“Los seres humanos dependemos de la naturaleza para el aire que respiramos, para el agua que bebemos, para los alimentos que comemos, es decir, para vivir. Nuestra economía también depende de la naturaleza y las crisis climática y de biodiversidad amenazan el fundamento mismo de nuestra vida en la Tierra”. Así lo ha señalado el vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, quien advierte del “inminente ecocidio” al que se debe hacer frente.

Partiendo de esta premisa, la Comisión Europea ha adoptado dos nuevas propuestas pioneras, en el marco del Pacto Verde Europeo, para restaurar la naturaleza en Europa de aquí a 2050 y reducir en un 50 por ciento el uso de plaguicidas de aquí a 2030. “Estamos avanzando en la lucha contra la crisis climática y añadimos dos leyes que representan un gran paso adelante”, ha asegurado Timmermans.

Se trata de propuestas legislativas emblemáticas para continuar las Estrategias sobre Biodiversidad y “De la Granja a la Mesa” que “contribuirán a garantizar la resiliencia y la seguridad del suministro de alimentos en la UE y en todo el mundo”.

Una inversión rentable para la salud

La propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza es un paso clave para evitar la desaparición de los ecosistemas y prevenir las peores consecuencias del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Dicha ley exigirá a los Estados miembro la elaboración de planes nacionales de restauración, con estrecha colaboración con científicos, todas las partes interesadas y la ciudadanía.

El objetivo es que las medidas de restauración de la naturaleza alcancen al menos al 20 por ciento de las zonas terrestres y marítimas de la UE de aquí a 2030 y se extiendan finalmente a todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados de aquí a 2050. Contará con una financiación sustancial de la UE: el marco financiero plurianual actual destinará alrededor de 100.000 millones de euros al gasto en biodiversidad, incluida la restauración.

La Comisión ha indicado que la restauración implica estrechamente y beneficia a todos los sectores de la sociedad. “Debe llevarse a cabo en un proceso integrador y tiene un impacto especialmente positivo en quienes dependen directamente de una naturaleza sana para su sustento”, ha insistido. Los ecosistemas con mayor potencial para eliminar y almacenar carbono y prevenir o reducir el impacto de las catástrofes naturales serán las principales prioridades.

Cada euro invertido en la restauración de la naturaleza aporta un valor económico de entre 8 y 38 euros, gracias a los servicios ecosistémicos que garantizan la seguridad alimentaria, la resiliencia y mitigación de los ecosistemas y el clima y la salud humana.

“Restaurar los humedales, ríos, bosques, pastizales, ecosistemas marinos y entornos urbanos de la UE y las especies que albergan es realizar una inversión rentable y fundamental en nuestra seguridad alimentaria, nuestra resiliencia frente al cambio climático, nuestra salud y nuestro bienestar”, ha destacado la Comisión.

“Los europeos lo han expresado claramente: quieren que la UE actúe en favor de la naturaleza para que vuelva a ocupar un lugar en sus vidas. Los científicos también lo han dicho claramente: no hay tiempo que perder, estamos en la cuenta atrás. Esta ley es para todos los ciudadanos de Europa y para las generaciones venideras, para un planeta sano y una economía sana”, ha expuesto Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca.

En la misma línea van las nuevas normas sobre plaguicidas químicos, que “reducirán la huella ambiental del sistema alimentario de la UE, protegerán la salud y el bienestar de los ciudadanos”. Asimismo, contribuirán a mitigar las pérdidas económicas que ya se están sufriendo debido al deterioro de la calidad del suelo y a la pérdida de polinizadores inducida por los plaguicidas. Los Estados miembro fijarán sus propios objetivos nacionales de reducción dentro de parámetros definidos para garantizar la consecución de los objetivos fijados a escala de la UE.

El fin de la reducción del uso de plaguicidas químicos común a la Ley de restauración: detener la pérdida de biodiversidad. Así, también se contribuirá a construir sistemas alimentarios sostenibles en consonancia con el Pacto Verde Europeo y la Estrategia “De la Granja a la Mesa”, que garanticen, al mismo tiempo, una seguridad alimentaria duradera y protejan la salud de la población.

“Ha llegado el momento de cambiar de rumbo en la utilización de los plaguicidas en la UE. Están en juego la salud de nuestros conciudadanos y de nuestro planeta. Por primera vez, prohibiremos el uso de plaguicidas en los parques públicos y en los parques infantiles, de manera que todos estemos mucho menos expuestos en nuestra vida cotidiana. Nadie se quedará atrás”, ha asegurado Stella Kyriakides, comisaria de Salud de la UE.

Paquete de medidas clave

En definitiva, se lanza un paquete de medidas políticas clave que ayudará en la transición hacia sistemas de producción de alimentos más sostenibles:

  • Nuevas normas de la política agrícola común para garantizar que los agricultores sean compensados por cualquier coste relacionado con la aplicación de las nuevas normas durante un período transitorio de cinco años.
  • Medidas más firmes para aumentar la variedad de alternativas biológicas y de bajo riesgo en el mercado.
  • Investigación y desarrollo en el marco de los programas Horizonte de la UE en apoyo de las nuevas tecnologías y técnicas, incluida la agricultura de precisión.
  • Un plan de acción ecológico para alcanzar los objetivos de la Estrategia “De la Granja a la Mesa” en relación con los plaguicidas.

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