Las distancias se acortan con la globalización, Internet o los vuelos low cost. Un nuevo escenario que también favorece la exportación e importación de enfermedades contagiosas de las que ningún país está a salvo. Los últimos casos por los que ha pasado el continente europeo son una prueba de ello. El ébola en 2015 o el virus Zika en 2016 han costado vidas, aunque también han servido para que los países europeos se dieran cuenta de que no están solos ni aislados, y de que las enfermedades no entienden de fronteras. Esa es la idea principal sobre la que ha girado la jornada sobre la preparación, alerta y respuesta ante infecciones transfronterizas, auspiciada por la Comisión Europea y el Instituto de Salud Carlos III (Isciii) .
La apertura contó con Javier Castrodeza, que incidió en la necesidad de “la colaboración y la cooperación” en este asunto de la mano del Isciii. En este sentido destacó el trabajo realizado por España y concretamente por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Asimismo alabó el “papel relevante” que para el Ministerio de Sanidad tiene el Isciii, y manifestó su intención de desarrollar “planes concretos de trabajo para dar esa dirección más eficiente y coordinada en materia de salud pública”.
El simposio puso de manifiesto la importancia de que la ciudadanía sepa qué hacen las instituciones europeas ante esos riesgos. Así lo explicó Cinthia Menel, de la Agencia de Consumidores, Salud y Alimentación de la UE (Chafea). “Evaluamos la comunicación de los programas y una de las conclusiones es que los países no conocen lo que hacemos”, apuntó.
Nuevas amenazas emergen constantemente y nadie es capaz de preverlas. Por ello, es necesario cooperar para prepararse para una respuesta adecuada.
Por su parte, Elena Andradas, directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad planteó que gracias al Sistema de Alerta Temprana desde 2015, “se ha preparado, comunicado e investigado mucho para tener una respuesta adecuada” y “a pesar de las consecuencias es una oportunidad para aprender”, añadió.