El esfuerzo conjunto de todos los agentes que forman parte del sector privado para diseñar un modelo común de receta electrónica comienza a dar sus frutos. El pasado lunes la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, recibía en la sede del Paseo del Prado a una nutrida representación de profesionales prescriptores y dispensadores, apoyados por la sanidad privada, para conocer de primera mano su propuesta.
El presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), Luis Manuel Mayero, y Adolfo Fernández-Valmayor, secretario general de IDIS, participaron en este encuentro junto con los presidentes de los consejos generales de médicos, farmacéuticos, dentistas y podólogos, así como con los responsables de las mutualidades Ifas y Mugeju.
En septiembre de 2017 los responsables de estas entidades, junto con los de la mutualidad Muface, constituyeron un Grupo de Trabajo que ha mantenido reuniones periódicas desde entonces para avanzar en este proyecto, que ha sido diseñado desde el respeto a los prescriptores independientes, la diversidad de centros asistenciales existentes y garantizando la interoperabilidad y accesibilidad de la red de farmacias.
La presentación de este proyecto al ministerio supone un paso más en la hoja de ruta definida y acordada por este grupo de trabajo que ha tratado de consensuar las bases del modelo con un objetivo bien definido: establecer una solución global, estándar e interoperable que permita que cualquier prescripción electrónica realizada en el ámbito privado pueda ser dispensada en la farmacia comunitaria de cualquier parte de España.
Si se cumplen los plazos previstos, el despliegue del proyecto piloto se llevará a cabo durante el mes de junio de 2019.
La realización de este proyecto, en coordinación con las administraciones sanitarias, parte de la necesidad de asumir las responsabilidades contempladas en el artículo 14.4 del Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta médica y órdenes de dispensación. El proyecto aporta seguridad al paciente, mejora el uso racional de los medicamentos e incorpora las ventajas de la receta electrónica al ámbito de la privada.
Asimismo, además de garantizar la interoperabilidad del sistema, se preserva la confidencialidad y el derecho del paciente a la protección de sus datos incluidos en su historia clínica y se asegura el cumplimiento de los requisitos sanitarios obligatorios para las recetas médicas.
Destaca también el alto grado de entendimiento y consenso alcanzado entre todos los participantes del proyecto de receta médica privada electrónica, tanto en la definición de los módulos de prescripción y dispensación, como a la hora de establecer los mecanismos de identificación del paciente, así como en la búsqueda de estándares y soluciones de interoperabilidad. Este consenso ha sido posible fruto de múltiples reuniones de trabajo —tanto a nivel técnico como político— y con la búsqueda de un objetivo común: mejorar la calidad de la prestación sanitaria de los españoles.
Junto al carácter interoperable desde el principio y a la accesibilidad al sistema desde todas las farmacias del SNS, el modelo propuesto plantea otros puntos clave. Los sistemas de prescripción y los repositorios requerirán de la homologación por los Consejos Generales de los prescriptores, así como comprobar la habilitación profesional del colegiado.
Además, el sistema de dispensación obtendrá el acceso a los repositorios a partir de la identificación del paciente y del documento “hoja de dispensación/tratamiento”. Por último, el Nodo del Consejo General de Farmacéuticos asegurará el acceso al repositorio de prescripciones que corresponde con la solicitud del paciente desde la farmacia.
El proyecto aporta seguridad al paciente y mejora el uso racional de los medicamentos en el entorno privado
El consenso ha sido posible fruto de las múltiples reuniones de trabajo, a nivel técnico y político