todo, para estar al día de las innovaciones que van apareciendo.
Sin embargo, hay otras muchas vertientes que se deberían ir potenciando.

En esta línea, el papel de atención primaria en potenciar la vacunación de los adultos es incuestionable. Jimeno explicó que el error más cometido por los profesionales del primer nivel asistencial son las oportunidades perdidas a la hora de sugerir una vacuna.

En su mayoría, también la falta de tiempo en la consulta y la carga asistencial influyen.

Al igual que actualmente AP trabaja en la prevención y la educación de los hábitos saludables, la vacunación debería ser parte imprescindible en esta pirámide.

Compras centralizadas

Más allá del papel de los profesionales, la Administración también tiene su misión. Como indicó Redondo, el SNS no se puede quedar al margen de la sostenibilidad, y a su juicio, España se equivoca a la hora de adjudicar el gasto en el presupuesto en vacunas. “Se debería imputar en inversión, de manera que cada euro invertido en vacunas revertirá más de cuatro en el SNS”, explicó.

En esta misma línea, Arce resaltó que desde que están en marcha Acuerdos Marco para seleccionar a los suministradores de vacunas, es decir, la compra centralizada, se ha conseguido armonizar los precios y ser un instrumento de equidad y cohesión. Sin embargo, reconoció que a día de hoy sigue habiendo poca competencia entre compañías en materia de vacunas.

Redondo, por su parte, considera que estos acuerdos entorpecen el desarrollo de vacunas por parte de la industria. “Cada vez hay menos laboratorios y es más monopolio el proceso de vacunación” . En su opinión, la inversión que se hace por parte de las compañías es grande, “muchas se quedan por el camino”. De este modo, cree que en ocasiones se reduce tanto el precio que “no interesa su fabricación”. Así, la experta sugirió la necesidad de impulsar un respaldo gubernamental del desarrollo de estas moléculas.

EL DATO

Los expertos hicieron hincapié en el esfuerzo que ha hecho la Comunidad de Madrid con las vacunas. Como comentó el director general de Salud Pública, Juan Martínez, cuando el Consejo Interterritorial aprobó actualizar el calendario común de vacunación infantil, la Comunidad asumiendo estos cambios decidió implantarlo a partir del 1 de enero de 2015. En este caso, con recomendaciones como la introducción de la vacuna frente a la enfermedad neumocócica con vacuna conjungada 13V. Además, decidieron bajar la edad de administración de la vacuna frente al VPH para las niñas de 12 años.

Ese mismo año, “el pleno del interterritorial acordó vacunar de la varicela en la edad pediátrica temprana introduciéndola en su calendario a partir de 2016, administrando una primera dosis entre 12 y 15 meses y una segunda dosis a los 3-4 años de edad”, recuerda Martínez.

De este modo, la Comunidad de Madrid retomó la vacunación frente a la varicela a los niños que iban cumpliendo los 15 meses, y además incorporó el recuerdo de los cuatro años y el rescate de todos los niños que se vacunaron en 2013 y 2014.