Durante 2024 se ha tomado conciencia de la necesidad de avanzar en distintos frentes sanitarios. Uno de ellos apunta a que en 2025 será el año en el que España tendrá listo su Plan contra Pandemias. Dicho plan es una reivindicación del sector sanitario, el poder legislativo y ahora la voluntad del ejecutivo, que tomó cuerpo después de los estragos causados en todo el mundo por la Covid-19 y que servirá para dotar a nuestro país de un armazón legal con el que dar respuesta a posibles desafíos emergentes para la salud global de la población.
Según ha podido saber Gaceta Médica, el Ministerio de Sanidad tiene avanzada la redacción de un Plan Estatal de Preparación y Respuesta ante Emergencias en Salud, que tomará cuerpo mediante la fórmula del Real Decreto y que llegará en un momento muy pertinente en el que, sin ir más lejos, el virus de la gripe aviar y una hipotética expansión ya generan preocupación en Estados Unidos y entre los expertos. Las autoridades europeas y los países de la UE, por su lado, siguen de cerca la epidemia de vacas lecheras en Estados Unidos.
Este paso adelante en materia de Salud Pública, y especialmente en lo referente a la prevención y vigilancia de pandemias, va en consonancia con lo establecido en el Reglamento 2022/2371 del Parlamento Europeo y del Consejo (UE) sobre las amenazas transfronterizas graves para la salud, que sienta las bases de la creación tanto de un plan comunitario, como de los distintos planes contra pandemias en los Estados de la UE.
Si nada se tuerce, y siguiendo los cauces habituales en estos casos, una vez que el borrador del texto, que seguirá los principios One Health y de Salud en Todas las Políticas, esté finalizado, se conocerán los primeros detalles del mismo al salir a consulta pública previa. En esta etapa, los agentes que lo consideren oportuno podrán incluir sus aportaciones o sugerencias al Plan.
Con este texto se espera que España logre, tanto un marco legal con el que definir las emergencias sanitarias y su gravedad, como establecer los protocolos de actuación
Con este texto, que se diseña bajo el liderazgo de la dirección general de Salud Pública, encabezada por Pedro Gullón, se espera que España logre tanto un marco legal con el que definir las emergencias sanitarias y su gravedad, como establecer los protocolos de actuación en consecuencia.
En este sentido, el reglamento de la UE que sirve como piedra de toque establece lo siguiente: “Los planes nacionales de prevención, preparación y respuesta podrán incluir elementos relativos a la gobernanza, capacidades y recursos previstos en el plan de prevención, preparación y respuesta de la Unión”.
Con las definiciones de emergencia claras y también los roles que jugarán los poderes públicos en cada caso, se podrán limitar los ‘roces’ entre las distintas administraciones autonómicas y el Gobierno reduciendo y mejorando, por ende, la respuesta ante emergencias sanitarias. Las polémicas políticas a tenor de las medidas que había que acometer en cada momento durante la pandemia de Covid-19, los brotes de mpox o, más recientemente, vinculadas a la Dana de Valencia pueden servir como ejemplo de estos problemas derivados de la gestión de amenazas para la salud pública.
Reserva estratégica
De igual modo, es previsible que con el Plan se vuelva a ponerse encima de la mesa un aspecto fundamental, como es la creación de una reserva estratégica de fármacos, vacunas y productos sanitarios para responder a estas emergencias, y que ya tocan otras normativas relevantes para el sector sanitario, como es el caso de la reciente Estrategia de la Industria Farmacéutica, presentada a finales de año.
En países de nuestro entorno, como puede ser Alemania, esta herramienta ya está plenamente operativa. Se trata de la ZEPAI, un organismo que sirve de puente entre el sector público y privado y cuya misión es garantizar la autonomía estratégica en caso de emergencia sanitaria mediante herramientas como los contratos de preparación para pandemias. Estos acuerdos entre el Gobierno y las compañías innovadoras buscan asegurar el abastecimiento rápido de vacunas en caso de una emergencia generada por un virus emergente.
Eso sí, el funcionamiento de entidades como esta está estrechamente vinculado a instituciones que podrían ser equivalentes a la todavía pendiente Agencia Española de Salud Pública (AESAP), que desde el gabinete que dirige Mónica García ya han advertido que su creación será otro de los objetivos marcados en rojo para este 2025.
En línea con la UE
El Plan contra Pandemias, al margen de responder a las demandas del sector sanitario, también cubre las exigencias comunitarias. Concretamente el citado Reglamento 2022/2371 del Parlamento Europeo y del Consejo (UE) sobre las amenazas transfronterizas graves para la salud, que se rubricó al calor de los aprendizajes del Covid-19 “para reforzar y establecer un enfoque más amplio y coordinado de la seguridad sanitaria a escala de la Unión”.
A nivel comunitario, y a la hora de ejecutar los planes de preparación contra pandemias, cabe destacar el papel de la Autoridad de Respuesta y Preparación ante Emergencias Sanitarias (HERA, por sus siglas en inglés). Se creó, como detalla en su web oficial, “para anticipar amenazas y posibles crisis sanitarias, mediante la recopilación de inteligencia y la creación de las capacidades de respuesta necesarias”.
Poco a poco, y más todavía cuando cristalice el Plan contra Pandemias en el que trabaja el Ministerio de sanidad, se irá completando el escudo frente a emergencias sanitarias que el sector reclama tras los aprendizajes que nos trajo la Covid-19.